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La escuela en casa en la nueva normalidad

Una niña realiza sus tareas desde casa durante la pandemia.
Una niña realiza sus tareas desde casa durante la pandemia.
(R.García/EFE)
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Sin columpios, sin futbol, sin juegos con sus amigos y sin clase. Ahora, casi la totalidad de su tiempo transcurre dentro de casa y es importante que sepan la razón.

“Los niños deben comprender por qué no debemos salir de casa. No tanto por el miedo a contagiarnos, sino porque de este modo estamos protegiendo a personas de salud frágil. Hemos de hacerles entender que estamos haciendo un acto lleno de valor y sentido transcendente”, opina la psicóloga Elena San Martín.

Horario y rutinas

Además, San Martín considera fundamental tener un horario y una rutina en estas circunstancias. Asimismo, los especialistas del Colegio Oficial de la Psicología de Madrid aconsejan mantener, en la medida de lo posible, los horarios y hábitos familiares habituales para evitar que esta situación altere el orden, estructura y seguridad que dan las rutinas.

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Durante el periodo escolar, muchos niños van al colegio por la mañana y parte de la tarde, hacen actividades físicas y extraescolares, socializan y juegan con sus compañeros y, cuando llegan a casa, hacen sus deberes.

Adriana Ornellas, profesora de Psicología y Ciencias de la Educación de la Universidad Abierta de Cataluña (UOC, por sus siglas en catalán), afirma que no podemos reproducir al 100 por ciento esta realidad desde casa, pero sí establecer hábitos y rutinas que nos acerquen a una situación de normalidad.

Ornellas subraya que es recomendable priorizar las mañanas, que es cuando los niños están más activos y dispuestos a participar, para que los docentes establezcan las conexiones con el grupo de clase y los estudiantes se conecten a los entornos virtuales, conozcan las tareas asignadas, planifiquen el trabajo y hagan actividades.

Después, es importante “destinar un tiempo del día para el paseo, el juego y la actividad física en espacios exteriores, con la flexibilización de las medidas de confinamiento”. La profesora manifiesta que las tardes son más apropiadas para leer, escribir, pintar, escuchar música o conectarse de manera virtual con amigos y familiares.

Espacio fijo y lo más aislado posible

Durante el tiempo que los niños estén realizando tareas escolares, debemos procurar que se mantengan concentrados.

Para ello, es recomendable que estudien en un espacio fijo, lo más aislado posible y con todo el material necesario pues, de esta manera, les ayudamos a reducir estímulos externos.

“Así evitaremos interferencias de otras personas y que tengan que levantarse para buscar material”, aclara Amalia Gordóvil, profesora colaboradora de Psicología y Ciencias de la Educación de la UOC.

Pero, además de concentrados, deben estar motivados. Sin embargo, el confinamiento no pone las cosas fáciles.

“Los niños no se encuentran en una situación de aprendizaje ideal u óptima”, afirma Gordóvil.

La especialista recuerda que el estado emocional influye en el proceso de aprendizaje “y es evidente que estamos viviendo una situación en la que el miedo, la tristeza o la rabia están presentes en la vida de muchas personas”.

Pero más allá del estado emocional, hay otros obstáculos que dificultan poder montar el colegio en casa.

De este modo, Gordóvil indica que el estudio virtual requiere planificación y autodisciplina, pero no todos los niños, ni de todas las edades, pueden poner en marcha estas habilidades al mismo ritmo.

Así, una estrategia para fomentar la concentración de los niños es fijar objetivos pequeños y concretos. De esta manera, serán alcanzables “y ellos verán que van consiguiendo algo. Por ejemplo, hoy haremos los ejercicios de esta página o estas 10 multiplicaciones”, manifiesta Zenaida Aguilar, profesora colaboradora del Máster Universitario de Psicología Infantil y Juvenil: Técnicas y Estrategias de Intervención de la UOC.

Aguilar advierte de que, por el contrario, marcarse metas muy ambiciosas solo conseguirá frustrarlos. “En la situación actual, la prioridad de nuestro cerebro es adaptarse y sobrevivir. Hay que darse cuenta de que los ritmos son diferentes y no podemos pretender que estudien lo mismo que cuando iban al colegio todos los días”, afirma.

Además, explica que las necesidades, intereses y formas de aprender de cada niño son distintas y tenerlo en cuenta es una ventaja a la hora de motivarles.

“No todos tienen la misma capacidad de atención ni la ponen en práctica de la misma manera. Algunos retienen más en movimiento, otros lo hacen pintando, enseñando a sus peluches, trabajando junto a papá y mamá, etc. Con los descansos también hay que adaptarse a cada pequeño, ya que la capacidad de concentración varía”, apunta.

Por otra parte, la especialista subraya la importancia de conocer y respetar los horarios de todos los miembros de la familia.

Así resultará más sencillo mantener un orden, necesario tanto para las tareas de aprendizaje de los niños como para que los padres puedan trabajar, si lo hacen desde casa, o tener un poco de tiempo para ellos mismos.

Por último, el Colegio Oficial de la Psicología de Madrid recomienda establecer diferencias entre los horarios y rutinas de los días entre semana y los del fin de semana. Otro de sus consejos es “aprovechar esta situación para pasar más tiempo de ocio y disfrute en familia, algo muy necesario y que suele escasear”.

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