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Bernie Sanders visita a los Dodgers, pasa un rato con Yasiel Puig y recuerda al equipo de Brooklyn

Sen. Bernie Sanders, I-Vt., speaks at the "Our Revolution" rally on Saturday, March 10, 2018, in Lubbock, Texas.

Sen. Bernie Sanders, I-Vt., speaks at the “Our Revolution” rally on Saturday, March 10, 2018, in Lubbock, Texas.

(Jenny Garza / AP)
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Bernie Sanders llevó su gorra de los Dodgers de Brooklyn. Ya se había reunido con el mánager de los Dodgers, Dave Roberts, además posó para algunas fotos con el jardinero Yasiel Puig y vio al cerrador Kenley Jansen en una sesión en el bullpen. Ahora, el senador oriundo de Vermont y excandidato presidencial demócrata explicó por qué visitó el Camelback Ranch el domingo.

“Mis recuerdos de los Dodgers datan un poco antes de L.A.”, dijo Sanders. “Estábamos en Brooklyn, los Dodgers eran más que un equipo. Eran un estilo de vida. El equipo significaba el mundo para los niños de Brooklyn. Estoy seguro que ese es el caso ahora”.

La llegada de Sanders a Phoenix, para una manifestación, rompió con el aburrimiento de la soñolienta mañana. Sanders firmó autógrafos para los aficionados de los Dodgers. Caminó penosamente detrás de las cajas de bateo para presentarse ante los jugadores como el jardinero Andrew Toles y el encargado de los implementos del equipo, Enrique Hernández.

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Sanders se mantuvo hablando poéticamente de su afinidad por los Dodgers durante su niñez. Él dijo que aprendió a cómo hacer matemáticas calculando “los porcentajes de bateo de Gil Hodges y Pee Wee Reese, además de Jackie Robinson, y los récords de pitcheo de Don Newcombe”. Sanders atendió la preparatoria a 20 minutos de Ebbest Field y describió el grupo como un “fenómeno sociológico” y “una parte intrínseca de mi vida”.

Esta historia, claro, no terminó bien. En los 50s, el dueño de los Dodgers, Walter O’Malley entró en guerra con Robert Moses, el titán de desarrollo urbano de Nueva York. Sanders era un adolescente cuando O’Malley optó por mover a los Dodgers a California, eligiendo a Los Ángeles sobre el destino preferido de Moses, Queens. Esa decisión abrumó a Sanders.

“Fue un desastre”, dijo Sanders. “Walter O’Malley, su nombre se mantiene en la infamia. Fue realmente algo profundo porque cuando eres un niño y el nombre de Los Ángeles Dodgers o los Brooklyn Dodgers, asumes que eso le pertenece a la gente de Los Ángeles o Brooklyn”.

“La idea de que era una compañía privada que cualquiera pudiera levantar y moverlo, rompiendo el corazón de millones de personas, fue literalmente algo que no entendimos. Entonces fue un momento devastador, lo recuerdo con mucha tristeza”.

Sanders indicó que no estaba siguiendo de cerca la disputa laboral, en la que los jugadores se han preguntado si los dueños están conspirando en contra de ellos para desinflar los salarios. Sanders no se dirigió a los jugadores el domingo por la mañana. “Tiene un pescado más grande que cocinar”, dijo Roberts.

Hubo tiempo aún para Sanders encontrarse con Robert en su oficina.

“es bueno saber que eres un Doger”, dijo Roberts. “Te ves bien con esa gorra”.

“La razón por la que estoy aquí”, dijo Sanders, “es porque pienso que sería bueno para el equipo tener un paracorto de 76 años. ¿Qué piensas?”.

Roberts sonrió ante la sugerencia, mencionando que Corey Seager, el dos veces All-Star, no estaba aún ratificado para jugar la posición.

“Necesitamos a un jugador de 76 años”, dijo Roberts. “Tienes razón, quiero que atrapes lo que puedas alcanzar”.

Antes de retirarse del complejo, Sanders posó en frente de una fotografía de Jackie Robinson. Su equipo de trabajo puso la foto en Twitter con el mensaje: “Estamos aquí para regresar a los Dodgers a Brooklyn”.

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