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Por amor, un chef mexicano triunfa en Israel con una taquería

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Un mexicano se reconoce en cualquier parte del mundo por muchas cosas. Por la forma de hablar, por su profunda fe en la virgen de Guadalupe; por su música de mariachi, y por algo muy peculiar: los tacos.

Sí, los tacos. Los hay de todo tipo: de carne asada, de suadero, de sesos, de ojos, de lengua, de buche y de lo que usted quiera.

Por eso, durante un viaje periodístico reciente a Israel, cuando me enteré de la existencia de una taquería mexicana en Jerusalén, me llené de curiosidad.

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Como atraída por un imán, llegué hasta Tacos Luis y me encontré con la sorpresa de unos espectaculares tacos al pastor. El creador de la proeza de ofrecer tacos en el corazón de la tierra santa es Luis Cruz, un joven originario de la ciudad de Oaxaca.

Su historia está llena de aventuras y de un amor que jamás le permitió imaginar que lo llevaría hasta Israel y mucho menos que iniciaría una exitosa taquería en ese país.

El éxito de Luis es quizá porque de niño aprendió muy bien las enseñanzas de Elenita, su abuela, quien era una experta en la sofisticada cocina oaxaqueña. De sus manos salían deliciosos platillos con exquisitos aromas y delicadas combinaciones de sabores dulces y amargos, condimentados y salados que ofrece la gastronomía de esa región de México.

Con esa experiencia, desde muy chico tuvo claro que quería ser chef. Pasaron los años y no se desvió de su sueño hasta graduarse como tal de la Universidad de Oaxaca. Eso le abrió las puertas de restaurantes muy exitosos y del mundo entero.

Pero dicen que uno pone y Dios dispone, y un día Luis conoció a Leah, una joven israelita que estaba de visita en Oaxaca pero que vivía en Nueva York.

Le gustó y desde entonces puso todo su esfuerzo para enamorarla. Y para ello recurrió a sus habilidades culinarias y le preparaba exóticos platillos que maridaba con vinos, tequila y mezcal.

Por supuesto que Leah no pudo resistirse a esos encantos y se enamoraron. Fue entonces que decidió emigrar a Nueva York con la idea de codearse con reconocidos chefs en la gran manzana y al mismo tiempo consolidar la relación con la chica que le robó el corazón.

Por no tener documentos para trabajar en Estados Unidos, no pudo cumplir su sueño de trabajar al lado de algún chef reconocido en Estados Unidos. Aún así, consiguió ser reconocido como el mejor panadero en Tisserie, en Nueva York.

En esas jornadas, recuerda que de madrugada preparaba los panes típicos mexicanos, aprendió algunas recetas centroamericanas y cuando le sobraba el tiempo aprovechaba y horneaba repostería más sofisticada.

“He sido inmigrante dos veces. Llegué a Estados Unidos y me dolió mucho ver como veían a los migrantes mexicanos, porque pensaban que uno llegaba a quitarles el puesto y la verdad nunca recibí ayuda de nadie”, dice Luis con un poco de tristeza que se refleja en su rostro.

Pero si en el trabajo las cosas no iban bien, en el terreno del amor las cosas iban a pedir de boca. Tanto que Leah y él decidieron casarse, viajar a Israel y llevar con ellos la comida mexicana a una de las zonas más visitadas del mundo: Jerusalén.

Como siempre ocurre, hubo quienes le pronosticaron el éxito en esa empresa, y los que se burlaron de ellos por su “descabellada” idea.

Pero como dicen, nadie es profeta en su tierra y Luis consiguió que sus tacos al pastor fueran reconocidos en esa parte del mundo, donde con toda constancia ha conquistado a paladares muy exigentes, cocinándoles desde el mole negro típico de Oaxaca, hasta los tacos al pastor de pavo, con todo y su pedazo de piña asado y por supuesto, con la típica y original salsa verde.

“No ha sido fácil porque ellos comen muchas verduras, por lo que tuvimos que cambiar algunos de los ingredientes para que los aceptaran mejor. Por ejemplo, los tacos al pastor en México son de puerco adobado, aquí los hacemos de pavo”.

El aroma a cebollita refrita, carne con adobo y una buena salsa verde es lo que está llamando la atención no sólo de los turistas de todo el mundo que llegan a Jerusalén, sino también de los propios israelitas...

“Yo creo en los sueños y esta es una de las metas que estoy cumpliendo a mis 35 años y en esto no sólo triunfo yo, triunfa México”, dice Luis muy emocionado al ver su restaurante lleno de comensales.

Ahora Luis ha llevado su restaurante más allá: La demanda de los tacos es tal que con sus 14 empleados empezará a ofrecer talleres sobre la preparación de auténticos tacos mexicanos ofreciendo una charla sobre la historia culinaria de México, la preparación de los tamales y los secretos de las salsas caseras. Los que participen en estos talleres degustarán de un buen pozole, churros con chocolate caliente al estilo mexicano y por supuesto, mezcal.

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