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Para el inspector general, Comey manejó mal la investigación sobre los emails de Hillary Clinton y divulgó el tema indebidamente al público

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Una largamente esperada revisión de las acciones del FBI durante la campaña de 2016, concluye que el exdirector de la agencia, James B. Comey, y otros manejaron pobremente la investigación sobre los correos electrónicos de Hillary Clinton y compartieron indebidamente información sobre el caso con el público.

El reporte, publicado el 14 de junio por el inspector general del Departamento de Justicia, Michael E. Horowitz, explica que Comey actuó de manera incorrecta aunque no motivado por prejuicios políticos. El escrito no cuestiona su decisión de no iniciar un caso penal contra Clinton, pero critica duramente el manejo del asunto por parte del FBI y el Departamento de Justicia.

También revela nuevos intercambios de texto entre los principales agentes involucrados en la investigación, que reflejan antipatía hacia Donald Trump y el deseo de evitar su triunfo en las elecciones.

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Los aliados del primer mandatario se apoderaron rápidamente de esos textos como evidencia de su afirmación de que algunos dentro del FBI han conspirado en su contra.

La secretaria de Prensa de la Casa Blanca, Sarah Huckabee Sanders, expresó que el reporte “reafirma” las “sospechas de Trump sobre el director Comey”. Los mensajes de texto revelados en el documento “muestran el sesgo político del que ha hablado el presidente”, afirmó.

Irónicamente, el informe sugiere que el sesgo que esos mensajes de texto reflejaron pudo haber hecho más daño a Clinton, al retrasar al FBI para la reapertura de la investigación de los emails hasta los últimos días de la campaña, cuando la acción era más dañina para ella.

El documento no evalúa cómo las acciones del FBI finalmente afectaron el resultado de las elecciones presidenciales, pero los aliados de Clinton y Trump lo usaron para reforzar la idea de que su candidato fue gravemente perjudicado por la agencia.

Los investigadores consideraron la forma en que Comey reveló los hallazgos del FBI sobre los emails de Clinton -en julio del año electoral- “extraordinaria e insubordinada”. “Descubrimos que ninguna de sus razones eran una base persuasiva para desviarse de las políticas bien establecidas del departamento, de una manera creada intencionalmente para evitar la supervisión de los líderes del departamento sobre su accionar”, señaló el informe.

Comey debería haber trabajado en coordinación con la entonces procuradora general Loretta Lynch, dice el reporte. Comey decidió no moverse en estrecha colaboración con la procuradora después de que se conoció el encuentro de ésta con el expresidente Bill Clinton en un aeropuerto de Phoenix mientras se desarrollaba la investigación.

El informe también apuntó a esa reunión y consideró que, si bien no hay evidencia de que Lynch y Clinton se hayan involucrado en discusiones inapropiadas, “también descubrimos que Lynch no reconoció el aparente problema creado por la visita del expresidente Clinton ni tomó medidas para cortarla, lo cual fue un error de juicio”.

“Si bien no encontramos que estas decisiones fueran el resultado de un sesgo político por parte de Comey, sin embargo concluimos que desviándose tan clara y dramáticamente de las normas del FBI y del departamento, las decisiones afectaron negativamente la percepción de la agencia y el departamento como administradores responsables de la justicia”, escribió Horowitz en las conclusiones del análisis.

En entrevistas con investigadores, Comey describió la situación en la que se encontraba como una “inundación de 500 años” para el FBI, dejándolo frente a una confluencia de eventos en los cuales seguir el protocolo del departamento amenazaba con causar un daño más duradero a la agencia que proceder como lo hizo. La credibilidad de Lynch había sido socavada, y no quería dar al público una razón para sospechar que la negativa del FBI a enjuiciar a Clinton tenía motivaciones políticas, expresó.

Comey se atuvo a esa decisión en un artículo de opinión publicado en el New York Times poco después de dado a conocer el informe. “Nada en el documento del inspector general me hace pensar que hicimos algo incorrecto”, escribió. También argumentó que la conclusión más importante del reporte fue que el FBI tomó la decisión correcta al no impulsar cargos criminales contra Clinton. Comey señaló que el documento “demuestra rotundamente que no había ningún caso procesable contra la Sra. Clinton, como habíamos concluido. Aunque eso probablemente no impida que algunos continúen afirmando lo contrario, esta evaluación independiente será útil para las personas reflexivas, y una contribución importante al expediente histórico”.

Trump esperaba ansiosamente el informe, que -tal como correctamente predijo- sería muy crítico con Comey y el FBI. Su entusiasmo persistió a pesar de que el documento sugiere que las acciones del buró perjudicaron la campaña de Clinton y, por lo tanto, lo ayudaron a ganar en 2016.

