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La investigación de las Song Girls de la USC tiene ecos en una denuncia de 2016 contra la escuela

USC President Carol Folt (in red, center) poses with Lori Nelson (pink blouse) and the USC Song Girls.
La presidenta de la USC, Carol Folt, en el centro, posa con Lori Nelson (blusa rosa) y las Song Girls de la USC antes de un partido de futbol americano en el Coliseo.
(Benjamin Chua)

El programa Song Girls de la USC y la entrenadora Lori Nelson fueron objeto de una investigación del Título IX de 2016, que no arrojó pruebas suficientes de que Nelson violó las políticas de la universidad.

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El programa de Song Girls de la USC y la entrenadora de muchos años Lori Nelson fueron objeto de una investigación del Título IX en 2016, que arrojó pruebas insuficientes de que Nelson había violado las políticas de la universidad.

La decisión se dictó cinco años antes de la actual investigación de la USC sobre la discriminación, el acoso y las represalias dentro del programa Song Girls, según ha sabido el Times.

La investigación, de la que no se había informado anteriormente, se centró en una queja de una Song Girl que presentó mensajes de texto y relató sus experiencias negativas dentro del famoso grupo de baile universitario.

USC Song Girls lead the charge as USC plays Oregon in 2019.
Las USC Song Girls corren hacia el campo antes de que los Trojans jueguen contra Oregon en 2019.
(Benjamin Chua)
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“Sobre la base de las declaraciones de los testigos y la información disponible, no hubo pruebas suficientes para concluir que la conducta de la Sra. Nelson podría calificarse como acoso sexual en violación de la política de la universidad”, escribió la investigadora principal de quejas Karen Carr en una carta revisada por The Times. “Además, no encontraron pruebas suficientes de que la señora Nelson hubiera enviado el mensaje de texto de febrero en represalia por su queja de acoso sexual”.

Carr añadió que encontró que los comentarios de Nelson en una serie de mensajes de texto a una miembro de las Song Girls eran “poco profesionales e inapropiados”.

“Este asunto será remitido a recursos humanos para que ese departamento lo revise y lo maneje como considere apropiado”, escribió.

La USC se negó a declarar si Nelson se enfrentó a alguna acción disciplinaria de la universidad después de la investigación de 2016. Dos miembros del equipo de las Song Girls de 2016, incluida la mujer que inició esa queja del Título IX en 2016, dijeron a The Times que su relación con la entrenadora se deterioró después de la investigación. Ambas dejaron el equipo antes de terminar el año. Una de ellas dice que se enfrentó a la depresión y a los trastornos alimenticios que atribuyó a su tiempo en el equipo.

Los funcionarios de la USC declinaron hacer comentarios sobre la investigación de 2016, pero reiteraron una declaración anterior a The Times en la que afirmaban que la universidad es consciente de las preocupaciones planteadas por las actuales y exmiembros de las Song Girls y las está abordando.

La investigación del Título IX de 2016 es un indicio de que la universidad ha tenido preocupaciones sobre el programa mucho antes del caso pendiente.

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El abogado de Nelson, Ryan Saba, publicó un comunicado en el que defiende sus esfuerzos al frente del programa Song Girls durante más de 30 años.

“En 2016, una ex Song Girl presentó una queja a la USC. En respuesta a esa queja, la USC llevó a cabo una investigación interna”, dice el comunicado. “La parte denunciante fue considerada como una Song Girl atípica que fue grosera, irrespetuosa y disruptiva en la práctica tras haber sufrido una lesión. Después de una investigación exhaustiva y de entrevistar a los testigos, la Oficina de Equidad y Diversidad de la USC y el departamento de recursos humanos no encontraron que la Sra. Nelson violara ninguna política universitaria en su trato con esta Song Girl. La Sra. Nelson no fue sancionada, ni debería haberlo sido. La Sra. Nelson nunca discriminó ni acosó a ninguna Song Girl en todo su mandato”.

