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Columna: Los Dodgers demuestran a los Gigantes que están hechos para juegos de eliminación

Dodgers right fielder Mookie Betts and shortstop Corey Seager celebrate with their teammates.
El jardinero derecho de los Dodgers Mookie Betts (50) y el paracorto Corey Seager (5) celebran con sus compañeros de equipo después de una victoria por 7-2 sobre los Gigantes en el Juego 4 de la NLDS en el Dodger Stadium el martes.
(Wally Skalij / Los Angeles Times)
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Una noche antes sufrieron y se lamentaron.

Un juego después salieron del precipicio de la eliminación.

De verdad ¿realmente pensaron que los Dodgers se iban a ir en silencio? ¿En verdad pensaron que los resistentes campeones defensores del béisbol iban a aflojar y dejar que esos enloquecidos Gigantes de San Francisco celebraran en su propia casa?

Después de esperar 131 años para enfrentarse a sus rivales de siempre en una serie de playoffs, los Dodgers se iban a asegurar de que esta vez fuera a lo grande.

Los Dodgers, que necesitaban una victoria, la consiguieron al derrotar a los Gigantes por 7-2 el martes pasado en Dodger Stadium para igualar la serie de cinco partidos de la División de la Liga Nacional a dos juegos por bando y enviarla al decisivo quinto partido el jueves por la noche en el Oracle Park de San Francisco.

Ha leído bien. Un Juego 5 decisivo. Un lapso de tres siglos reducido a una noche, un ganador, un perdedor, uno con el eterno derecho a presumir, el otro en la desesperación histórica.

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Los Dodgers y los Gigantes han jugado 2.539 partidos en su larga historia, pero ninguno como el que viene a continuación.

“Esto es lo que quiere el béisbol”, dijo el gerente de los Dodgers, Dave Roberts. “Si eres un fanático del deporte, será mejor que veas el partido Dodgers-Gigantes”.

Será un final apropiado para un ardiente duelo de una semana, los Gigantes con 107 victorias en la temporada regular, los Dodgers con 106 victorias en la temporada regular, ambos con dos triunfos en los playoffs entre sí, los dos con 109 victorias en total, ambos necesitando una más.

“Estoy seguro de que será un gran ambiente”, dijo el gerente de los Gigantes, Gabe Kapler, en la mayor confrontación de los últimos 131 años.

Los Dodgers lanzarán al ruedo a su mejor abridor joven, Julio Urías. Ganó el segundo partido de esta serie.

Los Gigantes lanzarán a su mejor abridor joven Logan Webb. Ganó el primero.

“Ellos nos conocen, y nosotros los conocemos muy bien”, dijo Will Smith, de los Dodgers. “Solo se va a reducir a quién realmente quiere ganar”.

VIDEO | 03:39
Walker Buehler, Mookie Betts and Dave Roberts talk about Game 4 win

Los Angeles Dodgers players Walker Buehler, Mookie Betts, Gavin Lux and manager Dave Roberts discuss the Dodgers’ win over the San Francisco Giants in Game 4 of the NLDS.

TLas apuestas en esta rivalidad nunca han sido mayores, y el drama de su narrativa jamás ha sido más rico, todo lo cual explica por qué los Dodgers difícilmente podrían haber estado más desesperados el martes pasado, saltando sobre los Gigantes casi desde el minuto en que entraron en Chávez Ravine. Una carrera en la primera, una carrera en la segunda, dos más en la cuarta, otra en la quinta, dos más en la octava. Una docena de hits. Dos jonrones. Dos dobles.

Los Dodgers pasaron por ocho lanzadores de los Gigantes como si fuera un partido de entrenamiento de primavera. Los fanáticos se dieron cuenta de la emoción y gritaron como si fuera la Serie Mundial.

“Los Gigantes apestan... Los Gigantes apestan... Los Gigantes apestan”.

“Mooookie ... Mooookie ... Mookie”.

“C.T. 3 ... C.T. 3 ... C.T. 3”.

Casi podía verse venir la rápida subida de los Dodgers y la asfixia de los Gigantes. Solo había que mirar a los lanzadores titulares.

El estadio se estremeció. Los Dodgers rodaron. Mookie Betts fue sólido. Smith fue sólido.

Y Walker Buehler fue lo suficientemente preciso, lanzando brillantemente a pesar de que estaba comenzando luego de solo tres días de descanso por primera vez en su carrera, uno de los mejores lanzadores de grandes juegos de béisbol, una vez más abrazando uno de sus mayores escenarios.

“Juego de eliminación”, dijo Buehler. “Quería la pelota”.

Un gran partido. Dominó la pelota. Buehler luchó a través de 71 lanzamientos a lo largo de 41/3 entradas, permitiendo solo tres hits y una carrera antes de salir bajo una ovación de pie y el asombro de sus compañeros de equipo.

Los Gigantes, por su parte, enviaron a Anthony DeSclafani, quien se enfrentó a los Dodgers más que a cualquier otro equipo esta temporada, y había sido horrible, en seis salidas fue 0-3 con un ERA de 7.33.

Sí, estuvo terrible otra vez. Duró 12/3 entradas, permitiendo dos carreras en cinco hits antes de que algunos de los aficionados hubieran encontrado sus asientos.

Acéptenlo, sabían que los Dodgers iban a batear a DeSclafani. Y sabían que Buehler les iba a devolver el golpe.

Y si han estado prestando atención en los últimos años, sabían que los Dodgers encontrarían una manera de enviar esto a un último encontronazo en la Bahía.

Después de todo, los Dodgers han luchado más de una vez. Ganaron un juego de eliminación la semana pasada contra los Cardenales de San Luis. Ganaron tres juegos de eliminación consecutivos en octubre pasado contra los Bravos de Atlanta. Ganaron un juego de eliminación hace tres años contra los Cerveceros de Milwaukee.

“Esto de las eliminaciones, lo hemos aprendido muy bien, lo hicimos contra Atlanta el año pasado y supimos que podíamos hacer cosas así”, dijo Buehler.

Hacer cosas como, dos hits más del perdido Gavin Lux, dos hits más del redescubierto Cody Bellinger, buenos swings de toda una alineación que aparentemente no puede esperar a la noche del jueves.

“Solo sé que cuando estamos entre la espada y la pared, contamos con un tipo llamado Walker Buehler que puede sacarnos de ahí”, dijo Betts. “Ahora Julio tiene que llevarnos a casa”.

Para los Dodgers, el hogar sería avanzar a la Serie de Campeonato de la Liga Nacional.

Para los sorprendentes Gigantes, el hogar podría haber sido simplemente llegar a los playoffs, ¿quién sabe?

“Hay equipos que operan desde el enfoque de ‘Queremos llegar aquí’, y hay otros para los que es decepcionante si no se llega, y creo que somos uno de esos equipos para los que es decepcionante si no llegamos”, dijo Buehler. “Pienso que sientes eso en las entrañas y encuentras la manera de hacer pequeñas cosas que quizá no realizas en la temporada regular. Encuentras la manera de impactar en el juego”.

Los Dodgers han estado aquí muchas veces antes, y en la noche del martes se mostró.

Muchos de los jóvenes Gigantes no lo han hecho, y eso también se notó.

“Los playoffs son ese último impulso”, dijo Buehler. “Una victoria como esta, especialmente de la forma en que lo hicimos, es enorme para nosotros de cara a los próximos dos días”.

Los dos días conducirán a un juego que significará todo. Gracias béisbol, por esta maravillosa locura que son los Dodgers y los Gigantes.

Para leer esta nota en inglés haga clic aquí.

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