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Trabajadores de California que cortan cubiertas de piedra están muriendo de una enfermedad incurable

Leobardo Segura Meza, 27 años, de Pacoima.
Leobardo Segura Meza, 27 años, de Pacoima, padece silicosis, una enfermedad pulmonar incurable que afecta a los trabajadores que cortan y pulen piedra con alto contenido de sílice cristalino.
(Mel Melcon / Los Angeles Times)
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Dentro de una larga fila de talleres en una zona industrial de Pacoima, los hombres trabajaban sobre pesadas losas de piedra moteada, mientras las sierras se escuchan por encima los sonidos de rock en español.

Un polvo casi imperceptible se levantaba a su alrededor mientras trabajaban. Muchos no traían puesta una mascarilla. A algunos les brotaba agua de las sierras, pero otros no tenían nada para apaciguar el polvo que flotaba en el aire.

“Nadie usa agua”, dijo un hombre con una gorra de los Dodgers cuando se acercó María Cabrera, que sostenía folletos sobre la silicosis, una enfermedad incurable y asfixiante que ha enfermado gravemente a docenas de trabajadores en todo el estado y ha dado muerte a hombres jóvenes.

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Cabrera, una trabajadora de extensión comunitaria de la organización sin ánimo de lucro Pacoima Beautiful, le instó a él y a los demás trabajadores presentes en la obra de Branford Street a que se protegieran. La silicosis puede hacer estragos en los pulmones de los trabajadores tras inhalar diminutas partículas de sílice cristalino mientras cortan y muelen la piedra que contiene el mineral.

La enfermedad se remonta a siglos atrás, pero los investigadores afirman que la creciente popularidad de las cubiertas de piedra artificial, con concentraciones de sílice mucho más elevadas que las piedras naturales, ha impulsado una nueva epidemia de la enfermedad. A medida que el peligroso polvo se acumula y deja cicatrices en los pulmones, la enfermedad puede dejar a los trabajadores sin aliento, debilitados y, en última instancia, con insuficiencia pulmonar.

“Puedes hacerte un trasplante”, le dijo Cabrera al hombre, “pero no durará”.

En California, la enfermedad ha empezado a debilitar a trabajadores jóvenes, en su mayoría inmigrantes latinos que cortan y pulen losas de piedra artificial. En lugar de aparecer en personas de 60 o 70 años tras décadas de exposición, ahora afecta a hombres de 20, 30 o 40 años, según la doctora Jane Fazio, neumóloga especialista en cuidados intensivos, quien dijo sentirse alarmada por los casos que vio en el Centro Médico Olive View-UCLA. Algunos pacientes de California han muerto a los 30 años.

“Son jóvenes que esencialmente tienen un diagnóstico terminal”, dijo Fazio.

En Pacoima, un padre de familia de 27 años dice que ahora tiene que volver del parque a toda prisa hasta su casa con su hija de 8 años y su hijo de 5, porque su tanque de oxígeno empieza a agotarse mientras juegan. Leobardo Segura Meza dice que ya no puede correr por el campo de fútbol ni hacer ejercicio como antes.

Tampoco puede trabajar. Durante una década se ganó la vida cortando, puliendo e instalando las barras de piedra en el condado de Los Ángeles y sus alrededores. El polvo estaba por todas partes, dice, y para protegerse sólo le daban una mascarilla contra el polvo, según él inadecuada para el trabajo. A veces llevaba una manguera e intentaba conectarla a la máquina para reducir el polvo, pero no había máquinas que dispensaran agua mientras cortaban, dijo.

Empezó a sufrir una tos que no desaparecía y perdía el aliento al subir escaleras, dijo. Empezó a perder peso. En un momento dado, tuvo que ser hospitalizado al colapsarse uno de sus pulmones.

Segura Meza nunca había oído hablar de la silicosis antes de que se la diagnosticaran. “No hay cura para esta enfermedad. Lo único que pueden hacer es un trasplante de pulmón”, dijo.

Lo que teme es que a medida que más trabajadores enfermen, “no haya suficientes pulmones para nosotros”. En una audiencia estatal este verano, Segura Meza dijo que dos de sus compañeros de trabajo ya habían muerto esperando trasplantes.