Las acusaciones realizadas durante la investigación de 2016 son similares a las realizadas por las antiguas Song Girls que se presentaron ante los funcionarios de la USC el año pasado y hablaron con The Times sobre el acoso que al parecer hacía Nelson cuando reprendía a las jóvenes públicamente por sus hábitos alimenticios, su apariencia personal y su vida sexual.

Se espera que la investigación del Título IX, que ha durado nueve meses, concluya pronto después de que los investigadores realicen entrevistas de seguimiento con los testigos.

Nelson, que dimitió a principios de noviembre, negó las acusaciones en su contra a través de su abogado en abril. La USC declaró que está “profundamente preocupada cuando cualquier estudiante experimenta problemas de salud emocional o mental u otros obstáculos en nuestros programas y actividades educativas”.

Carly Duncan dijo que estaba entre las miembros del equipo 2015-16 que lucharon contra una cultura de vergüenza corporal y trastornos alimenticios. En 2016, Duncan dice que cayó en una profunda depresión y luchó por salir de la cama.

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“Ese fue el peor período de mi vida”, manifestó Duncan, quien decidió no participar en la investigación del Título IX de 2016 por temor a las represalias de Nelson.

Los textos en el centro de la investigación del Título IX de 2016 fueron enviados en la mañana del 29 de enero de 2016, en respuesta a una foto publicada en una cuenta privada de Instagram. En la foto, cuatro estudiantes de la USC, tres de ellas Song Girls, posan en un pasillo con tacones y atuendo para salir a divertirse.

A las pocas horas de publicarla, la ex Song Girl dijo que Nelson envió un mensaje de texto al grupo y exigió que se retirara la foto de Instagram.

“Si no las conociera personalmente... nunca pensaría que son unas Song Girls de la USC”, escribió Nelson, según una captura de pantalla de los mensajes de texto revisados por The Times. Las imágenes de los mensajes se han compartido ampliamente entre las antiguas miembros de las Song Girls. Dos exSong Girls y uno de los padres dijeron a The Times que vieron los mensajes el día que los recibieron.

La Song Girl de segundo año accedió a retirar la foto, pero Nelson sugirió que la foto le había sido reenviada toda la mañana por antiguas Song Girls.

“No quieres ver sus comentarios”, escribió Nelson en una secuencia de mensajes de texto.

“’¿Fiesta de prostitutas, putas y zorras?’”

“‘Tengo la mandíbula en el suelo Lori, POR FAVOR dime que estas tres ya no están en el equipo’”.

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La chica en cuestión le dijo a Nelson que se sentía ofendida de que una exmiembro del programa hiciera esos comentarios. Nelson le respondió que debería “asumir la responsabilidad”.

“Si no quieres esa reacción, entonces usa un mejor juicio”, continuó.

La relación de la chica con Nelson se deterioró tras ese encuentro, y su desconfianza se hizo aún más profunda cuando recibió un mensaje de texto de Nelson cinco días después.

El mensaje de la entrenadora, que parecía estar destinado a otra persona, la llamaba “una completa pesadilla”.

Días después, la madre de la chica mandó por correo electrónico una carta de queja y envió copia a Nelson, junto con otros dos administradores de asuntos estudiantiles. En la carta, una copia de la cual fue compartida con The Times, ella alega “un patrón de conducta de acoso por parte de la Sra. Nelson”, en la que ella “frecuentemente criticaba a las chicas por su peso” y rutinariamente les decía que “se mantuvieran extremadamente delgadas”.

Saba, el abogado de Nelson, no abordó directamente el incidente cuando fue contactado por el Times. En cambio, defendió más ampliamente los esfuerzos de Nelson al frente del programa Song Girls.

“La Sra. Nelson niega vehementemente que haya maltratado a ninguna Song Girl”, dijo Saba. “Por el contrario, debería ser aplaudida y aclamada por llevar el programa de las Song Girls de la USC a la prominencia nacional. Las Song Girls son tan integrales como las participantes atléticas en el tejido de las experiencias deportivas de la NCAA. Las quejas de un puñado de chicas descontentas y deficientes no justifican que se empañe la tremenda reputación de los cientos de Song Girls que participaron y representaron a la USC de manera orgullosa. Cualquier sugerencia de que la USC o la Sra. Nelson hicieron algo malo es una fantasía”.

