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El efecto de Lionel Messi en la MLS tiene raíces en David Beckham

Lionel Messi del Inter Miami.
(LM Otero / Associated Press)

El argentino Lionel Messi ha desbalanceado el futbol en los Estados Unidos, algo que solo pudo hacer su jefe en el Inter Miami, David Beckham.

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Lionel Messi es uno de los más grandes futbolistas de la historia, eso no es debatible, como tampoco lo es que, en tan poco tiempo, ha causado un desbalance en un país que trató al futbol de manera atípica. Hay alguien más que no solo lo ha hecho anteriormente, sino que además ayudó a repetir la hazaña.

Lo que vivimos hoy con la llegada del argentino hace tan solo unas semanas, se podría comparar a lo que logró hacer David Beckham con el LA Galaxy en 2007 y es precisamente el inglés quien nuevamente ha logrado darle otro gran empujón al futbol estadounidense con la adquisición de quien llevó a la Argentina a ser campeón en el Mundial de Qatar 2022.

Fueron tres años que los dirigentes del club de la Florida invirtieron para convencer a Messi que considerara al futbol estadounidense y tras confirmarse su llegada del Paris Saint Germain a Miami, a Beckham se le puede dar el crédito de haber sacudido una vez más a la MLS.

Los Ángeles vivió la euforia de Beckham, tal como lo que vive Miami con Messi. Sí las cosas siguen como van para el argentino, en unos años podría tener su propia estatua afuera del estadio en Miami como Beckham en Los Ángeles. Messi estará precisamente de visita en la costa oeste cuando enfrente al LAFC en el BMO Stadium el domingo (7 p.m. PT, Apple TV).

El atraer a jugadores de la talla de Beckham, Zlatan Ibrahimovic, Messi y otros, no es fácil y a la MLS le sirvió de ejemplo su antecesora, la desaparecida Liga Norteamericana de Futbol (NASL por sus siglas en inglés). La NASL marcó un golazo al hacerse de los servicios de nada más y nada menos que Edson Arantes do Nascimiento, Pelé, en un tiempo en el que el futbol en Estados Unidos no era tomado en serio.

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El brasileño es considerado uno de los mejores jugadores de la historia y su nuevo hogar, Cosmos, se veía como un salto grande y positivo para la liga. Sin embargo, su contrato de $2.8 millones por tes años, es señalado como una de las razones por las que eventualmente la liga se vino abajo, algo que la MLS seguramente tomó en cuenta al entender de que no se puede tirar la casa por la ventana y tampoco se puede ofrecer contratos sostenibles sin un plan adecuado.

Pelé llegó a Cosmos de Nueva York un año después de haber anunciado su retiro del futbol. En esos tres años, el brasileño anotó 37 goles en 64 partidos.

Gracias a Pelé, Cosmos pudo también atraer a otras figuras como el legendario alemán Franz Beckenbauer, quien jugó cinco temporadas con el onceno neoyorquino en donde fue figura y lideró a su equipo, junto a Giorgio Chinaglia, Carlos Alberto y Vladislav Bogicevic, a tres títulos: 1977, 1978 y 1980.

A diferencia de un veterano Pelé, Beckham, a sus 31 años, vivía un gran momento futbolístico en Europa, pero aún así se arriesgó por la MLS cuando viajar a Estados Unidos no era siquiera una opción para un jugador de calidad, ni de la talla, como el del ahora propietario del Inter Miami. Aún así, Beckham decidió creer en Estados Unidos y Messi creyó en Beckham y en tan corto plazo, la ‘Pulga’ ha empezado a dejar su huella tras lograr el título de la Leagues Cup el 19 de agosto y cuatro días después aseguró su pase a la final de la Copa Abierta que se jugará el 27 de septiembre.

El impacto de ‘Becks’ fue más allá del campo de juego y sus dos títulos con los galácticos, fue con su poder de mercadeo que jamás se pensó se igualaría. Solo la llegada de Ibrahimovic en 2018 logró sacudir la MLS y asemejarse un poco a lo que se vivió con Beckham, aunque finalmente no logró su objetivo de campeonar a los angelinos.

La llegada de Beckham fue la validación que la MLS necesitaba, pero para asegurar el futuro, solo alguien como Messi lo podría aseverar. La liga en su momento no estaba lista para el huracán mediático creado por Beckham, sí lo estuvo con ‘Ibra’, pero está siendo puesto a prueba nuevamente con el tifón que es Messi.

