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¿Puede Ómicron superar a la variante Delta? Esto es lo que se necesita

Esthela Durán, recibe un refuerzo de la vacuna contra COVID-19.
Irene Michel, a la derecha, le aplica a Esthela Durán, de 69 años, un refuerzo de la vacuna contra COVID-19 en El Monte, el 17 de noviembre.
(Francine Orr/Los Angeles Times)
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Con un puñado de casos ahora confirmados en todo el país, está claro que la preocupante variante Ómicron se ha afianzado en Estados Unidos.

Pero si estas infecciones iniciales finalmente desaparecen o resultan ser la plataforma para un nuevo ataque viral depende en gran medida de cómo se compara la cepa con un enemigo ahora familiar: la variante Delta.

Desde que irrumpió oficialmente en escena la semana pasada, gran parte de la discusión en torno a la variante Ómicron del coronavirus se ha centrado en aquello que los científicos admiten que no saben: si podría propagarse más fácilmente que otras cepas, cambiar la gravedad de la enfermedad o evadir más fácilmente la protección de las vacunas.

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Sin embargo, una pregunta igualmente importante, sugiere John Moore, profesor de microbiología e inmunología en Weill Cornell Medical College, es esta: ¿Qué pasa si no es rival para el demonio que conocemos?

“¿Puede Delta superar a Ómicron, u Ómicron prosperará frente a Delta?”, cuestionó Moore el jueves en un foro patrocinado por UC San Francisco. “Eso es simplemente algo desconocido en este momento”.

No es seguro que Ómicron se convierta en la principal variante en Estados Unidos

La variante Delta ha sido durante mucho tiempo la cepa dominante que circula en Estados Unidos, y fue la culpable de una nueva ola de casos, hospitalizaciones y muertes que se extendieron por todo el país durante el verano.

Pero incluso el término “dominante” subestima lo extendido que está Delta en Estados Unidos, donde es casi omnipresente.

“Sé que las noticias se centran en Ómicron, pero debemos recordar que el 99.9% de los casos en el país en este momento son de la variante Delta”, señaló la Dra. Rochelle Walensky, directora de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC por sus siglas en inglés). “Delta continúa aumentando los contagios en todo el país, especialmente en quienes no están vacunados”.

La razón de la supremacía de la cepa es simple. Es la variante más transmisible del coronavirus hasta el momento.

Debido a su virulencia, Delta ha podido eliminar cualquier otra variante que, de otro modo, podría haberse propagado más ampliamente.

No busque más allá de la variante Beta, que los científicos también consideraron como una amenaza potencial porque exhibía características que, a algunos les preocupaba, pudieron haber puesto en peligro la eficacia de las vacunas contra COVID-19. A los científicos les consternaba que pudiera convertirse en una nueva variante dominante.

“Nunca sucedió”, detalló Moore. “Beta fue eliminada por la variante Delta. Bueno, eso podría pasarle a Ómicron”.

La incertidumbre gira alrededor de la nueva cepa

Se desconoce si Ómicron se puede propagar tan fácilmente como Delta.

Sin embargo, está claro que Ómicron eclipsa a esa variante del coronavirus en la cantidad de mutaciones que posee. Los científicos todavía están tratando de entender todas las ramificaciones de eso.

Ómicron no se ha probado realmente contra Delta. Su aumento en Sudáfrica, por ejemplo, se produjo en un momento en que había un número relativamente bajo de casos en la región y Delta no se transmitía tanto como ahora en Estados Unidos.

“Ómicron surgió en Sudáfrica en un entorno en el que no había mucha presencia de Delta para competir”, explicó Moore. “Todavía tenemos muchas infecciones de Delta y vamos a observar más en las próximas semanas”.

Sigue siendo motivo de preocupación

Eso no es exactamente una buena noticia. Si bien aún se está evaluando el alcance del peligro potencial que representa Ómicron, Delta ha demostrado ser lo suficientemente potente como para abrir una franja devastadora en Estados Unidos.

Incluso sin tener en cuenta Ómicron, “ya nos enfrentamos a un aumento invernal impulsado por Delta que podría matar a otros 100.000 a 150.000 estadounidenses”, señaló Moore.

“La mayoría de nosotros creemos que es un invierno bastante malo. Entonces, ¿cuánto peor podría ponerse? Bueno, podría empeorar mucho, pero creo que Delta dominará la pandemia de invierno”.

Unos 6.000 estadounidenses mueren de COVID-19 cada semana, una tendencia que los CDC predicen que continuará o incluso empeorará hasta el día de Navidad. California tiene un promedio de más de 500 decesos por coronavirus a la semana, y hay algunos escenarios que pronostican un incremento en las defunciones semanales a finales de este invierno, especialmente si muy pocos adultos inoculados reciben inyecciones de refuerzo a medida que su inmunidad se debilita.

A nivel nacional, el 70.7% de los estadounidenses han recibido al menos una dosis de la vacuna y casi el 60% se considera completamente inoculado, según muestran las cifras de los CDC. En California, esos porcentajes son de 79.3% y 63.6%, respectivamente.

