California está repentinamente cubierta de nieve y muy húmeda. Pero, ¿cuánto durará el torrente de agua?
A las colinas polvorientas de Griffith Park le están brotando tonos de verde. En Pasadena, el agua corre a través de arroyos que hace solo unas semanas estaban secos. Y desde el perfecto mirador del centro, las distantes montañas de San Gabriel relucen con copas de nieve.
Después de uno de los años más secos de los últimos tiempos, Los Ángeles (y California) han tenido un comienzo notablemente húmedo. El estado recibió más precipitaciones en los últimos tres meses de 2021 que en los 12 meses anteriores, informó el Servicio Meteorológico Nacional.
En todo el estado, han caído 33.9 billones de galones de agua desde el inicio del año hidrológico, que se extiende desde el 1 de octubre hasta el 30 de septiembre para adaptarse a los meses húmedos de invierno y la escorrentía primaveral. Esa cifra de tres meses ya superó el total de agua de 12 meses del año anterior, cuando se contabilizaron 33.6 billones de galones. En comparación, el lago Tahoe tiene alrededor de 40 billones de galones.
“Ha sido un gran comienzo para el año hidrológico”, subrayó Cory Mueller, meteorólogo del servicio meteorológico en Sacramento. “La mayoría de las áreas ya han obtenido lo que llegó en todo el año pasado de agua y algo más, solo en los tres últimos meses”.
Pero si bien toda esa humedad dio un impulso muy necesario a las condiciones de sequía en todo el estado, Mueller y otros expertos enfatizaron que California necesitará mantener esta tendencia húmeda para realmente salir de su período de sequía. El año hidrológico de 2021 fue el más seco de California en un siglo, y más de la mitad de los años hidrológicos del estado desde 2000 han sido años áridos o de sequía.
“No recibir un pago durante tres meses y luego recibir un cheque regular no te devuelve a la normalidad en tu cuenta bancaria”, ilustró Noah Diffenbaugh, científico climático de la Universidad de Stanford.
Lo mismo ocurre con la sequía de California.
“Esos déficits [de precipitación] han sido tan pronunciados en gran parte del estado que llevará más de un año normal superarlos, y no sabemos cómo se desarrollará este año”, explicó Diffenbaugh. “Dicho esto, es un comienzo muy alentador”.
Shasta Lake, once full and surrounded by green banks, is now bordered by a “bathtub ring” that indicates just how far the water has fallen.
De hecho, ha habido algunas mejoras prometedoras.
El mapa del Monitor de Sequía de Estados Unidos, que durante mucho tiempo ha indicado condiciones de sequía severas, extremas o excepcionales en la mayor parte de California, parecía un poco menos preocupante después de las primeras tormentas.
Del 30 de noviembre al 28 de diciembre, grandes áreas del estado, incluido Los Ángeles y gran parte de Sierra Nevada, vieron al menos un nivel de mejora, según un análisis del Times. Casi ninguna zona permanece en la categoría de “sequía excepcional”.
Las lluvias recientes “no eliminaron por completo la sequía”, detalló Brad Pugh, meteorólogo de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA por sus siglas en inglés) que ayuda a administrar el mapa del Monitor de Sequía. “Todavía hay déficits de precipitación a largo plazo que se remontan a dos años. Pero ciertamente ayudó a mejorar las condiciones de sequía”.
Gran parte del estado todavía se encuentra en la categoría de sequía “extrema”.
Pero Pugh señaló que algunos pronósticos estacionales están cambiando en una dirección positiva. En octubre, el pronóstico de la NOAA se inclinaba hacia un invierno más seco de lo normal, una predicción que no se cumplió en diciembre.
El último pronóstico de precipitación de tres meses de la agencia ahora muestra “las mismas posibilidades de precipitación por debajo, cerca o por encima de lo normal” en gran parte del norte de California esta temporada, mencionó Pugh, y agregó: “Es un panorama un poco más húmedo”.
Incluso una perspectiva ligeramente más húmeda es un cambio bienvenido para el estado reseco. En 2021, el calor y la sequedad récord contribuyeron a una devastadora temporada de incendios forestales que vio más de 2.5 millones de acres quemados y miles de casas destruidas.
Las condiciones eran tan desalentadoras que los funcionarios estatales tuvieron que transportar salmones jóvenes desde el Valle Central hasta el Océano Pacífico, debido a los bajos niveles del río. Más tarde, los reguladores se vieron obligados a cerrar una importante planta de energía hidroeléctrica en el lago Oroville por primera vez, también por los bajos niveles de agua.
Y el lago Mead, considerado durante mucho tiempo un salvavidas para el agua en el oeste, se redujo a mínimos históricos, dejando un marcado anillo de reducción alrededor de su perímetro como prueba de lo mal que se habían puesto las cosas.
Las tormentas recientes elevaron los niveles en los embalses de la región, pero la mayoría aún tiene carencias, puntualizó Bill Patzert, climatólogo retirado del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA.
“Los embalses, especialmente los lagos Mead y Powell, están muy agotados, las aguas subterráneas y los acuíferos se han hundido peligrosamente y, en el sur de California, la mayor parte de esta hermosa lluvia terminó en el Pacífico”, comentó Patzert.
El martes, el lago Mead estaba a aproximadamente el 34% de su capacidad, según el Bureau of Reclamation. El lago Oroville estaba alrededor del 39%.
