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La sabiduría de una abuela mexicana dio el éxito a su nieta inventora en EEUU

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La ingeniera química mexicana Norma Alcántar, con 12 patentes en Estados Unidos basadas en el uso del nopal, desde limpiar el agua hasta detener la formación de las placas cerebrales que causan el mal de Alzheimer, asegura que su interés científico por ese cactus se lo debe a su abuela Balbina Zamora.

El nopal (Opuntia ficus) ha centrado los inventos de Alcántar para limpiar el agua de sedimentos, bacterias, petróleo y metales, detener el desarrollo del Alzheimer y hasta remover el fuerte olor del pescado mediante una tecnología que la llevará este año al Salón de la Fama de los Inventores de Florida.

Del un total de 22 patentes que tiene en Estados Unidos esta ingeniera química de la Universidad Nacional Autónoma de México ha desarrollado 12 invenciones a partir de la sustancia gomosa que contiene el nopal.

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Una de ellas es un sistema de purificación del agua que ha sido probado con éxito tras el derrame de petróleo de Deepwater en el Golfo de México ocurrido en 2010 y también en las aguas subterráneas contaminadas con metales y bacterias en Haití tras el terremoto de ese mismo año.

La mexicana, con un doctorado de la Universidad de California Santa Bárbara e investigadora de la Universidad del Sur de Florida (USF) desde 2003, cuenta en medio del llanto que gran parte del mérito se lo debe a su abuela.

Recuerda que en su búsqueda de investigaciones en la USF le propusieron una sobre aceites de las víboras, un reptil que no le gusta, y de la nada se le vino a la cabeza algo que su abuela le dijo cuando era estudiante de secundaria en Ciudad de México.

Contándole a su abuela sobre una clase de química acerca de los sulfatantes y su poder limpiador en los detergentes, ella le contestó que sabía limpiar el agua con el nopal, un ingrediente básico en la cocina mexicana.

Le explicó que cuando vivía en el campo en Michoacán, donde cultivaba maíz, solían cocinar el cactus en agua y agregarlo al agua con sedimentos y escombros que tomaban de un estanque para purificarla.

Para Alcántar, que entonces no le creyó, era como agregar agua sucia con la sustancia verde gelatinosa del cactus a otra agua sucia con sedimentos.

Sin embargo, años después lo intentó en su laboratorio de la USF, con tanto éxito que ha evolucionado ese principio hasta convertirse en una pionera en los avances químicos de moléculas de origen vegetal para la descontaminación del agua.

La idea, dice, es llevar estos inventos de forma masiva a regiones rurales remotas y en desarrollo que carecen de acceso al agua potable, como también áreas afectadas por desastres ambientales y naturales.

La científica sin embargo aún aconseja a las comunidades pobres el uso rudimentario del nopal, un vegetal que se reproduce muy rápido y a bajo costo, por lo que es bastante sustentable.

Señala que es una planta “muy noble”, no necesita mucha agua y ha aprendido a crecer en varios climas.

UN POTENTE LIMPIADOR VEGETAL

Su investigación ha encontrado que el mucílago del cactus, que es la parte viscosa de su interior, y ahora en forma de polvo, puede eliminar sedimentos, petróleo, isótopos radiactivos, metales pesados e incluso bacterias del agua.

El mucílago separa las gotas de petróleo, las hace más pequeñas, y de esta forma las bacterias que están en la superficie del agua las pueden degradar.

Agrega que funciona de la misma forma que el Corexit, un compuesto químico empleado en el Golfo de México para el derrame de petróleo, pero con la ventaja de que no es tóxico para la fauna ni flora marina.

Teniendo en cuenta que el mucílago podía interactuar con el petróleo, que es una combinación “aberrante” de hidrocarburos pesados, se propuso hacerlo con las placas amiloides que causan el Alzheimer.

En sus experimentos con animales, comprobó que el mucílago podría ayudar a evitar el desarrollo de las placas que crecen como un hongo en las células del cerebro y producen la pérdida de la memoria en los humanos.

La profesora de química además ha ideado una bolitas de mucílago que eliminan el olor del pescado y agiliza así el proceso de comercialización sin necesidad del lavado prolongado con agua.

LA MODESTIA DE LOS LATINOS

Alcantar, que será incluida en Salón de la Fama de Inventores de Florida el próximo 5 de noviembre, agradece la influencia que tuvo en su trabajo su abuela Balbina, que falleció en 2008.

“Ella merece más este reconocimiento, ella pasó ese conocimiento, si no hubiera sido en ese momento no se si habría otra oportunidad”, expresa sobre su abuela.

Hablar de ella la pone muy sentimental. Dice que la recuerda como una mujer humilde, inteligente y que les inculcó a todos el estudio, al que ella no tuvo oportunidad.

La ingeniera química recuerda que al recibir en 2004 la primera subvención de la Fundación Nacional de Ciencia para el uso del nopal le contó a su abuela que el experimento funcionaba para limpiar los sedimentos.

Recuerda que le ella le contestó: “Pero Norma, yo te dije que iba a funcionar”.

Con su conocimiento sobre el mucílago y otros diez inventos, como una tecnología que puede matar las células cancerígenas en los ovarios, la mexicana se unirá en noviembre al grupo selecto de 58 inventores de Florida, que en conjunto poseen más de 3.675 patentes.

Alcantar confiesa que no se lo esperaba porque ese honor era “para otras personas”, en parte porque cree que los latinos están acostumbrados a ponerse “barreras”.

“Como latina me enseñaron a ser modesta, que las otras personas reconozcan lo que hacemos”, dice.

Explica que como profesora de ingeniería química, biológica y de materiales se ha propuesto inculcar las posibilidades de la ciencia y tecnología para todos sin las “restricciones” de género impuestas culturalmente.

“Eso no es cierto, todos tenemos un buen cerebro y trabaja igual en el hombre que en las mujeres”, expresa.

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