La procesión de la Virgen de Guadalupe une a los católicos de todos los orígenes

Tras un paréntesis de un año debido a la pandemia de coronavirus, la procesión anual de Nuestra Señora de Guadalupe volvió el domingo a San Diego y reunió a cientos de católicos de diferentes parroquias y grupos religiosos en el barrio de North Park.

El evento contó con bandas de mariachis, bailarines y coloridas carrozas de 32 parroquias y grupos católicos de toda la región.

Hay casi 1.3 millones de católicos en los condados de San Diego e Imperial, y alrededor del 63 por ciento de ese total son de origen latino, dijo Aída Bustos, directora de medios de comunicación de la Diócesis Católica de San Diego.

Bustos dijo que poder reunirse el domingo marcó el regreso de un sentido de comunidad y pertenencia para muchos mexicano-americanos.

“No poder reunirnos el año pasado para este evento dejó un hueco en nuestra comunidad”, dijo Bustos. “Tuvimos pequeñas celebraciones pero definitivamente extrañamos el sentido de unión”.

La Procesión y Misa de Nuestra Señora de Guadalupe se celebra en San Diego desde hace más de cinco décadas.

Nombrada como la Patrona de las Américas, Nuestra Señora de Guadalupe es una de las figuras religiosas más veneradas en México, y la celebración es un día importante para que la comunidad hispana honre las identidades culturales y religiosas.

El año pasado, la misa se celebró al aire libre y solo algunos fieles asistieron en persona. El resto pudo seguir la misa a través de las redes sociales.

Pedro Anaya, residente de Chula Vista, ha participado en el grupo de danza tradicional azteca llamado Danza Mexi’cayotl durante los últimos 25 años. Dijo que la procesión es mucho más que una celebración para él.

“Esta tradición tiene mucho que aportar”, dijo Anaya. “Hay un contexto espiritual, un contexto cultural, todo se mezcla y te recuerda de dónde vienes y quién eres”.

Anaya dijo que su familia y su comunidad tuvieron una sensación de pérdida el año pasado sin la procesión y sin la posibilidad de reunirse como grupo de baile.

“Esto es una gran familia”, dijo. “Sí, bailamos juntos, pero también nos sentamos y comemos juntos. Nuestros hijos crecen y juegan juntos. Nos conocemos desde hace años y nos cuidamos mutuamente”.

La fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe se celebra cada año el 12 de diciembre, y la procesión del domingo da el pistoletazo de salida a una semana de festividades para los católicos de la zona.

La procesión comenzó en Bird Park en North Park y terminó en St. Augustine High School, donde el Obispo Robert McElroy celebró una misa bilingüe en el gimnasio de la escuela. La misa reunió a cerca de 2000 personas y fue seguida por un homenaje al difunto obispo auxiliar Gilberto Chávez, que murió en marzo de 2020.

El homenaje, que contó con bandas de mariachis, comida tradicional mexicana y actividades, permitió a muchos cerrar la muerte de Chávez, ya que falleció cuando aún estaban restringidas las grandes reuniones para evitar la propagación del COVID-19.

“Nos sentiremos bien al rendirle un homenaje apropiado”, dijo Yola Arguilla, residente de San Diego. “Queríamos celebrar su vida pero no pudimos” el año pasado.

Arguilla, que forma parte de la Comisión Diocesana para los Católicos Filipinos, dijo que era la primera vez que asistía a la procesión y sintió que devolvía la alegría a la comunidad y, en cierto modo, marcaba el regreso de las reuniones tras la pandemia.

“Cualquier cosa que reúna a la gente en este momento es algo bueno”, dijo.