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El LAUSD se disculpa por guardar silencio sobre el hombre armado que intentó atraer a niñas de secundaria fuera del campus

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Los funcionarios del distrito escolar dieron el paso inusual al ofrecer una disculpa absoluta a una audiencia de padres enojados.

Los administradores dijeron a más de 200 padres de familia en la Escuela Secundaria Reed que se habían equivocado al no notificarles que un hombre había abordado a niñas en la escuela y luego regresó días después en una camioneta con un arsenal de armas ilegales.

Mientras insistían en que el hombre no representaba una amenaza, los funcionarios dijeron que habían tomado la decisión equivocada de mantener a los padres de los estudiantes en el campus de Studio City desinformados durante más de dos semanas.

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“Lo sentimos”, dijo el administrador de operaciones regionales, Andrés E. Chait. “Esto es algo que es inexcusable”.

Russell Polsky, de 60 años, está acusado de abordar a tres niñas el viernes 5 de octubre, aunque la escuela no se enteró hasta el lunes siguiente. El jueves, 11 de octubre, al menos una de las chicas volvió a ver su camioneta y alertó a la escuela. Un oficial confrontó a Polsky, que estaba sentado en el asiento del pasajero con una bolsa de rifles a su lado en el asiento del conductor. Cuando los oficiales vieron el armamento, arrestaron a Polsky, quien no se resistió. Se declaró culpable el 24 de octubre por un cargo de delito por posesión de armas y fue condenado a 16 meses en una prisión estatal.

Los padres de familia se enteraron sobre el episodio en los medios de comunicación, que fueron informados por una publicación en Instagram del 30 de octubre del Departamento de Policía Escolar de Los Ángeles.

“Nos equivocamos al no notificarlo y eso estuvo mal”, dijo Linda Del Cueto, superintendente regional para el este del Valle de San Fernando.

Durante una reunión que duró más de tres horas, la directora Jeanne Gamba prometió una revisión exhaustiva de las medidas de seguridad escolar y pasos inmediatos para hacer que el campus sea más seguro.

Chait no dijo si él o los miembros de su equipo de operaciones cometieron el error, pero aceptó la responsabilidad por lo que salió mal. El personal de operaciones había aconsejado a Gamba que no enviara notificaciones después de cada uno de los incidentes relacionados con Polsky, dijo Del Cueto.

A los padres les resultó difícil aceptar la explicación del distrito.

“Somos una comunidad muy vigilante”, dijo Lisa-Marie Richardson, cuyo hijo es un estudiante de séptimo grado de Reed. Si hubiéran avisado después del primer incidente, “habría estado buscando una camioneta roja”, aseguró. “Todos estos padres sienten que nuestros hijos estaban en grave peligro”.

Chait admitió que las familias podrían haber estado atentos al sospechoso: “Dejamos un recurso viable al margen”.

“Deberíamos haberles dicho el día 8”, les dijo a los padres. “Deberíamos haberles dicho el día 11”.

No notificarles la primera vez fue simplemente un error, dijo. Todas las escuelas y comunidades escolares circundantes también deberían haber sido alertadas sobre una persona potencialmente peligrosa. La segunda vez, dijo, fue una decisión basada en el comportamiento no amenazador del sospechoso, su rápido arresto y su explicación.

Polsky dijo que venía de Nuevo México después de la muerte de su padre, y que las armas habían pertenecido a su padre, dijo el teniente de la policía escolar Chris Stevens. Afirmó que no tenía otro lugar para colocar las armas aparte de su camioneta luego de que ya no podía permanecer en el viejo apartamento de su padre, que estaba cerca. De hecho, parecía estar viviendo en su camioneta, dijo Stevens.

Las armas incluían un rifle de asalto ilegal y una escopeta modificada ilegalmente, que estaba cargada. Un cargador ilegal habría permitido disparar 60 rondas de alta potencia en rápida sucesión.

Stevens dijo que la historia de Polsky sobre la muerte de su padre fue verificada.

Esta explicación no fue del todo tranquilizadora para los padres o maestros, incluida la veterana profesora de matemáticas Anne Wolfstein.

“Estaba enfurecida”, dijo. “Déjenme saber de inmediato”.

En un momento dado, la ira de una madre se convirtió en lágrimas cuando reprendió a los administradores.

“No sé cómo duermen por la noche”, dijo Ami Schulenberg, quien tiene tres hijas en la escuela. “Deberían estar avergonzados... Sabían que un hombre estaba atrayendo a las chicas a los autos y no nos lo dijeron”.

Si quiere leer este artículo en inglés, haga clic aquí.

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