Anuncio

California supera la sorprendente cifra de 6 millones de infecciones por COVID-19 a medida que se expande la ola de Ómicron

The arrival of Omicron has pushed daily caseloads to their highest levels and sent a stream of new coronavirus-positive people to the hospital.

La llegada de Ómicron ha elevado el número de casos diarios a sus niveles más altos y ha enviado un flujo de nuevos seropositivos al hospital.

Share

Ya se han registrado más de 6 millones de casos acumulados de coronavirus en California, según los datos recopilados por The Times, el último hito alcanzado al tiempo que la variante Ómicron continúa su carrera estableciendo récords por todo el estado.

El lunes, el estado informó de 308.820 nuevas infecciones, una cifra colosal que incluye los datos del sábado y del domingo.

Hace poco menos de dos meses, el estado registró su caso número 5 millones de coronavirus, un umbral que llegó y pasó en un momento en el que California estaba viendo descensos tanto en la tasa diaria de nuevos contagios como en el de personas hospitalizadas por COVID-19.

Anuncio

Pero la llegada de Ómicron ha invertido esas tendencias, elevando el número de infecciones diarias a sus niveles más altos y enviando al nosocomio a un flujo de nuevas personas con coronavirus.

El condado de Los Ángeles ha registrado más de 225.000 nuevos casos de coronavirus durante la última semana, incluyendo los tres totales más altos de un solo día de toda la pandemia. Las autoridades sanitarias locales anunciaron el último récord, 45.584, el domingo.

E incluso estos totales tan elevados son probablemente un recuento insuficiente, dicen las autoridades, ya que no incluyen a muchos de los que se han hecho un autodiagnóstico utilizando una prueba casera.

Junto con el aumento astronómico de las infecciones, California también está viendo una fuerte alza de las hospitalizaciones, una tendencia que se hace todavía más difícil por la escasez de personal relacionada con el coronavirus en los servicios de ambulancia y los centros médicos.

Participar en ensayos clínicos de nuevos medicamentos puede ser sorprendentemente rentable, pero conlleva riesgos.

Ene. 6, 2022

Hasta el domingo, 11.048 pacientes con COVID-19 habían sido hospitalizados en todo el estado, más del triple que hace un mes.

El doctor Edward O. Blews III, director médico regional de Prevención y Control de Infecciones de los Centros Médicos Kaiser Permanente Fontana y Ontario, dijo que “la inmensa mayoría” de sus casos de coronavirus son de la variante Ómicron y que casi todos los hospitalizados no están vacunados.

La sala de urgencias en este momento está “muy, muy, muy llena”, subrayó.

“Nuestras cifras no son tan altas como lo fueron durante la oleada de finales de 2020 en diciembre, pero siguen aumentando”, informó Blews. “Así que todos estamos comenzando a buscar procesos y formas de continuar brindando atención médica de manera segura a las personas que lo necesitan mientras atienden a un alto número de pacientes hospitalizados”.

Sin embargo, las autoridades señalan que no todas esas personas fueron admitidas con COVID-19. Muchas de las que dieron positivo al virus buscan atención médica por otras razones, y sus diagnósticos de COVID se han confirmado solo porque los hospitales exigen que los pacientes que ingresan se sometan a las pruebas.

Pero incluso aquellas que han ingresado en los nosocomios por otras razones suponen una gran carga para los centros sanitarios, según la directora de Salud Pública del condado de Los Ángeles, Barbara Ferrer.

“Las personas que dan positivo en la prueba del COVID requieren precauciones basadas en la transmisión que requieren muchos recursos, como habitaciones de aislamiento, personal especializado y equipos de protección personal”, dijo durante una reciente sesión informativa.

Hasta ahora, los hospitales del condado de Los Ángeles están atendiendo a muchos menos pacientes críticos positivos al coronavirus que hace un año.

Durante la oleada de COVID-19 del invierno pasado, alrededor del 80% de los contagiados en el departamento de emergencias del Centro Médico del Condado de Los Ángeles-USC fueron admitidos, y casi la mitad de ellos entraron a la unidad de cuidados intensivos, según el doctor Brad Spellberg, director médico del hospital. Actualmente, alrededor de un tercio de los pacientes con coronavirus son ingresados, y entre el 20% y el 25% van a la UCI.

“Eso da una idea de la diferencia de magnitud”, dijo. “Por eso el año pasado fue mucho más estresante en muchos sentidos”.

Los funcionarios señalan, sin embargo, que las hospitalizaciones son un indicador retardado de la propagación del coronavirus, que suele aumentar unas dos semanas después de un incremento en el número de infecciones.

Si bien los datos disponibles indican que Ómicron tiende a causar síntomas menos graves que la variante Delta, los funcionarios temen que la magnitud de los casos recientes pueda contrarrestar esa afirmación.

“Una cierta proporción de un gran volumen de casos, sea cual sea, va a ser grave”, señaló el doctor Anthony Fauci, principal asesor médico de la Casa Blanca.

E independientemente de la razón por la que estén en el hospital, el gran número de pacientes también pasa factura.

El doctor Mark Ghaly, secretario de Salud y Servicios Humanos de California, dijo la semana pasada que el censo hospitalario del estado se acercaba al nivel de hace un año, aunque el número de pacientes positivos al coronavirus sigue siendo mucho menor.

“Estamos preocupados por la cantidad total de personas hospitalizadas. Nos preocupa el nivel de infecciones del personal y la necesidad de aislamiento y cuarentena de los trabajadores sanitarios”, dijo.

Con la oleada de Ómicron que no muestra signos de desaceleración, el gobernador Gavin Newsom desplegó el viernes a miembros de la Guardia Nacional de California para apoyar los esfuerzos de pruebas de coronavirus en los sitios en todo el estado.

La magnitud de la última oleada también ha llevado a las autoridades estatales a ampliar el mandato de cubrebocas en todo el estado para los espacios públicos interiores hasta al menos el 15 de febrero.

Los funcionarios advierten también que las viejas mascarillas de tela que no se ajustan bien, con huecos alrededor de la boca y la nariz, son demasiado arriesgadas para usarlas en la era de Ómicron, ya que la variante se propaga con facilidad.

La redactora del Times Hayley Smith ha contribuido a este informe.

Para leer esta nota en inglés haga clic aquí

Anuncio