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La daga ha sido administrada en el corazón de Lakers

LeBron James #23 of the Los Angeles Lakers looks on during the second half of a game against the LA Clippers at Staples Center on March 04, 2019 in Los Angeles, California. The Los Angeles Clippers defeated the Los Angeles Lakers 113-105.

LeBron James #23 of the Los Angeles Lakers looks on during the second half of a game against the LA Clippers at Staples Center on March 04, 2019 in Los Angeles, California. The Los Angeles Clippers defeated the Los Angeles Lakers 113-105.

(Sean M. Haffey / Getty Images)
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Fue una daga. El peor fracaso de una temporada en la historia de los Lakers terminó el lunes, 18 juegos temprano y una superestrella más tarde. La daga fue administrada por la organización más notable de la ciudad en la NBA, los Clippers.

LeBron James fue abucheado. Jeanie acosada con preguntas. Los Clippers flexionaron. Los aficionados se retiraron. Los números se congelaron.

Los cinco años de sequía de los playoffs próximamente será media docena.

Esto es malo, muy malo. En seis cortos meses, la franquicia más querida en la NBA, se ha convertido en el centro de burlas y el enfoque de preguntas sin claras respuestas.

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Los Lakers trajeron al mejor jugador del planeta para eventualmente liderarlos a un campeonato, y ¿ni así puede liderarlos a los playoffs? Los Lakers han vendido la idea en los últimos dos años a sus aficionados que traerían los playoffs a Staples Center… y ¿el único lugar que van es a la lotería del draft?

“Seguiremos jugando hasta el final y veremos qué sucede”, dijo James después de ese juego.

Solo que el lunes, ellos no jugaron hasta el final y su temporada se resumió a una secuela en una jugada en el último cuarto del jugador de Clippers, Lou Williams, cuando este robó un pase de James y corrió hasta el otro lado de la duela para anotar con la presión solo de Josh Hart, quien bloqueó el balón pero ningún jugador de Lakers se acercó para ayudar. Williams recuperó y anotó para ampliar la ventaja a 12.

Resulta que la llegada de James en el verano no mejoró las cosas, y los desilusionados aficionados podrían estar cansados de su presencia, basado en los abucheos cuando falló una “dejadita”.

También resulta que todas las promesas renovadas de Magic Johnson y Rob Pelinka tendrán que ser puestas en espera. Su famosa construcción de un equipo capaz de ganar un título se ha derrumbado en frente de nosotros.

Y, finalmente, resulta que desde que Buss tomó control del equipo de sus hermanos hace dos años, la única consistencia ha sido el caos.

Esas son los tres factores que contribuyes a este desastre. La única persona que no está en esta ecuación, es la persona que será castigado. El entrenador Luke Walton seguramente será despedido tan pronto termine la temporada. A él se le entregó un equipo pobremente construido liderado por una estrella que realmente no lo quería ahí y dirigido por un hombre que no lo contrató. Walton cometió errores pero este no es su culpa.

La decepción empieza con James. Apenas si ha estado ahí esta temporada, física y emocionalmente. Estuvo fuera 18 juegos por un problema en la ingle que probó será una señal del desgaste evidente en el jugador de 34 años. Él también falló en deshacerse de Walton y de canjear gran parte del equipo por Anthony Davis de los Pelicans de New Orleans.

Él ha alcanzado sus números, pero han sido números vacíos, tal como cuando se duerme en la defensiva y al fallar disparos importantes desde la línea de castigo. Hay que agregarle a eso, que sus compañeros le tienen falta de confianza por las conversaciones de canjeo. Se ha convertido en una superestrella inefectiva.

Y además te podrías preguntar qué tanta distracción ha tenido con su película, proyectos de televisión y grabación, de las que aún no se han lanzado o anunciado esta temporada.

También hay que culpar a los que trajeron a James, Johnson y Pelinka. Además fallaron en complementarlo cuando firmaron veteranos excéntricos y que no encajaban con él o que mejoraran el equipo.

Todos lo vieron. Ellos necesitaban un tirador y no contrataron a uno. Todos lo sabían. Ellos necesitan una presencia en el centro y no adquirieron una. El resultado fue un equipo disfuncional.

Finalmente, la culpa está sobre Buss, quien hasta ahora ha escapado la gran parte de las críticas, pero ella fue la que contrato a Johnson y Pelinka, y recientemente su oficina mostró signos de discordia.

En una aparición en una conferencia la semana pasada, Buss menospreció a los medios mientras discutía sobre los términos de la oferta por Davis.

“Nuestro reto son las ‘noticias falsas’ acerca de cómo nosotros estábamos tratando de canjear nuestra nómina por cierto jugador, lo que no es completamente cierto”, dijo Buss.

Fue completamente cierto. Los nombres de los jugadores involucrados fue preciso, de origen verificado, primero por el periodista del Times, Broderick Turner y después corroborado por el resto de personas allegadas a la NBA.

Sí, los Lakers ofrecieron Kyle Kuzma, Lonzo Ball, Ingram, Rajon Rondo, Lance Stephenson, Michael Beasley y dos selecciones de la primera ronda del draft.

O Buss estaba canalizando su Trump interior al tratar de culpar a los medios o alguien en su oficina no le dijo la verdad de la oferta. Ambas opciones son malas.

Sí, las cosas están mal en el equipo más celebrado en Los Ángeles en estos días, la daga administrada en la temporada 2018-19 fue oficialmente administrada en la noche del lunes cuando Patrick Beverly flexionó sus músculos en frente de la multitud.

Clippers fuertes… Lakers acabados.

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