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La USC dijo a The Times que las Song Girls ya no deben cumplir con las restricciones de peso, que las exbailarinas dijeron a The Times que contribuyeron a los desórdenes alimenticios y los problemas de imagen corporal entre las miembros del equipo.

Duncan recibía a menudo la peor parte de las críticas, dijeron dos exSong Girls a The Times.

Las miembros de Song Girl fueron seleccionados por un panel de jueces que recibe recomendaciones e información de fondo de Nelson, según una exSong Girls y una copia del acuerdo que firman las miembros del equipo.

“Las quejas de un puñado de Song Girls descontentas y deficientes no justifican que se empañe la tremenda reputación de las cientos de Song Girls que participaron y representaron a la USC con orgullo”.

— RYAN SABA, ABOGADO DE LORI NELSON

Poco después de entrar en el equipo por segundo año, Duncan dijo que la llamaron al despacho de Nelson para una reunión privada. La entrenadora le puso la mano en la rodilla, recordó Duncan, antes de intentar convencerla de que dejara las Song Girls.

“Se limitó a decir: ‘Sé que no tienes dinero para comprar [los leggings de Lululemon]’”, recordó Duncan. “Sé que esto es difícil para ti. No puedes dar la energía mental que pueden dar las otras chicas porque quieres ser médico”. “Habló de que mi aspecto es mediocre comparado con el de las otras chicas porque no tengo dinero para comprarme maquillaje y cosas para el pelo. Luego me dijo -recuerdo que dijo-: ‘No sé en qué cama te despiertas por las mañanas’’’.

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Molesta, Duncan replicó: “¿Puedo decirle a tu supervisor lo que has dicho?”, recuerda haberle manifestado.

Una compañera de equipo dijo que Duncan le contó sobre esa reunión y la madre de la compañera lo anotó en una carta de febrero de 2016 que inició una queja de Título IX.

El abogado de Nelson no respondió a las preguntas sobre la conversación proporcionadas por The Times.

Incapaz de practicar debido a una lesión, Duncan dijo que dejó el equipo esa primavera por sugerencia de Nelson. La Song Girl que recibió los mensajes de Nelson le siguió poco después, abandonando el equipo antes del final de la temporada de fútbol. Ambas intentaron dejar atrás sus experiencias con las Song Girls.

Pero dos años después, cuando el programa se preparaba para celebrar su 50º aniversario, Duncan se dio cuenta de que no había recibido ninguna invitación.

USC Song Girl Josie Bullen performs during a game
La Song Girl de la USC, Josie Bullen, actúa durante un partido de futbol americano de los Trojans.
(Benjamin Chua)
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Se puso en contacto con la USC en busca de respuestas, pero un funcionario de asuntos estudiantiles le confirmó lo que sospechaba. La habían expulsado de la reunión de las Song Girls.

En su respuesta por correo electrónico, que fue revisada por The Times, Mike Munson, director asociado de asuntos estudiantiles de la USC, remitió a Duncan un mensaje del “Comité de la Reunión de las Song Girls”, que sugería que ella “abandonó el programa e hizo comentarios despectivos contra el mismo”.

“Después de deliberar”, decía el mensaje, “hemos tomado una decisión y lamentamos informarle que no la invitaremos a participar en la reunión del 50º aniversario de Song Girls”.

Duncan quedó atónita. Intentó que Munson le diera una explicación más amplia, quien aseguró que se atuvo a la decisión del comité.

“No tengo los detalles”, escribió.

Munson no respondió a las solicitudes de comentario de The Times.

Dos años después de su correspondencia por correo electrónico con Duncan, la USC puso en marcha otra investigación del Título IX sobre el programa Song Girls.

Para leer esta nota en inglés haga clic aquí.

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