Es probable que Trump aproveche un nuevo mensaje de texto que el informe descubrió entre agentes especiales involucrados, quienes expresaron su deseo de evitar su triunfo electoral. Los investigadores escribieron que estaban “profundamente preocupados” por el intercambio, y que los agentes “se desacreditaron a sí mismos” y “sembraron dudas sobre la investigación del FBI”.

El intercambio que más preocupó a los inspectores fue el efectuado entre los agentes Peter Strzok y Lisa Page, involucrados en una relación romántica. En un momento, Page envió el siguiente mensaje: “[Trump] nunca se convertirá en presidente, ¿verdad? ¡¿Verdad?!”. Strzok, que desempeñaba un rol líder en la investigación separada sobre la interferencia rusa en las elecciones -que había comenzado durante el verano de 2016- respondió: “No. No lo hará. Lo impediremos”.

El informe remarcó que Strzok y Page intercambiaron mensajes críticos de otras figuras políticas de ambos partidos.

Trump ha peleado públicamente con Comey, el exdirector del FBI, desde que lo despidió, en mayo de 2017. En un momento en que el presidente está presionando a las fuerzas del orden para que finalicen su investigación sobre la colusión rusa durante la campaña, un informe que empañe la credibilidad del FBI le da municiones en este sentido.

Trump, quien cumplió 72 años, este jueves 14, predijo hace unos días que los hallazgos serían un regalo para su aniversario.

Los investigadores concluyeron que la parcialidad de Strzok contra Trump podría haberlo motivado a enfocar los recursos de la agencia en la investigación de Rusia a fines de septiembre de 2016, cuando los agentes se dieron cuenta de que miles de correos electrónicos vinculados a Clinton habían aparecido en una computadora portátil propiedad del exrepresentante Anthony Weiner, quien en ese momento estaba casado con la asistente de Clinton, Huma Abedin.

No fue sino hasta el 28 de octubre que el FBI anunció públicamente que se habían hallado esos correos electrónicos, y relanzó la investigación de Clinton. Los votantes estaban tomando sus decisiones finales respecto de a qué candidato apoyar en ese momento, y la noticia de que Clinton estaba nuevamente investigada se convirtió en una crisis para su campaña.

El buró volvió a cerrar la investigación unos días después, el 6 de noviembre, y descubrió que ninguno de los correos electrónicos en la computadora de Weiner era nuevo y relevante para su indagación. Clinton sugirió que las acciones de Comey pueden haberle costado la elección al desacelerar su impulso en los últimos días de la contienda y sembrar dudas en las mentes de los votantes que estaban indecisos.

“La inacción del FBI tuvo consecuencias potencialmente trascendentales”, destacó el informe, refiriéndose a la omisión de actuar sobre esos correos electrónicos a principios del otoño. Según el informe, para los investigadores todas las razones que los agentes citaron para no actuar más rápido, inclusive el vínculo con la investigación de Rusia, “no son convincentes”.

El abogado de Strzok, Aitan Goelman, calificó el informe como “críticamente defectuoso en su extraña conclusión” de que el sesgo político de su cliente puede haber retrasado la reapertura de la investigación del FBI sobre los correos electrónicos de Clinton. El letrado argumentó que el hallazgo fue socavado por otros descubrimientos del informe, que sugieren que Strzok respondió apropiadamente al descubrimiento de los emails.

El enfoque central del reporte examina cómo el FBI investigó el uso de Clinton de un servidor de correo electrónico privado mientras era secretaria de Estado. La práctica violó el protocolo del gobierno y dejó información clasificada en riesgo de exposición. Clinton fue acusada por opositores políticos de poner en peligro temerariamente la seguridad nacional e intentar ocultar la divulgación de sus comunicaciones en virtud de las leyes de registros abiertos.

El manejo del Departamento de Justicia de la investigación sobre Clinton fue atacado por demócratas y republicanos.

Los aliados de Trump se quejaron de que el departamento, y Comey en particular, no siguieron lo que ellos percibían como una flagrante violación de la ley por parte de Clinton. Los demócratas se enfurecieron porque Comey ignoró el procedimiento al compartir públicamente detalles sobre la investigación de los emails de forma tal que infligió un daño político considerable a Clinton.

Comey atacó a Clinton en una conferencia de prensa realizada en julio de 2016, durante la cual dijo que ella no había violado la ley intencionalmente, pero que junto con sus colegas “fueron extremadamente descuidados en el manejo de información altamente confidencial y sensible”.

La decisión de Comey de realizar una conferencia de prensa para anunciar la opinión del FBI sobre una indagación fue muy inusual; en ella, un director del buró atacó a una importante candidata presidencial a pesar de la ausencia de acusaciones o pruebas de ofensas criminales.

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí.

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