En Puerto Rico, reina la calma tras la tormenta mientras los manifestantes saborean la renuncia de Roselló
Las calles de San Juan estaban tranquilas el jueves por la mañana.
Los turistas recorrían la ciudad en busca de café, y muchos manifestantes dormían por primera vez en los más de 10 días desde que miles de personas comenzaron a llenar las calles de la capital exigiendo la renuncia de su gobernador.
El gobernador Ricardo Rosselló, quien había sido objeto de un intenso escrutinio desde que los periodistas locales publicaron una serie de mensajes insultantes de chat entre él y sus ayudantes, anunció su renuncia justo antes de la medianoche del miércoles. De acuerdo con la línea de sucesión, Rosselló dijo en su mensaje grabado que la secretaria de justicia, Wanda Vázquez, estaba lista para asumir el cargo cuando su renuncia entre en vigencia el 2 de agosto.
La capacidad del gobernador Ricardo Rosselló para gobernar el territorio de EE.UU se había vuelto cada vez más reducida desde que los puertorriqueños se enteraron de los mensajes filtrados entre él y varios de sus principales funcionarios.
Las miles de personas que se habían reunido en las afueras de la mansión oficial del gobernador, conocida como La Fortaleza, gritaron y lanzaron sus puños al aire ante la noticia de que Rosselló se retiraría. Muchos manifestantes dijeron que se sentía como una reivindicación para las víctimas del huracán María, que devastó la isla en septiembre de 2017.
En los mensajes de chat grupal, que se filtraron hace poco más de dos semanas, el gobernador y sus ayudantes no sólo usaron lenguaje sexista y homofóbico, sino que también bromearon sobre los cuerpos que se acumulaban después del huracán. Unos días antes de que se filtraran los mensajes, los agentes del FBI arrestaron a dos ex altos funcionarios de la isla, acusados de dirigir millones de dólares en contratos lucrativos a personas con conexiones políticas.
Decenas de miles de puertorriqueños han acudido a las protestas en San Juan, la capital, durante más de una semana, en un esfuerzo masivo para que el gobernador Ricardo Rosselló dimita.
Muchas personas de la multitud, dijeron en la madrugada del jueves por la mañana, estar extasiados de que Rosselló dimitiría, pero también estaban preocupados por Vázquez, quien, según los críticos, no abordó enérgicamente las investigaciones de corrupción.
Incluso antes de que Rosselló anunciara su renuncia, #WandaVazquezRenuncia (#WandaVazquezResign) había comenzado a mostrar tendencias en Twitter en Puerto Rico. El hashtag, una versión modificada de los manifestantes que solían pedir la renuncia de Rosselló, fue una señal de que las frustraciones de la gente no terminaron con él.
El testimonio del ex consejero especial Robert S. Mueller III ante el Congreso esta semana, puede que no arroje nuevas bombas sobre la ya concluida investigación de Rusia. Pero podría estimular a una nueva ola de demócratas a presionar para que se inicien procedimientos de impugnación contra el presidente.
Antes del anuncio de Rosselló, la multitud en las afueras de La Fortaleza se inquietó. Más temprano en el día, habían corrido los rumores de que iba a renunciar en cualquier momento. Pero alrededor de la 1 p.m. hora local, un portavoz del gobierno emitió un comunicado diciendo que Rosselló aún no había dimitido. Las personas reunidas fuera de La Fortaleza dijeron que tenían un mal presentimiento sobre lo que sucedería si Rosselló no renunciaba en las próximas horas. Cerca de allí, docenas de policías con equipos antidisturbios miraban a la multitud.
Pasaron varias horas más y la multitud se sintió cada vez más frustrada. Pero, finalmente, Rosselló apareció en televisión para anunciar su renuncia. Fuera de La Fortaleza, muchos manifestantes escuchaban tapándose la oreja izquierda con una mano y presionando su teléfono celular contra la oreja derecha con la otra, los manifestantes gritaban al unísono, las bocinas de los coches sonaban y los fuegos artificiales explotaban en la distancia.
Una mujer recogió una lata de pintura en aerosol negra del suelo, garabateando “LIBERTAD!!!!” en letras grandes en la pared de un restaurante italiano, cuyas ventanas habían sido cubiertas con planchas de madera. Cerca de allí, alguien más había pintado un símbolo rojo de anarquía junto a la frase “¡Adiós Wanda!”, dando la despedida a la gobernadora entrante.
La multitud coreaba: “¡Ricky renunció!”, modificando sus cantos anteriores, donde ordenaban que el gobernador renunciara. Pero incluso cuando celebraron, muchos reconocieron que la lucha por Puerto Rico, y por un gobierno verdaderamente transparente y honesto, estaba lejos de terminar.
“¡Esto es enorme!”, dijo el manifestante Christopher Rodríguez, de 26 años. Pero si el próximo gobernador no hace un buen trabajo, puntualizó, las protestas continuarán.
“Haremos lo mismo otra vez”, aseguró. “El pueblo está a cargo”.
La ex presidenta del Concejo de la Ciudad de Nueva York, Melissa Mark-Viverito, a quien Rosselló insultó personalmente en los mensajes de chat grupal, describió al ahora gobernador dimitente como el síntoma de un problema mucho más profundo y antiguo.
“Se trata de la corrupción en general, de que el gobierno no funciona para aquellos a quienes se supone que representa”, dijo Mark-Viverito, a quien el gobernador se refirió como “puta” en los mensajes.
Mark-Viverito dijo que estaba profundamente orgullosa de ver tantos puertorriqueños dedicados a luchar por un futuro mejor: “una revolución pacífica”, lo llamó.
Mark-Viverito tuiteó el jueves por la mañana que la fecha, 25 de julio, era profundamente simbólica. El 25 de julio de 1898, como parte de la Guerra Hispanoamericana, Estados Unidos invadió y se apoderó de Puerto Rico. Y ahora, dijo Mark-Viverito, esto significaba un nuevo capítulo.
Carrero Galarza es corresponsal especial.
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