Para advertir a los trabajadores sobre la amenaza, Cabrera y Claudia Vásquez, otra trabajadora de Pacoima Beautiful, hacían sus rondas en el estacionamiento del Home Depot de San Fernando, donde obreros con camisas de manga larga esperaban a que llegara gente en coches a ofrecerles trabajo. Pocos habían oído hablar de la enfermedad.

“Es muy peligrosa esta enfermedad, preguntó un hombre apoyado en una palmera del estacionamiento.

Cabrera le dijo que no había cura. Le instó a utilizar sierras húmedas para limitar el peligroso polvo que se levanta en el aire y respiradores aprobados por el NIOSH para evitar respirarlo. Los organismos reguladores de la seguridad laboral han recomendado una serie de medidas, como sistemas de agua, ventilación y aspiración para eliminar el polvo, además de protectores para la respiración, que cubran toda la cara del trabajador si los niveles de sílice en el aire son elevados.

El riesgo es grave para los trabajadores del sector: Aunque las estimaciones de su prevalencia varían de un estudio a otro, algunos estudios realizados en Australia han revelado que aproximadamente 1 de cada 5 trabajadores de la piedra padecía la enfermedad. En California, los organismos reguladores de la seguridad en el trabajo han calculado que, de los aproximadamente 4.000 trabajadores del sector en todo el estado, entre 485 y 848 padecerán silicosis, y que hasta 161 podrían morir de esa enfermedad.

Un estudio reciente realizado por médicos de la UCLA y la UCSF reveló que casi una quinta parte de las decenas de trabajadores de California que contrajeron silicosis por cortar estas cubiertas de piedra habían fallecido. La edad media de fallecimiento era de 46 años. Más de la mitad habían sufrido retrasos en el diagnóstico, ya que la enfermedad se confundió con neumonía bacteriana o tuberculosis, y más de un tercio ya tenía graves cicatrices en los pulmones cuando se les diagnosticó.

El condado de Los Ángeles ha sido un epicentro de la enfermedad, con 60 de los 83 casos entre trabajadores que cortan las cubiertas de piedra identificados en todo el estado desde 2019 por el Departamento de Salud Pública de California.

El Valle de San Fernando es un centro para la industria de “fabricación” de piedra -aquellos que cortan y pulen las losas hechas por fábricas. Los funcionarios del condado también dijeron que la información proporcionada por Fazio y otros, puede haber resultado en una mejor notificación de tales casos en Los Ángeles. En julio, el estado envió un aviso a los proveedores de atención médica sobre la amenaza, recomendando que los médicos pregunten si los pacientes enfermos han trabajado como cortadores de cubiertas de piedra y los instan a informar al estado sobre cualquier caso identificado de silicosis.

Los reguladores de la seguridad laboral de California están elaborando normas de emergencia para intentar proteger a los trabajadores, ya que la piedra artificial ha pasado a dominar el sector de las cubiertas de piedra. Este material, también llamado piedra artificial o sintética, se fabrica con cuarzo triturado unido con resina. El condado de Los Ángeles está estudiando la posibilidad de ir más allá y prohibir totalmente la venta e instalación de “piedra artificial de sílice”.

Deben cumplirse las normas de seguridad existentes, pero “creemos que es necesario introducir cambios adicionales en las normas para que sea aún más seguro en el lugar de trabajo”, declaró la doctora Nichole Quick, subdirectora de protección de la salud del departamento de salud pública del condado de Los Ángeles.

El departamento del condado está preparando un informe solicitado por los supervisores del condado sobre las opciones para una posible prohibición, así como otras posibles medidas. También se ha asociado con Pacoima Beautiful para llevar a cabo actividades de divulgación. “Esta es una enfermedad prevenible”, dijo Quick, “y queremos tomar las medidas adecuadas para que estos lugares de trabajo sean más seguros”.

Una cuestión que se plantea el condado -y los reguladores gubernamentales de todo el mundo- es si algunas medidas protegerán eficazmente a los trabajadores que cortan materiales abundantes en sílice. La Asociación de Fabricantes de Piedra Aglomerada, un grupo internacional que representa a los fabricantes de piedra artificial, sostiene que sus productos pueden cortarse “sin problemas de seguridad ni riesgos para la salud si se realiza de acuerdo con las mejores prácticas”.

