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Columna: Finalizadas las convenciones, ahora viene la verdadera batalla

El presidente Trump acepta la nominación republicana para la reelección el jueves en el Jardín Sur de la Casa Blanca.
(Doug Mills / AFP / Getty Images )

Sin fallos ni trampas, las convenciones de Biden y Trump fueron esencialmente un empate. Pero ahora es fácil ver los contornos de la batalla que se avecina. Esto es lo que hay que tener en cuenta.

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La mayoría de las convenciones políticas se borran rápidamente de la mente de los electores. En una era con pocos votantes indecisos, no producen grandes rebotes en las encuestas como lo hacían antes.

Pero las convenciones consecutivas que los estadounidenses acaban de ver prestaron un servicio útil: establecieron los términos del debate que dominará los últimos 65 días de la campaña presidencial.

Aclararon lo que los estrategas políticos y académicos llaman el “marco” de la elección: el principio de que si un candidato puede determinar la cuestión principal en la que se centran los votantes, tiene más posibilidades de controlar el resultado.

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Joe Biden se postula para presidente basándose en el argumento de que el presidente Trump ha hecho un trabajo desastroso en los problemas más importantes que enfrenta el país: la pandemia de COVID-19, la economía, la injusticia racial y nuestra división en campos hostiles.

Trump está tratando de eludir esos problemas, porque Biden tiene razón: no hacen que el presidente se vea bien.

Es casi imposible argumentar con franqueza que la respuesta de Trump a la pandemia ha sido un triunfo, aunque eso no le ha impedido intentarlo. El eslogan de campaña del presidente bien podría ser “Cambiemos de tema”.

Los funcionarios electorales estatales y locales de todo el país están tratando de reclutar a trabajadores más jóvenes para que trabajen en los centros de votación el día de las elecciones en noviembre.

Jul. 20, 2020

Su campaña, al igual que su convención, se centra en los temas de la guerra cultural que ejerció contra Hillary Clinton en 2016. Quiere enmarcar la elección en torno a la “ley y el orden”, específicamente su afirmación absurda y cargada de racismo de que Biden y los demócratas quieren desatar a los “anarquistas” en suburbios mayoritariamente blancos.

¿En qué problema se centrarán los votantes?

Hasta ahora, Biden parece tener la ventaja. La mayoría de los votantes dice que sus principales preocupaciones son el virus mortal, la recesión o la calidad del liderazgo nacional, no los disturbios urbanos. En una encuesta de Gallup de este mes, solo el 4% de los votantes citó “el crimen y la violencia” como el problema más importante que enfrenta el país.

Eso ayuda a explicar por qué la ventaja de Biden en las encuestas nacionales se ha mantenido relativamente estable. La mayoría de los votantes no parece pensar que los manifestantes están a punto de invadir sus vecindarios, sin importar lo que diga Trump.

Aún así, el presidente cree claramente que la ley y el orden son su mejor tema.

“Nadie estará seguro en la América de Biden”, advirtió en su discurso de aceptación el jueves. (“Esa es la América de Donald Trump”, señaló Biden).

El presidente está avivando el miedo tanto para energizar a sus ardientes partidarios como para tratar de recuperar a los votantes moderados que se han alejado desde 2016.

“Necesita recuperar a las mujeres blancas con educación universitaria”, dijo Lynn Vavreck, profesora de ciencias políticas en UCLA. “Si logra evitar que se vayan, puede acortar la distancia en la elección de nuevo”.

No hay evidencia clara de que la estrategia de Trump esté funcionando todavía. Su posición en las encuestas nacionales ha sido incluso más estable que la de Biden; en la mayoría de las encuestas, está atascado por debajo del 45%.

El desafío inmediato para Trump es persuadir a más votantes de que se preocupen por los disturbios en lugares como Kenosha, Wisconsin, donde estallaron las protestas después de que un oficial de policía le disparara a un hombre negro siete veces por la espalda.

Dejando de lado las encuestas que muestran su apoyo en medio del empeoramiento del brote de coronavirus, Trump no promete aceptar el resultado de las elecciones de 2020.

Jul. 19, 2020

La estratega de la Casa Blanca, Kellyanne Conway, pronunció una verdad desagradable la semana pasada: la violencia callejera es buena para el esfuerzo de la campaña de Trump por enmarcar la elección de los votantes.

“Cuanto más caos, anarquía, vandalismo y violencia reina, mejor es para una elección sobre quién es el mejor hombre en seguridad pública y la ley y orden”, dijo en Fox News Channel. No significa que el presidente quiera que continúe la violencia, agregó.

Del mismo modo, el desafío inmediato para Biden es refutar la acusación de Trump de que los demócratas quieren “dar rienda suelta a los anarquistas, agitadores y criminales violentos”.

El candidato demócrata respondió en una serie de apariciones en televisión durante la convención republicana, pero fueron ahogadas por el volumen del programa republicano. Necesita abordar el tema con mayor claridad, quizá mediante una conferencia de prensa o un viaje rápido a Wisconsin.

Aún así, la violencia callejera no es la cuestión en la que Biden quiere centrarse. Necesita enmarcar la elección en torno al historial de Trump en la gestión de la pandemia y el desempleo de dos dígitos, los problemas personales y de bolsillo que afectan a todos los estadounidenses.

“Deberían estarse preguntando: ‘¿Estamos mejor hoy que hace cuatro años?’”, dijo Vavreck, citando el exitoso lema de Ronald Reagan contra el entonces presidente Jimmy Carter en 1980.

Incluso cuestionar la aptitud de Trump para el cargo, agregó, es una distracción potencial para la campaña de Biden.

“Eso no funcionó muy bien para Hillary Clinton”, señaló.

En cualquier caso, la clave de la elección radica solo en parte en los argumentos que los dos candidatos hacen entre este momento y el 3 de noviembre. Los votantes ya saben quiénes son Biden y Trump y qué representan.

Más importante será el curso impredecible de los acontecimientos entre ahora y el día de las elecciones, cómo responden los candidatos y cómo afectan la percepción de la elección por parte de los votantes; en otras palabras, el marco de la elección.

¿Se reducirá la pandemia, permitiendo que más padres envíen a sus hijos a la escuela (y haciendo que Trump parezca más exitoso), o se restablecerá? ¿Se recuperará la economía con fuerza o seguirá estancada en un desempleo del 10%?

¿Se extenderá la violencia callejera para convertirse en una preocupación mayor para el puñado de votantes que no han tomado una decisión, especialmente en los estados de batalla que Trump necesita ganar, como Wisconsin?

Una vez que sepa las respuestas a esas preguntas, tendrá una idea más clara de cómo los votantes enmarcarán su elección este otoño, y eso le permitirá predecir el resultado. Hasta entonces, solo está usted adivinando.

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí.

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