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‘Mi nombre es Carmen Salinas, no ‘La Corcholata’’

La legendaria actriz mexicana levanta la voz y dice que ‘actuando no hay quien me pare’

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La risa en ella parece un producto de primera necesidad. Actualmente participa en la Ciudad de México en la obra ‘El Tenorio cómico, la cuarta transformación’ y en el programa televisivo de buen humor ‘Nosostros los guapos’.

Sin embargo, en su discurrir diario a través de la vida no todo ha sido risa y alegría. Al margen de la comedia también guarda penas que no se le borran, llanto y drama, junto a un equilibrado sentido común.

Las vivencias de Carmen Salinas, en su doble dimensión de persona y personaje, se entrecruzan como si fuesen parte de un reality que se prolonga por más de 60 años desde su debut como imitadora en 1953.

Entre los ejemplos y las anécdotas que siguen conmoviéndola menciona la satisfacción que experimentó en 1985 en el Festival Internacional de Cine de Moscú, Rusia, evento donde fue seleccionada como una de las mejores actrices del año por su papel en la película ‘Mexicano, tú puedes’.

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“Aunque no gané, el hecho de estar nominada fue una alegría muy grande para mí”, subraya en su entrevista con Los Angeles Times en Español.

Esa vez viajó a Rusia en compañía de su hijo Pedro, “que fue un gran musicalizador de novelas y de cine, un muchacho muy talentoso. Desafortunadamente el cáncer me lo arrebató en 1994”.

Resumiendo afirma que “así es la vida”. Pero al mismo tiempo y refiriéndose implícitamente a él destaca el estreno en Estados Unidos de la nueva producción de la telenovela ‘Cuna de lobos’ (Televisa- Univisión), y hace énfasis en que su hijo musicalizó su versión original.

“Él hizo la música de más de cien películas y unas 50 novelas”, agrega.

Necesariamente, el diálogo prosigue en torno a su participación en recordadas telenovelas, entre ellas ‘María Mercedes’ y ‘María la del barrio’ con Thalía, “a quien admiro y quiero mucho. Por mi trabajo desarrollado en ellas también me dieron premios. Esas alegrías permanecen eternamente en mi corazón”.

Thalía, sin embargo, Thalía ha terminado destacádose mucho más como cantante. Ya casi la menciona como actriz ¿Es más fácil o más complicado ser cantante que ser actriz?
Todo implica trabajo. Ser actor o ser cantante o ser músico conlleva lo mismo: tener talento. El músico tiene que poner en el papel pautado la música que se va imaginando según la trama o la canción que va a componer. Para el actor hacer drama o hacer comedia implica mucho trabajo. En ambos casos tienes que reflexionar muy bien en lo que vas a interpretar. La reflexión es la base que necesitamos para poder desenvolvernos en los personajes que nos encomiendan.

¿Esa es la forma en que realiza su trabajo?
Siempre procuro entrar en la reflexión de cómo sería mi personaje en la vida real. Le doy un ejemplo: yo no tomo, pero hice una borrachita. Circunstancialmente bebo una copita de champaña en una Navidad. Me encomendaron hacer una borrachita en una de esas películas muy populares, ‘Bellas de noche’, ‘Las ficheras’, ese tipo de cintas donde interpretaba a una borrachita que se llamaba La Corcholata.

Fue un personaje recurrente y de mucho éxito, porque usted, Carmen, participa con el mismo nombre y la misma actitud en varias películas. ¿Cómo trazó su perfil?
Para representarla traté de orientarme con gente amiga. Le pregunté a Nancy Cárdenas, escritora y directora teatral, y a Alberto Isaac, periodista, caricaturista, guionista y director de cine. Les dije: ¿cómo puedo hacer una borrachita? Ambos me respondieron que lo que menos quiere el borrachito es que se le note que está borracho. Me dijeron: ‘tienes que mover la vista como siguiendo un dedo hacia donde va alguien, pero nunca mover todo el cuerpo hacia un lado y otro’. Me gustaron mucho esas indicaciones. Las seguí y me llevé premios por la interpretación.

Muchísima gente sigue identificando a Carmen Salinas con ese personaje. Y hasta le dicen La Corcholata…
Así es. Yo tranquilamente les digo: ‘Miren. Mi nombre es Carmen Salinas. La Corcholata es un personaje que hice en algunas películas’. Hay muchos compañeros que se quedan en el personaje que alguna vez les dio fama.

A David Reynoso le decían El Mayor…
Y a Carlos Bonavides aún le dicen Huicho Domínguez. María Félix era La Doña.

Usted en su carrera ha tenido muchos nombres; pero, además, se la identifica con la denominación de ser una excelente imitadora.
Llegué a dominar más de 100 voces. Mi hijo era quien me hacía los arreglos trascribiendo la música igualita a la de la cantante que imitaba. Cuando él muere ya no quise hacer más imitaciones. Ver a otra gente dirigiendo los arreglos de mi hijo me provocaba un llanto impresionante y una gran tristeza.