“Tenemos una cepa altamente transmisible y peligrosa en la variante Delta que ya está circulando”, enfatizó Moore. “Entonces, seguro, vamos a tener como país una ola invernal muy mala, en enero y febrero, tal como vimos el año pasado con Alfa. Pero se concentrará en la tercera parte del país que se ha negado a protegerse”.

Todos los datos disponibles muestran que quienes no se encuentran vacunados siguen estando especialmente en riesgo de contraer COVID-19.

Los funcionarios de salud estatales estiman que los californianos no inoculados tienen siete veces más probabilidades de contagiarse con el coronavirus, más de 12 veces mayores posibilidades de requerir hospitalización y 15 veces más probabilidades de morir a causa de la enfermedad.

“Dada la evidencia hasta la fecha de que estas vacunas han sido muy efectivas contra todas las variantes que hemos visto, el único paso que recomendaría a todos es que se inoculen si no lo han hecho, asimismo, que reciban esa dosis de refuerzo lo antes posible”, indicó la directora de Salud Pública del condado de Los Ángeles, Bárbara Ferrer.

Los mejores y peores escenarios

Si Ómicron es altamente transmisible, pero produce una enfermedad menos severa que Delta, este desarrollo sería algo bueno, señaló Moore.

Pero no está claro que tal situación permitiría a Ómicron superar a Delta.

“Eso es, de nuevo, lo desconocido”, comentó.

En la mente de Moore, el peor de los casos sería “si Ómicron se propaga rápidamente y causa una enfermedad grave y penetra la protección de la vacuna. Sería realmente malo”.

“Pero si Delta simplemente aplasta a Ómicron de la forma en que aplastó a Alfa, entonces deberíamos estar apoyando a Delta: Más vale diablo conocido que por conocer, porque sabemos que las vacunas pueden lidiar con Delta. Muy pocas personas que están inoculadas están muriendo por contagio de Delta”, explicó.

Continuó: “Si Ómicron es letal, sería mejor que Delta lo eliminara. Es una forma perversa de ver las cosas, pero si juegas con las posibilidades lo que no quieres es la variante letal y altamente transmisible que penetra la protección de las vacunas, porque eso es lo que temíamos desde el principio”.

Aunque han aparecido informes anecdóticos desde que surgió la variante, los funcionarios explican que aún es demasiado pronto para saber cómo afectará una infección por Ómicron a los niveles de enfermedad.

“Por lo general, se necesita tiempo para que una enfermedad grave realmente requiera hospitalización”, señaló la Dra. Regina Chinsio-Kwong, suboficial de Salud del condado de Orange. “Así que descubriremos, probablemente en otras dos semanas, qué tan grave puede ser Ómicron en el sistema. Pero llevará tiempo”.

Los médicos sudafricanos no parecen entrar en pánico

Obviamente, las cosas podrían cambiar, pero Moore indicó que es digno de mención que el presidente de la Asociación Médica de Sudáfrica detalló en un artículo de opinión de un periódico publicado a principios de esta semana que “no se sabe de nadie en Sudáfrica que haya sido hospitalizado con la variante Ómicron”.

“Esa es una perspectiva interesante. Puede que resulte correcto o no. Pero es un punto de vista de alguien con autoridad en Sudáfrica, que está en contacto con los conjuntos de datos”, subrayó Moore.

“Por lo tanto, existe la posibilidad de que Ómicron, en su totalidad, sea una variante altamente adaptada que se propagará, pero no causará una enfermedad grave. Puede ser un movimiento que este virus está haciendo hacia una variante no patógena similar a los virus del resfriado común: los coronavirus. No sé si eso vaya a suceder”.

También es totalmente plausible que Ómicron pueda hacer que los individuos más vulnerables se enfermen gravemente y sean hospitalizados. Muchos de los infectados recientemente han sido personas más jóvenes, consideradas más saludables, que no son particularmente propensas a enfermarse gravemente con COVID-19.

Moore indicó que ha leído noticias de que los aumentos repentinos de Ómicron en Sudáfrica se han relacionado con estudiantes universitarios que se reúnen en fiestas para conmemorar el final de su año académico.

“Quizá en Sudáfrica, Ómicron no se ha abierto camino en un hogar de adultos mayores lleno de pacientes de la tercera edad y vulnerables”, señaló Moore.

¿Podrían empeorar las tasas de reinfección con Ómicron?

Hay una sugerencia inicial de que Ómicron es más capaz de reinfectar a las personas que se han recuperado de contagios anteriores por coronavirus, puntualizó Moore.

“No es un efecto masivo. Pero es estadísticamente significativo”, señaló, basándose en análisis preliminares que revisó. “Y eso sería consistente con la naturaleza altamente mutada de Ómicron”.

Si quiere leer este artículo en inglés, haga clic aquí.

https://www.latimes.com/california/story/2021-12-03/can-omicron-overtake-delta-variant-of-coronavirus?fbclid=IwAR2Qc6c2xtbwplCoZpcFHm7aPEVB2SSMQxG9wBQlLPUP-SVCGKNXvfHBQyg

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