En un comunicado, la asociación afirma que el riesgo no reside en la piedra artificial en sí, sino en el escaso cumplimiento de las medidas de seguridad por parte de los fabricantes, y argumenta que es necesario “simplificar y aplicar rigurosamente las normas de seguridad”. Los miembros de la Coalición de la Piedra, que representa tanto a fabricantes como a manufactureros, dijeron que una prohibición del condado de Los Ángeles tendría “graves consecuencias económicas” y abogaron por una mayor aplicación de las leyes de seguridad laboral, especialmente los relacionados con los “cortes en seco”.

Y la Federación Empresarial del Condado de Los Ángeles sostuvo que la aplicación de las normas de seguridad “hará más para prevenir enfermedades, sin [afectar] negativamente al coste de la construcción en un momento en que Los Ángeles está sufriendo una devastadora crisis inmobiliaria”.

Pero Raphael Metzger, un abogado de Long Beach que representa a Segura Meza y a otros trabajadores que han demandado por daños y perjuicios a fabricantes de piedra artificial como Cambria y Caesarstone, argumentó que los respiradores típicos y otras medidas estándar no son suficientes. Incluso con “métodos húmedos”, los trabajadores pueden estar expuestos a niveles peligrosos de sílice y necesitan protección adicional, según ha descubierto una investigación del NIOSH.

Casi la mitad de los trabajadores que sufrían silicosis en el estudio de la UCLA y la UCSF afirmaron que en sus lugares de trabajo se utilizaba agua para controlar el polvo. Aproximadamente una cuarta parte afirmó que siempre usaba protección respiratoria. Fazio señaló que los estudios han revelado que, en muchos talleres, el polvo es tan denso que los respiradores no pueden filtrarlo.

Metzger argumentó que el tipo de medidas sofisticadas y costosas que serían necesarias para proteger de forma fiable a los trabajadores que cortan piedra artificial no son económicamente viables en una industria en la que los trabajadores inmigrantes suelen trabajar en pequeños talleres y a menudo cobran en efectivo. La piedra artificial “es demasiado peligrosa para utilizarla con seguridad”, afirma. “Si hay algún producto industrial que debería prohibirse, es éste”.

Segura Meza se mostró de acuerdo, calificándolo de “muy mortífero”. Vásquez, de Pacoima Beautiful, dijo que cuando ella y Cabrera empezaron a hablar con los trabajadores sobre la piedra artificial y la silicosis, muchos de ellos preguntaron: “¿Cómo es que no hacen nada con las tiendas que venden los productos?”.

En Australia, donde el gobierno está sopesando la prohibición de la piedra artificial, un grupo profesional cuyos miembros evalúan los riesgos para la salud de los trabajadores concluyó que la alta concentración de sílice en la piedra artificial dificulta que medidas como el corte húmedo y la ventilación protejan adecuadamente a los trabajadores.

Se necesitan medidas adicionales de protección respiratoria, pero tales sistemas “han estado ausentes en gran medida de este sector”, escribió el Instituto Australiano de Higienistas Ocupacionales. A la luz de estas preocupaciones, recomendó prohibir las piedras artificiales que contengan más de un 10% de sílice cristalino, pero dijo que también apoyaría la prohibición de todas las piedras artificiales debido a la dificultad de lograr un riguroso cumplimiento de las normas de seguridad incluso a un nivel del 10%.

En California, las normas existentes para proteger a los trabajadores a menudo no se cumplen, según descubrieron los reguladores estatales. Cal/OSHA, que ahora se apresura a redactar normas de emergencia para proteger a los trabajadores de California en la industria de corte y pulido de piedra, encontró violaciones rampantes de las normas actuales cuando examinó más de cerca los talleres en 2019 y 2020.

A pesar del aumento de esta mortal enfermedad, los propietarios de viviendas y otros consumidores que compran cubiertas de piedra saben poco o nada sobre la amenaza que pueden representar para los trabajadores las superficies de sus cocinas y baños, dijo Fazio. Según la federación empresarial del condado de Los Ángeles, se calcula que la piedra artificial representa ya más del 60% de los materiales utilizados en dichas cubiertas, y los investigadores de mercado afirman que su popularidad seguirá aumentando.

La piedra artificial “está en todas partes y la gente no tiene ni idea”, dijo Fazio. Los consumidores “tienen derecho a saber que la cubierta que puede ser la más barata... en realidad puede estar costando la vida a la gente”.

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