Anuncio

Ed Buck enfrentará un juicio por inyectar a dos hombres dosis fatales de drogas en sesiones sexuales de ‘fiesta y juego’

Ed Buck
Ed Buck comparece ante el tribunal el 19 de septiembre de 2019
(Al Seib / Los Angeles Times)
Share

Ed Buck era un elemento fijo de la escena política de West Hollywood, defensor de causas como la prohibición de las pieles y la concientización sobre el sida, donante de funcionarios demócratas.

Pero detrás de las paredes del apartamento de Buck en Laurel Avenue se escondía una pesadilla. Durante casi una década, Buck, rico y blanco, atrajo a jóvenes negros en los puntos más bajos de sus vidas (sin hogar, adictos, que recurrían al trabajo sexual de nivel de subsistencia) a lo que él llamaba sesiones de “fiesta y juego”.

Dentro de una casa cuya vileza desmentía su reputación de hombre que había alcanzado una gran riqueza a una edad temprana, Buck acosaba a los hombres con drogas y los agredía sexualmente mientras estaban inconscientes o inmóviles. En dos casos, inyectó a sus víctimas con dosis tan fuertes de metanfetamina, que las mató.

Anuncio

Condenado en el juicio por una serie de delitos graves, incluida la distribución de metanfetamina con resultado de muerte, Buck comparecerá ante un juez el jueves por la mañana para conocer su destino. Sus abogados pidieron que el hombre de 68 años reciba una sentencia que le permita, algún día, regresar a la sociedad.

En cambio, los fiscales han instado a la jueza federal de distrito Christina A. Snyder a enviar a Buck a prisión por el resto de su vida, alegando que esa sentencia es necesaria no solo para castigarlo sino también para proteger al público. “Si Buck fuera liberado alguna vez”, escribieron, “alimentaría su compulsión de inyectar a otros hasta su último día”.

::

El abuso de drogas estaba en el centro de las desviaciones sexuales de Buck, según el testimonio y las evidencias presentados en su juicio de 2021, que abrió una ventana a una subcultura oscura de la comunidad gay de Los Ángeles.

Buck se movía en un mundo inmerso en las drogas y definido por los desequilibrios de poder entre los que solicitaban sexo y los hombres a menudo indigentes que lo ofrecían. Anunciaba en Adam4Adam, un sitio de conexión gay, que estaba interesado en sesiones de “fiesta y juego”, ampliamente conocidas por el uso de metanfetamina durante el sexo.

Un desfile de hombres testificó que el acusado les ofrecía dinero extra si dejaban que los “golpearan” o permitían que les inyectara la droga. En lo que los fiscales llamaron un “enfoque de premio y castigo”, a veces retenía el pago si no fumaban suficiente metanfetamina o no dejaban que él se las inyectara.

En su sórdido departamento, que estaba lleno de parafernalia de drogas y juguetes sexuales, Buck trataba a los hombres “como ratas de laboratorio en sus retorcidos experimentos”, escribió Chelsea Norell, asistente del fiscal federal, en un memorando de sentencia.

Los drogaba hasta el límite de la tolerancia de sus cuerpos; una vez que estaban inconscientes o inmóviles, los agredía sexualmente, los estrangulaba, los abofeteaba. Un hombre, al que le inyectaron algo que lo dejó incapaz de moverse, logró recuperar el control solo cuando Buck aceleró una motosierra frente a él y su cuerpo generó adrenalina.

Buck filmó muchos de los episodios. En un video reproducido en el juicio, le daba instrucciones a un hombre enmascarado que fumara metanfetamina: “Mira directamente a la cámara, ensancha las fosas nasales y sopla lentamente. Ahora, si a eso le sumas los ojos bien abiertos, sería una toma perfecta”.

Un testigo, Carlos, describió que un amigo le había dicho que un hombre pagaba $200 por fumar metanfetamina y “pasearse en ropa interior”. Como vivía debajo de un paso elevado en ese momento, entre campamentos en Hawthorne, West Athens y Gardena, “tenía que luchar para sobrevivir”, testificó. “Hacía lo que podía para comer, para cuidarme, para seguir siendo padre”.

