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Columna: Su sueño comenzó cuando estudiaba la primaria en el LAUSD; después voló alto -hasta Marte-

NASA systems engineer Luis Dominguez is a team leader working on the Psyche spacecraft
El ingeniero de sistemas de la NASA Luis Domínguez es líder de equipo que trabaja en la nave espacial Psyche, que estudiará un asteroide rico en metales ubicado entre Marte y Júpiter.
(Robert Gauthier / Los Angeles Times)
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Es posible que haya visto la noticia sobre la misión Psyche, en la que la NASA se prepara para lanzar una nave espacial que viajará a un asteroide en busca de información que pueda revelar algunos de los misterios del universo.

Pero aquí voy a contar la historia de una travesía diferente. Se trata de cómo Luis Domínguez, hijo de inmigrantes de México y Honduras, viajó desde el sur de Los Ángeles al Laboratorio de Propulsión a Reacción (JPL, por sus siglas en inglés), donde ayudó a construir la nave espacial Psyche.

Domínguez, de 34 años, es el mayor de los tres hijos de Luis y Cecilia Domínguez. Su padre es mecánico de automóviles, y Luis lo acompañaba al taller cuando podía, colaborando en ocasiones. Su madre trabajó en limpieza durante un tiempo y, cuando era pequeño, Domínguez también trabajaba con Ella.

Dominguez, Systems Engineer at JPL
Domínguez, Ingeniero de Sistemas en JPL, trabajó en misiones a Marte y está a cargo del ensamblaje, prueba y lanzamiento de la nave espacial Psyche, que pronto será lanzada para estudiar un asteroide. En esta foto se ve a Domínguez en la casa de su infancia, donde solía plantar árboles y recoger frutas, en Los Ángeles, CA.
(Irfan Khan/Los Angeles Times)
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Su educación comenzó en Vermont Elementary en L.A. Unified, seguida de Audubon Middle School, donde, según cuenta, no era el mejor estudiante. Pero cuando un compañero de clase de séptimo grado llevó a clase un libro sobre vuelo, supo lo que quería hacer con su vida.

“Estaba fascinado. Me dije: ‘Quiero trabajar en aviones’”, recordó Domínguez. Luego fue a Westchester High School, que tenía un perfil aeroespacial.

Domínguez se levantaba a las 5 de la mañana y el viaje en autobús a la escuela tomaba alrededor de una hora. Saber lo que quería hacer con su vida lo volvió más concentrado y su GPA se disparó como un misil. Un día, un profesor visitante de Cal State le aconsejó que considerara especializarse en ingeniería mecánica en la universidad en lugar de aeroespacial, porque le daría más opciones de trabajo.

Y así lo hizo, en Cal Poly Pomona. Domínguez vivía en casa para ahorrar dinero. Viajaba a la universidad todos los días, trabajaba algunas horas en una tienda de conveniencia y en otra de sándwiches en su tiempo libre, también trabajaba como jardinero y ayudaba en el taller de automóviles de su padre, en Inglewood.

“En mi tercer año tuvimos una feria de empleo y JPL estaba allí. Sinceramente, ni siquiera sabía qué era JPL. Simplemente les estaba dando mi currículum a todos”, dijo Domínguez, quien tenía un GPA de 3.98 en ese momento y estaba buscando una pasantía. “Recibí una llamada bastante rápido. Pregunté: ¿qué es JPL? Lo busqué en internet y pensé: ‘oh, es el centro espacial de la NASA’. Esto está muy bien.”

En el otoño de 2007, Domínguez fue asignado como estudiante en prácticas a tiempo parcial al ingeniero del JPL David Gruel, quien dirigía el equipo que montó el Laboratorio de Ciencias de Marte para la misión Curiosity. Muchos pasantes son pasivos o introvertidos, comentó Gruel. Pero no Domínguez.

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NASA systems engineer Luis Dominguez is a team leader working on the Psyche spacecraft
El ingeniero de sistemas de la NASA Luis Domínguez es líder de equipo que trabaja en la nave espacial Psyche, que estudiará un asteroide rico en metales ubicado entre Marte y Júpiter. Domínguez, aquí reflejado en la lámina que cubre la nave espacial.
(Robert Gauthier/Los Angeles Times)

“Luis entró y preguntó: ‘Oye, ¿qué puedo hacer? Déjame ayudarte con eso’. Se notaba que estaba emocionado de estar ahí y quería contribuir. Estaba abierto y dispuesto a hacer cualquier tarea que le pidiéramos”, relató Gruel. “Así que su primera experiencia en el JPL fue ver la construcción de un rover, que iba a aterrizar en la superficie de Marte”.

Cuando terminó la pasantía y Domínguez se graduó de Cal Poly Pomona, tenía el corazón puesto en una carrera en JPL. Recuerda haberle dicho a Gruel: “Contrátame. Voy a trapear los pisos. Haré lo que sea”.

