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Columna: ¿A alguien le importa lo que LeBron James piensa de China? A sus críticos sí

Lakers star LeBron James runs up the court at TD Garden in Boston.
La estrella de los Lakers, LeBron James, corre por la cancha en el TD Garden de Boston.
(Michael Dwyer / Associated Press)

Enes Kanter se encuentra entre los críticos de LeBron James sobre China, pero ¿les importa lo que él piense o están aprovechando su poder de estrella para su causa?

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Un partido ya no puede ser solo un partido.

Por eso, cuando LeBron James regresó a la alineación de los Lakers contra los Celtics de Boston el viernes por la noche, la noticia no podía ser solo que el mejor jugador de su generación volvía después de una ausencia de ocho partidos para enfrentarse al rival histórico de su equipo en su estadio.

Ahora todo es consumido por un público adicto a las redes sociales y todo tiene una corta duración.

Como, por ejemplo, que el pívot de los Celtics, Enes Kanter, llevara unos tenis en los que criticaba los vínculos comerciales de James con China.

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O cómo el partido se montó en un día en el que el adolescente Kyle Rittenhouse fue absuelto de cargos que incluían homicidio intencional.

Lo que James, el líder cívico, tendría que decir sobre el calzado de Kanter era tan esperado como lo que James, el jugador de baloncesto, podría hacer para elevar a los alicaídos Lakers.

Lo cual no quiere decir que James y otros atletas deban limitarse solo a los deportes.

Pero este espectáculo en particular se sintió tan forzado como uno de los innumerables ladrillos que Russell Westbrook ha lanzado esta temporada.

En algún momento de los últimos dos años, la idea de que los atletas pueden tener opiniones serias sobre temas sociales y políticos se convirtió en una suposición de que las tienen. Ahora se espera que tengan opiniones acerca de todo.

Una cosa es informar sobre las opiniones que los deportistas se desviven por compartir. Pero convencerlos de que opinen sobre temas que no están relacionados con su trabajo tiene un aspecto poco sincero. Este tipo de periodismo se ha extendido mucho en los últimos años, y su carácter artificioso suscita cinismo.

El resultado es que poca gente está interesada en lo que tienen que decir.

El público quiere confirmación, no orientación. La gente ya ha tomado sus decisiones. En cuanto a la mayoría de los temas, se fijan en los deportistas no como líderes, sino como símbolos de lo que consideran formas correctas o incorrectas de pensar.

LeBron James controls the ball in front of Boston's Josh Richardson.
LeBron James, a la izquierda, controla el balón frente a Josh Richardson, de Boston, durante la primera mitad de la derrota de los Lakers por 130-108 el viernes.
(Michael Dwyer / Associated Press)

Kanter, un defensor de los derechos humanos que ha criticado al presidente de su país natal, parece realmente preocupado por la situación en China. Pero la gente que esperaba que James respondiera a las críticas de Kanter - “El dinero por encima de la moral para el ‘Rey’”, tuiteó Kanter el día anterior- no estaba interesada en escuchar lo que tenía que decir sobre China. Lo que les interesaba era utilizar el historial de derechos humanos de China para desacreditar la defensa de la justicia social de James.

Si a tanta gente le importara China como a la que le importa lo que James piensa de ella, habría una conversación nacional más sólida sobre si Estados Unidos debería boicotear los próximos Juegos Olímpicos de Invierno en Pekín.

James puso en duda la sinceridad de Kanter, señalando que pasó a su lado en el pasillo y no se detuvo a hablar del asunto.

“No gasto mi energía en mucha gente”, dijo James. “Definitivamente no es alguien a quien le daría mi energía”.

Una dinámica similar estaba en juego con respecto a su anticipada reacción al veredicto de Rittenhouse, por lo que el tema ni siquiera salió a relucir para James después.

La derrota por 130-108 ante los Celtics ofreció mucho forraje. En este caso, el juego fue solo un juego. Las otras historias parecían fabricadas.

Los Lakers, que solo ganaron tres de los ocho partidos que James se perdió recientemente por una distensión muscular en el abdomen, fueron un equipo totalmente diferente con su mejor jugador en la cancha.

Durante un cuarto.

Con James como principal conductor del balón, los Lakers movieron la pelota con eficacia y abrieron una ventaja de 38-30 en los primeros 12 minutos.

Anthony Davis fue el principal beneficiario de esta mejora en el ritmo ofensivo, anotando 15 puntos en el periodo inicial. James anotó siete puntos en el cuarto.

Los Lakers fueron superados en cada uno de los tres cuartos siguientes.

Se fueron al descanso con una ventaja de 61-60, pero casi se les escapó el partido en un tercer cuarto en el que solo anotaron 21 puntos.

“Tenemos que encontrar la manera de anotar en el tercer cuarto”, dijo Davis. “Esa ha sido nuestra criptonita toda la temporada”.

Ese no fue su único problema. Tampoco pudieron defender. O rebotar. O hacer que Davis mantuviera su dominio inicial. O averiguar cómo integrar a Westbrook en su ofensiva liderada por James. La confluencia de defectos hizo que fueran superados por un margen de 70-47 en la segunda mitad por un equipo que no contaba con Jaylen Brown.

La incapacidad de parar a los Celtics impidió a los Lakers atacar en transición. Su ofensiva se vio aún más frenada por el número de faltas que cometieron. Los Celtics intentaron 38 tiros libres, 14 más que los Lakers.

Habrá un día en el que la voz de James en asuntos fuera de la cancha será tan importante como lo fue el año pasado cuando hubo protestas generalizadas contra la injusticia racial. Este no es ese momento.

Por eso la imagen imborrable de la noche del viernes es la de James quejándose ante los árbitros. Y por eso los comentarios más memorables de James fueron las palabras de tranquilidad que ofreció tras la humillante derrota.

“Para mí”, dijo, “nunca es tan malo como puede parecer y jamás es tan bueno como puede sentirse. Así que me mantuve con el mismo ánimo durante todo el recorrido. Entiendo que esto es una gran [empresa]. Es un proceso para nosotros. Y siempre me he sentido cómodo cuando las cosas son incómodas, así que espero con interés el proceso de intentar mejorar, y de progresar nosotros. Mejoraremos. Mejoraremos”.

Para leer esta nota en inglés haga clic aquí.

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