Beckham había dejado su salario de $20 millones con el club Merengue, para aceptar “solo $6.5 millones” con el LA Galaxy. Sin embargo, el tiempo le dio la razón porque gracias a él, la liga evolucionó su manera de negociar los términos de un contrato. Desde obtener una parte de los ingresos del equipo por parte de mercadeo, hasta una parte de las ganancias en ventas de perros calientes y cervezas en los partidos, lo que le permitió multiplicar ocho veces su salario y ganar mejor que en Europa.

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Su sola presencia causó un incremento de más de 40% de asistencia de aficionados y facilitando un crecimiento general en lo deportivo y económico para la MLS.

El efecto Messi empieza a tomar forma, pues los chicos y jóvenes poco a poco serán influenciados al vivir más de cerca su genialidad sobre la cancha, inspirándolos a desarrollar sus propios juegos a la imagen de su modelo a seguir.

El argentino tiene la opción de seguir los pasos de su jefe cuando se retire del futbol y no sería sorpresa verlo vestido de traje y corbata con su propio club o ser parte dueño del Inter Miami cuando cuelgue sus botines de futbol.

El impacto que tuvo Beckham y el que vivimos con Messi podría tener marcadas diferencias y es que la globalización del argentino ha permitido abrir el mercado futbolístico, comenzando por Estados Unidos, a niveles estratosféricos.

Tan solo después de su primer juego, los boletos para los partidos sobrepasaron los $250 millones rápidamente, mientras que Apple TV reportó que vieron un incremento de más de 300.000 subscriptores.

Cabe destacar que la marca de Messi se ha beneficiado de gran manera por la manera cómo se manejan las redes sociales, mientras que, durante la época de Beckham, la información dependía mucho de los principales medios de comunicación.

Pero no solo los jóvenes se benefician de la presencia de Messi, sino que los equipos de la MLS tratarán de desarrollar mejores esquemas defensivos para evitar ser víctimas de sus ataques. En tan solo 10 juegos, en tres torneos distintos, ha anotado 11 goles. Por primera vez desde que vistió los colores del Inter Miami, Messi y compañía no lograron anotar en juego tras el hermético trabajo defensivo que desarrolló el Nashville SC, equipo al que derrotó por penales en la final de la Leagues Cup.

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El interés de los aficionados del futbol y de los curiosos se han acercado en masas a los estadios en los que el Inter Miami hace presencia. Debido a la gran demanda que ha creado la presencia de Messi, los boletos para verlo jugar, ha llegado a números que no estaban acostumbrados en la MLS.

Aunque no se maneja una cifra oficial por lo volátil de los números, algunos reportes aseguran que la petición de los boletos ha surgido en más de mil porcientos y los precios se han multiplicado a 10 veces su precio regular, entre los más baratos.

En los últimos años, la MLS ha visto un incremento importante de jugadores de calidad provenientes de distintas partes del continente, pero en raras ocasiones se ve algo tan especial como lo fueron Beckham y Zlatan aterrizando en suelo estadounidense desde Europa. Por lo que Messi podría inspirar a esos talentos a no perder la vista a la MLS como una seria opción en sus carreras.

Los exbarcelonistas Sergio Busquets y Jordi Alba han sido la clave para el éxito inmediato que ha tenido Messi en la MLS, pues por los años que estuvieron juntos en La Liga de España, se conocen bien dentro del terreno de juego. La superestrella francesa Antoine Griezmann, quien juega con el Atlético de Madrid, ha sido muy claro en sus planes de jugar en el futuro en la MLS.

Como ellos, se espera que la lista siga creciendo y atrayendo más talento a un país que va dejando la apatía al futbol gracias a un gigante como lo es la ‘Pulga’.

¿Podría la llegada de tantos jugadores extranjeros causar un declive de producción de jugadores locales? Es posible, pero todo depende del camino del sistema de desarrollo y la manera cómo los clubes de la MLS definan el uso de su talento en sus academias y demás equipos afiliados.

Muchos equipos optan por contratar a sus exjugadores para brindar sus experiencias a los más jóvenes en su sistema interno, permitiendo la continuidad de desarrollo de talento nacional que aportaría eventualmente a la misma selección estadounidense.

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El efecto Beckham aún no se detiene en la MLS y la llegada de Messi con su propio efecto, confirma que Estados Unidos aún tiene espacio para seguir creciendo futbolísticamente y para seguir inflando sus arcas financieras paralelamente.

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