Gruel había visto a Domínguez evolucionar como pasante desde pequeñas tareas hasta dar soporte técnico a los ingenieros de Curiosity. “Me di cuenta de que Luis iba a ser un buen candidato, y que JPL definitivamente se beneficiaría de traerlo como ingeniero a tiempo completo”, destacó Gruel.

Domínguez fue a JPL justo después de la universidad y ha estado allí desde entonces. Fue adjunto de integración eléctrica y líder de pruebas en el rover Mars Perseverance, que se lanzó en 2020. Ahora es el ingeniero electrónico principal en el satélite Psyche, supervisa un equipo de cinco personas y estará en Florida para el lanzamiento de Psyche, en agosto, desde Cabo Cañaveral.

Docenas de ingenieros y personal de apoyo están en el equipo de Psyche. Esencialmente, Domínguez y su equipo construyen las entrañas electrónicas de la nave. Toman componentes fabricados en JPL y el mundo, unen todo y lo ponen a prueba. “En pocas palabras, construimos la nave espacial, la llevamos a un ambiente donde la completamos y luego le soplamos un montón de aire altamente presurizado para crear el ambiente acústico que se obtiene durante el lanzamiento”, detalló Domínguez.

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Dominguez, at his childhood home where he used to spent time planting trees and pick fruits in Los Angeles
Domínguez, en la casa de su infancia donde solía plantar árboles y recoger frutas en Los Ángeles, CA.
(Irfan Khan/Los Angeles Times)

La nave viajará por el espacio durante años, programada para llegar a su destino, un asteroide conocido como 16 Psyche, en 2026. La extracción en asteroides se considera una posibilidad futura, comentó Domínguez, pero tiene más curiosidad sobre el aspecto principal de la misión.

“Lo bueno de esto es que es el asteroide metálico más grande que conocemos, y todos los datos apuntan a que es probable que sea el núcleo de un planeta fallido”, remarcó. “Podemos obtener una mejor comprensión de cómo se vería el núcleo de la Tierra, que es algo que nunca hemos podido hacer”.

El lunes en el JPL, Domínguez y otros estaban dando los toques finales a la nave espacial. En el día de prensa, me encontré con Brian Bone, gerente de la unidad de operaciones de ensamblaje, prueba y lanzamiento.

“Luis ha sido un jugador clave”, remarcó Bone. “He visto a pocas personas trabajar tanto, ya sea que se lo pidas o no. Está muy involucrado, y siempre emocionado de estar aquí”.

Domínguez, quien está comprometido con una mujer que conoció hace años cuando ambos trabajaban en McDonald’s, pronto se mudará con el equipo de JPL a Florida, para el verano. Renunció al contrato de arrendamiento de su departamento en el centro de Los Ángeles y se mudó temporalmente a la casa de estuco marrón donde pasó gran parte de su juventud, en el vecindario al suroeste de la USC.

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Cuando lo visité allí, sus padres estaban de viaje, visitando a familiares en México y Honduras, pero pude hablar con ellos por teléfono. Siempre fue un niño inteligente y trabajaba duro, relató su madre, Cecilia. “Nunca tuve dudas de que lo lograría”, añadió su padre, quien está orgulloso de los tres hijos. Uno de los hermanos menores de Luis es asistente médico y el otro es asistente legal, con la intención de convertirse en abogado.

Domínguez me dijo que durante su tiempo en JPL, desarrolló otra pasión. “Una de las cosas que más me emociona es la oportunidad de participar en la comunidad y hablar con los niños sobre las cosas que hago, especialmente los pequeños que vienen de donde yo vengo”, comentó.

El otoño pasado, fue el orador motivacional destacado en un discurso transmitido a estudiantes, profesores y personal del sistema Cal State. El alumno de Cal Poly contó su historia desde la oficina del rector en Long Beach, destacando el enfoque que tomó para convertirse en un mejor estudiante de preparatoria. Le dio crédito a sus padres por mostrarle el valor del sacrificio y el trabajo duro. “Nunca pensé que ayudaría a poner en Marte dos robots de una tonelada y un helicóptero”, le dijo a su audiencia, y se consideró a sí mismo un “estudiante universitario de primera generación y un orgulloso hijo de inmigrantes”.

Su consejo para todos los estudiantes fue apuntar alto, correr riesgos, no tener miedo al fracaso y vivir la vida con “coraje, curiosidad, tenacidad y una buena dosis de altruismo, porque esos son los principios que me llevaron a donde estoy hoy”.

Domínguez, nombrado en 2017 por CNET en Español como uno de los 20 latinos más influyentes en tecnología, cerró con estas palabras: “Al igual que el universo, cada ser humano está lleno de capacidades infinitas y posibilidades infinitas, con genialidad, sin importar su origen, su código postal, su circunstancia financiera. Nos corresponde a nosotros, como líderes, encontrar ese genio, avivarlo y dejar que brille, porque en última instancia, la genialidad está en todas partes”.

steve.lopez@latimes.com

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Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí.

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