¿Dejó de cantar?
Sí. Ya no canto.

¿Qué opina de las tendencias musicales actuales?
Ahora hay mucha variedad de música. Para todos los gustos. Pero siguen existiendo el bolero romántico, el blues, los corridos, los valses, las rancheras y el cha cha chá. Todo lo que sea música me agrada. Me divierte. Toda la música me gusta.

He vivido en la música desde niña, desde los 5 años. Mi hijo Pedrito fue músico y su padre, Pedro Plascencia, también fue un gran músico. Trabajó como pianista de Juan Gabriel, quien lo corrió por su edad. Pedro acaba de fallecer hace dos años. Fue un gran señor. Estaba divorciada de él, pero nos llevábamos muy bien y me sigo llevando muy bien con su viuda, la señora Imelda. Los hijos que tuvo con ella me dicen ‘tía Carmelita’. Estuve casada con él casi 18 años. En un matrimobio más vale terminar en buena forma y no con pleitos y groserías

¿Trabaja mucho hoy en día?
Actuando no hay quien me pare. Estoy haciendo una obra de teatro junto a unos cómicos espléndidos, maravillosos; y el programa de televisión ‘Nosotros los guapos’ con Adrián Uribe y Albertano. Mi personaje es Doña Cuca o Cuquis. Porque me llaman de diferente forma. Yo me divierto mucho con ellos. Es un programa que tiene un rating impresionante en México. Además, estoy en la obra ‘El Tenorio cómico, la cuarta transformación’. Como productora hice ‘Aventurera’ por casi 20 años. Mi primera ‘aventurera’ fue Edith González, que en paz descanse.

¿Y en materia de telenovelas y películas?
Terminé una que se llama ‘Mi marido tiene más familia’. He trabajado mucho con Salvador Mejía, y con Emilio Larrosa. Llevo más de 100 películas filmadas.

¿Existe la posibilidad de que vuelva a postularse a un cargo de representación popular?
Yo no busqué ser diputada. La política la entiendo. Me gusta leer noticias de política. Pero no me gusta ser política. Amigos muy poderosos, entre ellos el licenciado Osorio Chong, a la fuerza me hicieron ser diputada. No me gusta practicar la política ni ser política. “Cuándo se terminará esto”, decía todos los días en el único período en que fui diputada. Me sugerían que impulsara la iniciativa de declarar el Día de Tin Tan. Dije que no tenía nada que ver porque él está siempre en nuestros corazones y oraciones. Mi oficina en la Cámara de Doputados se convirtió en un consultorio porque llevé a doctores especialistas en la vista y regalé mil pares de lentes a gente que no tenia dinero para comprárselos. Regalé también como mil sillas de ruedas. Hasta ahora traigo en mi automóvil bastones y andaderas. Me acompaña mi sobrino Gustavito quien de repente para el carro y me dice que mire, por ejemplo, a una viejita que va afirmándose con un palito de escoba. Nos paramos y le damos un bastón o una andadera. Eso es lo que deberían hacer todos los políticos.

Finalmente, cuéntenos cómo viene el año 2020.
Tengo dos ofertas: una película mexicana y una americana. No me gusta dar a conocer los nombres antes de firmar los contratos. Esperamos seguir con ‘Nosotros los guapos’ y con la obra ‘Don Juan Tenorio cómico, la cuarta transformación’. Ahí hablamos mucho y hacemos denuncia social y política. Manejamos el chiste político. Eso nos divierte bastante.
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En lo personal —y permítame opinar—, sostengo que la política es también parte de un gran espectáculo.
El político en sí es muy similar a algunos actores, por su fama. A algunos políticos se les llega a subir el poder y piensan que les va a durar toda la vida. Y no es así. Hay que ser humilde, ser atento con la gente del pueblo, tenderle la mano, ser amigo sin soberbia. También hay políticos que son de lo más humildes y por eso los admiro, les tengo un gran respeto y cariño.

¿Algo más de su parte, Carmen?
Sí: quiero decir gracias a mucha gente. Todavía estoy muy emocionada y siento una eterna alegría por la estrella que me dedicaron en Las Vegas. Ha sido una satisfacción tan grande como la que sentí en 1985 en el Festival Internacional de Cine de Moscú con la película ‘Mexicano, tú puedes’.

La entrevista concluye de un modo insólito. Consciente de que con ella siempre queda mucho tema pendiente, sin que lo pidamos o propongamos, nos da el número de su teléfono celular para que la llamemos y sigamos hablando cuando queramos.

Su despedida es muy cordial y afectuosa. Incluye un abrazo y un beso.

NELSON HENRÍQUEZ C.
Periodista chileno radicado en Los Angeles, California, desde 1980. Columnista y escritor independiente, con estudios superiores en su país, Estados Unidos e Italia.

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