En una actualización de fin de año, los funcionarios del Departamento de Recursos Hídricos de California indicaron que las tormentas de diciembre ofrecían un “rayo de esperanza”, pero que se necesitarían más, “antes de que podamos llegar a un punto donde las condiciones de sequía ya no sean una preocupación”.
Los años hidrológicos 2020-21 combinados se ubican como los dos años más secos en el registro de precipitación en todo el estado de California, superando incluso los años secos históricos de 1976-77, subrayó la agencia.
“Incluso si nos empapamos y nos cae nieve en los próximos tres meses, los impactos de dos décadas de déficit de lluvia, así como nevadas intermitentes, no se borrarán”, agregó Patzert.
The snow comes as a much-needed surprise for the bone-dry West, where only months ago, officials put residents under a state of drought emergency.
En particular, gran parte de la precipitación desde el 1 de octubre ha caído en forma de nieve, que es extremadamente valiosa como fuente de agua y como sistema de almacenamiento de agua en el estado. La capa de nieve que se derrite en los cálidos meses de primavera y verano tiende a proporcionar una cantidad adicional de agua en un momento en que la precipitación se detiene y la demanda comienza a alcanzar su punto máximo.
El Parque Nacional de Yosemite vio su diciembre más nevado en más de 40 años de registros, indicaron los funcionarios del parque. El medidor de nevadas en Tuolumne Meadows registró 154 pulgadas de nieve nueva hasta el 29 de diciembre, superando el récord anterior de 143 pulgadas, establecido en 1996.
El Laboratorio de Nieve de la Sierra Central de UC Berkeley en Donner Pass también registró su diciembre más nevado con 214 pulgadas, o más de 17 pies, informaron las autoridades.
Las pilas de nieve también rompieron el récord de nevadas de 51 años, desde octubre hasta diciembre, del laboratorio, un nivel de 260 pulgadas establecido en 1970, con 268 pulgadas cayendo durante ese período de tres meses este año.
“No está mal para tener un noviembre y principios de diciembre muy secos”, dijo el gerente de la estación, Andrew Schwartz.
Según los registros que datan de 1895, noviembre de 2021 fue el séptimo noviembre más cálido y el octavo más seco registrado en Estados Unidos, con 46 de los 48 estados contiguos experimentando precipitaciones por debajo del promedio, según la NOAA. California, particularmente el sur, junto con el resto del suroeste, se destacó entre las regiones del país privadas de lluvia.
Pero a finales de diciembre, la humedad mejoró notablemente. Los funcionarios realizaron el primer estudio de nieve de la temporada en la Estación Phillips, cerca de South Lake Tahoe, y encontraron que las tormentas del mes llevaron la capa de nieve de las montañas del estado a aproximadamente el 160% del promedio para esta época del año.
La humedad era incluso abundante en el sur de California. Al menos nueve récords de lluvia diaria se batieron en el área de Los Ángeles el 30 de diciembre, incluido un récord de 85 años de 2.34 pulgadas en el centro de la ciudad.
Pero un “comienzo de año húmedo no significa que este año terminará por encima del promedio una vez que todo esté dicho y hecho”, enfatizó el gerente de estudios de nieve del Departamento de Recursos Hídricos, Sean de Guzmán, en un comunicado sobre el estudio.
La directora de la agencia, Karla Nemeth, agregó que “necesitamos más tormentas y temperaturas promedio este invierno, así como en la primavera, y no podemos estar seguros de que lleguen”.
“Es importante que sigamos haciendo nuestra parte para la conservación; necesitaremos esa agua este verano”, subrayó.
December was one of the soggiest months in recent memory. But when it comes to ending the drought, experts say, there’s still a long way to go.
Mucho dependerá de lo que pueda ofrecer el resto de la temporada. Si enero, febrero y marzo serán tan húmedos como diciembre depende de factores como las condiciones de La Niña y los sistemas de presión frente a la costa, mencionaron los expertos.
Actualmente, se mantiene un patrón de La Niña en el Pacífico tropical, y los meteorólogos esperan que persista durante el invierno antes de pasar a un patrón neutral esta primavera. El patrón generalmente resulta en un invierno más seco de lo normal en el suroeste, como fue el caso en 2021.
Según Patzert, el 84% de los años de La Niña desde 1950 han sido más secos que el promedio en Los Ángeles.
También es motivo de preocupación el calentamiento global de las temperaturas provocado por el cambio climático. Las cálidas precipitaciones caen como lluvia, e incluso pueden derretir una valiosa capa de nieve, comentó Diffenbaugh, científico del clima de Stanford.
“El estado de la sequía está pendiente”, agregó Diffenbaugh, y depende en parte de “cuántas tormentas tendremos en los próximos meses, qué tan cálidas serán, así como cuántas precipitaciones y nieve llegarán y a qué partes del estado”.
Un año que podría ofrecer algunas pistas sobre lo que pueden traer los próximos meses es 2012, cuando California registró lluvias y nieve por encima del promedio en diciembre. El resto de ese año hídrico terminó completamente seco, lo que resultó en el primer año de una sequía que duró hasta 2017, puntualizaron funcionarios estatales.
Según la NOAA, el pronóstico a corto plazo favorece las precipitaciones por debajo de lo normal y las temperaturas por encima de lo normal en el oeste hasta mediados de enero.
Si bien Sacramento y algunas partes del norte del estado están programadas para recibir más tormentas esta semana, otras áreas, incluida Los Ángeles, están preparadas para permanecer soleadas y secas.
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