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Para prevenir condenas injustas, California considera nuevos estándares para el reconocimiento de testigos oculares

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Ricardo Aguilera identificó a un adolescente con bigote y un corte de cabello rasurado y desteñido, como el tirador que disparó una bala en la parte posterior de su cabeza. La víctima escogió al posible sospechoso de entre una alineación de 10 personas, aunque la imagen tenía al menos ocho años, y varias de las otras fotos no coincidían con su descripción del agresor.

Aguilera señaló a Rafael Madrigal, por entonces de 25 años de edad, quien pasó siete años en prisión mientras luchaba por demostrar que no había estado siquiera cerca de la escena del crimen.

Ahora, dos legisladores estatales presentaron un proyecto para establecer nuevos estándares a nivel estatal para los oficiales que dirigen reconocimientos en vivo y con fotografías para testigos oculares. Se dice que la identificación errónea en casos como los de Madrigal lleva a condenas erróneas y permite que los culpables queden libres. Pero el proyecto de ley podría enfrentar la oposición de los agentes del orden, quienes argumentan que deberían poder establecer las políticas para sus propias agencias.

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En el marco del Proyecto de Ley Senatorial 923, del senador estatal Scott Wiener (D-San Francisco) y el asambleísta Marc Levine (condado D-Marin), los departamentos de policía y del sheriff tendrían que seguir nuevos procedimientos basados en métodos que -según los investigadores nacionales- mejoran la precisión, y han sido adoptados por las agencias federales del orden.

“Un sistema de justicia equitativo debe tener las políticas más fuertes posibles para garantizar que identifiquemos correctamente a las personas que cometen delitos”, aseveró Wiener en un comunicado. “Exigir estándares basados en la evidencia para las identificaciones de los testigos oculares ayudará a mantener a los inocentes fuera de la cárcel al tiempo que permitirá que los funcionarios de la seguridad pública hagan su trabajo”.

Entre las prácticas que las agencias del orden tendrían que implementar se encuentra la condición “a ciegas”, rondas de reconocimiento que deberán ser supervisadas por oficiales que no conocen la identidad del sospechoso, para evitar que den sugerencias a un testigo ocular.

Otras requerirán que los oficiales digan a los testigos que un sospechoso podría no encontrarse presente, y que tomen declaraciones a los testigos donde éstos expresen qué tan seguros se sienten de su identificación. De acuerdo con las pautas, los oficiales también deben grabar en video el proceso y asegurarse de que todas las personas en las fotos, incluidos los “rellenos” -quienes no son sospechosos- coincidan con la descripción de un acusado por parte de un testigo.

Al menos 19 estados han adoptado procedimientos similares para la identificación de testigos oculares mediante la legislación estatal o por órdenes judiciales. En California, condados como Alameda, San Francisco, Contra Costa y Santa Clara los han implementado. Pero no existen estándares a nivel estatal, incluso cuando la identidad equivocada generó condenas en 15 de 23 casos en los que las personas fueron posteriormente liberadas por pruebas de ADN, según el Registro Nacional de Exoneraciones.

Al menos cuatro propuestas para exigir a las agencias del orden público que cambien sus prácticas de testigos oculares fallaron en Sacramento desde 2006. El exgobernador Arnold Schwarzenegger vetó dos de ellas, argumentando que concedían demasiada autoridad al estado para diseñar políticas que debían desarrollarse a nivel local. Otras fracasaron en los comités legislativos.

Los partidarios del proyecto de ley de Wiener y Levine esperan que las agencias policiales y el gobernador Jerry Brown, quien intentó reformar el sistema de justicia penal del estado en los últimos años, sean más receptivos a la idea, ya que las prácticas recomendadas han demostrado su buen funcionamiento y fueron adoptadas por oficiales a nivel nacional. “Esto se trata tanto de garantizar que las condenas correctas no sean impugnadas, como de garantizar que las erróneas no ocurran”, afirmó Alex Simpson, director asociado del California Innocence Project.

Madrigal, quien fue exonerado en 2009, tenía 25 años y estaba a punto de ser padre por tercera vez cuando fue sentenciado a 53 años de prisión por intento de asesinato en el tiroteo de 2000 que estuvo al borde de costarle la vida a Aguilera.

Sin embargo, tenía lo que debería haber sido una coartada fuerte: en ese momento estaba trabajando en una planta de fabricación de Rancho Cucamonga, a una hora de distancia, y era el único empleado allí que sabía cómo manejar una de las máquinas en la línea de producción.

Pero los registros judiciales afirman que Aguilera y dos testigos adolescentes eligieron la foto de Madrigal en la ronda de reconocimiento. Uno de los muchachos dijo que lo seleccionó porque era el único con barba, aunque el otro describió al tirador como poseedor de un bigote largo, al estilo “Fu Manchú”.

La fotografía había sido tomada por un oficial años antes, cuando Madrigal, quien nunca integró una pandilla, vivía en una zona del este de Los Ángeles donde había varios de estos grupos.

Simpson destacó que su caso muestra cuán poderosa puede ser la evidencia de identificación del testigo en la corte. Madrigal no fue compensado por el estado debido a su condena injusta: “Todavía estamos tratando de demostrar mi inocencia debido a esa selección de fotos”, aseguró.

Traducción: Valeria Agis

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí

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