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Lo que se vivió dentro del teatro en la gala de The Best celebrada en Milán

Lo que no se vio en The Best.
(MARCO BERTORELLO/AFP/Getty Images)

Los premios de la FIFA cerraron con broche de oro pero no todo fue color dorado

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La gran gala de los premios The Best de la FIFA se llevó a cabo la noche del domingo en el Teatro della Scala en Milán, Italia. Al evento asistieron los mejores exponentes del balompié en el planeta y aunque hubo momentos demasiado incómodos con los conductores, al final del día estuvimos presentes con lo mejor del futbol mundial.

La periodista italiana Ilaria D’Amico y el exmediocampista holandés Ruud Gullit fueron los encargados de conducir el evento. Pero la poca química entre los dos conductores y lo forzado que se veían en el escenario dio mucho de qué hablar entre los asistentes que no podían creer que la ceremonia se hiciera tan larga como la alfombra verde en la que habían entrado los asistentes.

Pero a pesar de todas las dificultades técnicas, el evento fue una gran fiesta de principio a fin. Desde temprano las grandes leyendas del futbol arribaron por la puerta principal, aunque en cuanto se supo que la estrella portuguesa de la Juventus no iba a asistir ya prácticamente se sabía quién iba a ganar el premio al Mejor Jugador de la temporada 2018-2019.

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Ya dentro del Teatro della Scala todo era lujo; el inmueble fue construido en 1778 y ha sido testigo de grandes obras de teatro, así como de la mejor opera de Italia. Pero no fue construido pensando en la prensa ni en las necesidades modernas, por lo que tuvimos que batallar un poco para poder estar de cerca en los premios The Best, pero al final estuvimos ahí.

Ya al final y tras saber todos los nombres de los ganadores, la Zona Mixta fue abierta para los medios de comunicación, Jurgen Klopp y Alisson, ganadores del premio a Mejor Entrenador y Mejor Portero respectivamente, corrieron hacia sus transportes argumentando tener un vuelo en un par de horas más.

De los pocos que se detuvieron para hablar fueron Hugo Sánchez, quien habló cómo sufrió discriminación por pertenecer al continente americano en 1990; y Lionel Messi, que se enfocó más en la actualidad del Barcelona y en el futuro brillante que le ve a su compañero Ansu Fati.

Al final fue una gran fiesta donde viejos conocidos se encontraron, Messi abrazó con euforia a Sergio Ramos cuando lo vio, mientras otros se conocían por primera vez y se maravillaban por lo glamoroso del evento. Y también tú querido lector, al que agradezco por acompañarme a estar presentes con lo mejor del futbol mundial.

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