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La pateadora Dalia Hurtado, atleta en tres deportes, se roba la atención en el East L.A. Classic

Dalia está en el equipo de futbol americano, futbol y voleibol en Garfield High. Por si eso fuera poco, también boxea en el Capetillo Academy

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Dalia Hurtado recuerda cuando esperaba que llegara la tarde en su natal Manzanillo, Colima, para que bajara el tráfico en su vecindario y saliera a la calle para jugar béisbol o futbol con sus amigos.

Desde que ella recuerda, a la muchacha de 16 años de edad siempre le han interesado los deportes.

Hoy en día es la única atleta femenil que está en tres deportes en su preparatoria. Está en el equipo de futbol americano, futbol y voleibol en Garfield High. Por si eso fuera poco, también boxea en el Capetillo Academy, en el Este de Los Ángeles, cuando sus deportes de la escuela están fuera de temporada.

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Este próximo viernes, Hurtado será parte del tradicional juego histórico del llamado “Clásico del Este de Los Ángeles” cuando sus Bulldogs de Garfield High enfrenten a los Rough Riders de Roosevelt.

“A mí me gustan los desafíos y este Clásico es un desafío para mí”, declara Hurtado a Los Angeles Times en Español sobre el enfrentamiento de este viernes.

Para la nacida en Los Ángeles, los desafíos en su vida comenzaron cuando a los cinco años su mamá la llevó a México, donde vivió hasta los 10 años de edad. Pero luego ella pensó que en Estados Unidos tendría un mejor futuro y pidió a su madre regresar a la Unión Americana para vivir con su abuelita.

Hurtado tiene muy grabado en el corazón aquel día que estaba en un avión, llorando mientras regresaba, acompañada de una aeromoza.

“No me importó viajar con una aeromoza, nada más quería conseguir un sueño y creo que lo estoy logrando”, asevera.

La nostalgia y soledad por estar con su mamá y cinco hermanos no han sido nada fácil para esta joven, quien se ha refugiado en los deportes para no pensar tanto en su familia lejana.

“Haciendo deporte me ha ayudado a tener la mente ocupada y me ha ayudado en la escuela, me ha ayudado para irme por buen camino. Y también me ha ayudado a ser ejemplo de muchas niñas”, señala Hurtado, una de las cinco muchachas que juegan futbol americano en la escuela Garfield.

“Extraño a mi mamá y a mis hermanitos, pero jugando me ayuda que mi mente no esté ocupada en que los extraño”, declara Hurtado. “Cuando estoy jugando y corro, pienso que todo esto es por ellos”.

Hurtado comenzó en el equipo de futbol de su escuela, pero su curiosidad por estar en el equipo de futbol americano aumentó al escuchar los ruidos de aliento que salían del equipo de futbol americano varonil, el cual practicaba al otro lado de la cancha.

“Vi la vibra y el ambiente que ellos tenían, y me di cuenta que era muy divertido”, expresa Hurtado.

La muchacha entonces habló con el entrenador de futbol americano Lorenzo Hernández y este le dio la oportunidad. Hernández recuerda que necesitaba a un pateador en ese entonces y entre sus opciones, el entrenador decidió darle la oportunidad a Dalia.

“Al principio no me importó. Mis amigos de afuera me decían que no podía jugar futbol americano, que era para hombres”, recuerda Hurtado, una delantera en el equipo de futbol femenil.

Hurtado había tenido un ejemplo a seguir: Jennifer Ibarra, quien también estuvo en el equipo de futbol femenil y en el equipo de futbol americano varonil de la escuela.

“Nosotros hemos tenido pateadoras mujeres antes. Yo he corrido este programa por 18 años y nunca hemos tenido problema con una atleta que sea mujer”, asevera Hernández.

Pero el hecho de que Hurtado haya seguido los pasos de otras muchachas en el equipo varonil de futbol americano no significa que el proceso de aceptación haya sido fácil.

“Creo que sí fue un reto para ella el ser aceptada. Sé que muchos muchachos piensan que las niñas no pueden jugar deportes”, indica Dominic García, receptor y mariscal de Garfield.

Pero obviamente como jugadora, ese respeto y aceptación tendría que ganársela en la cancha. A principios de este mes, Hurtado logró un punto extra en la victoria de 61-0 sobre Huntington Park.

“Me han aceptado muy bien en el equipo, soy la pequeña hermana de los hermanos jugadores bien grandotes”, afirma Hurtado.

“Es una buena pateadora, pateó desde la yarda 25 la última vez que la vi y pateó fuerte”, explica Thomas Serrano, un receptor para Garfield y compañero de Hurtado.

Pero su popularidad se ha extendido aún más. En estos días, cuando uno recorre el bulevar Whittier y pasa por la tienda comunitaria de Nike, uno puede ver la imagen de Hurtado por toda la fachada principal del negocio, algo que pocos tendrán la dicha de presumir algún día.

Hurtado también aparece en un anuncio gigantes en varias autopistas de Los Ángeles como parte de la imagen de la compañía de calzado.

“Ella no solamente es un ejemplo aquí en Garfield, sino que para todas esas mujeres hispanas que se tiene que levantar todos los días, con problemas de familia, está jugando a un nivel de varsity en futbol, futbol americano y voleibol. Además de mantener sus grados, es algo increíble que deben de inspirarse en alguien así”, declaró Hernández.

“Yo sé que me están viendo en México y quiero que se sientan orgullosos de mí”, declara Hurtado, cuyo sueño es ser doctora y atleta profesional de algún deporte. “Yo soy la mayor y por eso tengo que ser un ejemplo para los hermanos chiquitos, aunque estén en México”.

“Aquí hay muchas oportunidades y quería ser algo en la vida, pero lo que yo tengo entendido es que no importa donde estés, ya sea en México o Estados Unidos, si quieres ser algo en la vida, vas a tener que hacerlo por tu propia cuenta, no importa el país que estés”, señala Hurtado.

Junto a Hurtado, Garfield va en busca de su décima victoria al hilo sobre Roosevelt este viernes a las 7 p.m. en Weingart Stadium del Colegio del Este de Los Ángeles.

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