Para proteger su privacidad, The Times oculta los apellidos de los testigos que describieron haber sido abusados sexualmente.

Carlos fue al departamento de Buck unas 20 veces durante un período de seis meses. Usaba metanfetamina y GHB, una droga de fiesta; a veces, Buck rociaba un solvente de limpieza de cloruro de etilo en un trapo, lo sostenía sobre la boca de Carlos y lo observaba inhalar.

A Buck “le gustaba verme cuando apenas podía pararme, apenas consciente”, recordó. “Él quería que me cayera por todos lados”, un estado en el que “era capaz de hacer lo que quisiera en cuanto a tocar y todo eso”.

El anfitrión a veces se refería a los hombres negros con un insulto, señalaron los testigos en el juicio.

Dos hombres murieron en el departamento. Sus cuerpos fueron encontrados en circunstancias casi idénticas. Gemmel Moore, de 26 años, voló desde Texas el 27 de julio de 2017 con un boleto que Buck había comprado. Horas después, estaba muerto. Un investigador forense encontró a Moore acostado en un colchón, con la TV prendida y mostrando escenas de pornografía. Se hallaron jeringas, pipas, juguetes sexuales y metanfetamina en todo el apartamento.

Las autoridades inicialmente dictaminaron el deceso de Moore como accidental. No fue hasta que su madre y sus amigos cuestionaron públicamente el hallazgo que los detectives del sheriff del condado de Los Ángeles reabrieron una investigación sobre si la dosis fatal fue autoadministrada.

Buck redactó en un mensaje de texto, escribiendo mal el nombre de su víctima: “Tengo ocho días más para ir con este sheriff de Jamall que investiga mi mierda. El 28 de este mes sabremos qué va a pasar, si me quitan el bozal y puedo hablar”. Envió el mensaje a Timothy Dean.

Dean, de 55 años, un exjugador de baloncesto que trabajaba como consultor de moda en Saks Fifth Avenue, fue al departamento de Buck el 7 de enero de 2019. En una hora, tuvo una sobredosis, escribió Norell en un memorando de sentencia. Antes de llamar al 911, Buck limpió el vómito y la sangre de Dean y arrojó jeringas y tubos por una ventana, según Norell.

Cory McLean
Cory McLean held the ashes of his best friend, Gemmel Moore, 26, who was found dead of a crystal meth overdose in Ed Buck’s West Hollywood home on July 27, 2017.
(Allen J. Schaben/Los Angeles Times)

Las autoridades encontraron a Dean, tal como Moore dos años antes, acostado sobre un colchón en la sala de estar de Buck. Había tres grandes espejos contra las paredes. La parte inferior de los pies de Dean estaba blanca, lo que indicaba que llevaba sin vida algún tiempo, escribió Norell.

ciones debilitantes entre las poblaciones más vulnerables, y lo hizo todo sin una pizca de remordimiento”.

::

Fue necesario que otro hombre estuviera al borde de la muerte para que las autoridades finalmente arrestaran a Buck. En septiembre de 2019, le inyectó a Dane Brown tres dosis de metanfetamina. Brown logró salir tambaleándose del apartamento de Buck y llegar a una gasolinera cercana, donde llamó al 911.

Buck fue arrestado una semana después.

“Él no valora la vida humana más allá de la suya”, escribió Norell, instando a Snyder, el juez, a enviarlo a prisión por el resto de su vida. “Utiliza a los seres humanos como juguetes, destruyendo sus vidas simplemente para apaciguar sus propios deseos sexuales. “Ha matado a dos personas y casi a una tercera”, continuó, “destruyó familias, creó y amplificó adic
Pero Mark Werksman, el abogado de Buck, le pidió a Snyder que viera el “comportamiento cada vez más arriesgado y autodestructivo” de su cliente a través de la lente del abuso que había sufrido cuando era niño y su creciente adicción a las drogas.

Nacido en Steubenville, Ohio, Buck se mudó con su familia cuando cerraron las acerías y la pequeña ciudad a orillas del río Ohio entró en recesión, escribió Werksman en un memorando de sentencia. La familia se instaló en Phoenix. Su padre tomó un trabajo en una planta de tratamiento de aguas residuales, mientras que su madre trabajó en una línea de producción y, más tarde, como administradora de oficinas.

Cuando Buck tenía 11 años, su padre abusaba sexualmente de él cuando su madre no estaba en casa, escribió Werksman. Buck, quien se crió como católico y se desempeñó como monaguillo, también fue abusado sexualmente por varios sacerdotes y un monseñor, según su abogado.

Cuando era joven, Buck trabajó como modelo y actor de poca monta en Europa, luego regresó a Phoenix, donde tomó un trabajo como mensajero en bicicleta para el negocio de un amigo que brinda información a las compañías de seguros de automóviles, según escribió su madre de 94 años, Margaret Buchmelter, en una carta dirigida a la corte. Eventualmente compró la empresa en apuros económicos, Rapid Info Franchise, la reflotó y la vendió en 1986 por un millón de dólares, señaló la mujer.

Buck, millonario a los 32 años, se retiró de los negocios y se dedicó a causas políticas en Arizona, como encabezar una campaña para acusar al gobernador del estado, Evan Mecham, de quien colgó una efigie/piñata en una oficina dedicada a la campaña. Mecham luego lo declaró un “homosexual militante”. Buck respondió: “Tiene razón. ¿Y qué?”. En 1991 se mudó a California y se instaló en el apartamento de renta controlada, tres habitaciones y dos baños en Laurel Avenue donde, décadas después, dos hombres morirían.

A los 40 años, Buck abusaba de las anfetaminas, que le habían recetado para tratar la narcolepsia y otras afecciones, escribió Werksman. Pasó a usar metanfetamina, fumar e inyectarse la droga a diario hasta que fue arrestado, relató su abogado. “A pesar de enfrentar cantidades inconcebibles de abuso y dolor desde una edad muy temprana, por parte de algunos de los adultos más cercanos que lo rodeaban, el Sr. Buck hizo un esfuerzo consciente para escapar de ese entorno abusivo y contribuir positivamente a la sociedad”, escribió Werksman, señalando su apoyo a causas políticas y la defensa de los derechos LGBTQ y la concienciación sobre el sida.

Werksman solicitó una sentencia que le permitiera a Buck salir de prisión algún día.

Las preguntas sobre la riqueza del hombre aún se ciernen sobre el caso. Los fiscales le pidieron a Snyder que ordenara a Buck pagar $51.562 en restitución a sus víctimas y una multa de $400.000, citando la estimación de un oficial de libertad condicional de que su patrimonio ronda en los dos millones de dólares. Cuando fue arrestado, los investigadores encontraron extractos bancarios que mostraban que tenía $3.477.335 entre varias cuentas, escribió Norell.

Relatives of Ed Buck's victims.
Jasmyne Cannick walks away from court as Latisha Nixon, mother of Gemmel Moore, holds hands with Joann Campbell, sister of Timothy Dean. Moore and Dean died in Ed Buck’s West Hollywood apartment of methamphetamine overdoses.
(Allen J. Schaben/Los Angeles Times)

Los abogados de Buck llamaron a estas cifras “extremadamente infladas”. Su madre le prestó un millón de dólares para pagar sus honorarios legales, escribió Werksman; debe varios cientos de miles al Servicio de Impuestos Internos y debe pagar una cantidad similar en impuestos sobre las ganancias de capital después de que uno de sus abogados anteriores liquidara gran parte de sus activos.

Los fiscales y los abogados del acusado acordaron posponer la audiencia para determinar el monto que deberá pagar en restitución mientras sus letrados recopilan registros de sus finanzas.

Los redactores de planta de The Times Michael Finnegan, Hailey Branson-Potts, Richard Winton y Matt Hamilton contribuyeron con este artículo.

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí.

Anuncio