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Columna: ‘The Crown’ podría finalmente tener un final feliz: Harry y Meghan se declaran en rebeldía

El príncipe Harry y Meghan Markle, por entonces su novia, asisten a los Juegos Invictus, la competencia de tenis en silla de ruedas, en Toronto, en 2017.
(Nathan Denette / Associated Press)
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Sería bueno que Netflix prepare una séptima temporada de “The Crown”.

La noticia del miércoles, de que el príncipe Harry y Meghan, la duquesa de Sussex, planean retirarse de los “deberes reales de alto nivel” mientras “trabajan para ser financieramente independientes” - y, si creemos en el rumor, huyen a Canadá como los personajes de “The Handmaid’s Tale”- llegó apenas unas semanas después de que el príncipe Andrew también retrocediera de sus deberes reales, aunque de manera muy diferente y por razones muy distintas.

Harry y Meghan hicieron su anuncio en las redes sociales el mismo día en que lanzaron su nuevo sitio web de muy buen gusto, sussexroyal.com, en el que intentan explicar cómo lucirá una subsidiaria real (aparentemente un poco como Disney y Marvel) mientras aseguran al mundo que continuarán apoyando el reinado de su majestad, la reina Isabel II.

Menos mal, porque la reina probablemente sea la dueña del dominio sussexroyal. Además, trabajar para “ser financieramente independiente” no es lo mismo que ser financieramente independiente, aunque es difícil imaginar que a Markle le cueste obtener un acuerdo con alguna marca de fragancia/cosméticos, y ciertamente Harry se vería bien con un Tag Heuer. Son jóvenes, deben forjar su propio camino.

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Al menos se van por su propia cuenta, más de lo que se puede decir de Andrew, quien fue desterrado con sigilo a una ubicación no revelada después de conceder despreocupadamente una desastrosa entrevista televisiva a Emily Maitlis, de “BBC Newsnight”, sobre su relación con el violador en serie, pedófilo y traficante de personas Jeffrey Epstein. La emisión logró hacer que la octava persona en línea para el trono británico luzca como un tonto, hipócrita y absolutamente cómplice, todo al mismo tiempo.

Al igual que Harry y Meghan, el príncipe Andrew ha estado en las noticias últimamente, en su caso por una entrevista ampliamente criticada con la BBC, a fines del año pasado. (Michel Euler / Associated Press)
(Michel Euler / Associated Press)

Toda esta catarata de noticias plantea un problema tan grande para “The Crown” como para, bueno, la mismísima corona. Peter Morgan construyó su obra, que traza el reinado de Isabel II, para una duración de seis temporadas, con cambios importantes en el reparto cada dos años, a medida que la monarca y su familia envejecen. Tal como están las cosas ahora, la tercera temporada terminó en 1977 y la serie nos llevará a 2007 o 2010 si Morgan hace un poco de trampa. Ello significa que terminará justo para el comienzo de esta fiesta real, o tal vez antes de que finalmente acabe.

La naturaleza endeble de la monarquía ha sido una línea directa de la trama de la serie, y de prácticamente toda contemplación del reinado de Isabel. Si bien a muchos británicos les encanta tener a los Windsor cerca, aunque sólo sea para que modelen sombreros y perfeccionen el arte de sonreír mientras se sienten absolutamente abatidos, otros sienten que una democracia funciona mejor sin un gobernante ordenado por Dios, que agregue otro nivel puramente ornamental a un sistema de gobierno ya complicado.

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Por lo tanto, no hay forma de que “The Crown” pueda terminar antes de que esta situación con Harry y Meghan concluya, así sea con la pareja arrastrada al destierro, lo cual provocaría nuevos disturbios de hashtags y el colapso de la monarquía, o con una nueva, más flexible y menos costosa familia real, que hasta podría terminar con su propia cadena de hoteles y docuseries de Netflix. El sitio Sussexroyal.com es muy abierto sobre los métodos de comunicación que Harry y Meghan utilizarán en el futuro.

Estas son sólo dos de las mayores controversias que rodean a los Windsor en los últimos meses (la mayor podría estar en camino; es difícil creer que el palacio acepte la deserción por medio del website, en silencio).

Entre los problemas de salud y los accidentes automovilísticos del príncipe Phillip, el vínculo de Andrew en el escándalo de Epstein, las demandas de Harry y las críticas de los tabloides, la participación de Markle como coeditora Vogue y, obviamente, la princesa Charlotte que sigue siendo taaan adorable, la familia real no ha quedado fuera del ciclo de noticias -ni siquiera del estadounidense- durante más de una semana o dos.

¿Cómo podrían resistirse Morgan y Netflix? Los estadounidenses de repente sienten una conexión profunda y significativa con los Windsor (especialmente la princesa Anne, que es la mejor, ¿qué tendrían para decir sobre la deserción de Harry y Meghan, de todos modos?) Y “The Crown” necesita un final feliz.

Anteriormente, eso habría requerido cierta delicadeza y mucha imaginación. La serie es, esencialmente, una crónica de la tristeza: una joven perfectamente agradable, cuyo único sueño verdadero es criar caballos, se ve obligada por nacimiento a un trabajo que detesta por completo, una tarea que lentamente la disocia de sus propias emociones al punto de que ni siquiera puede llorar por los niños escolares enterrados durante el colapso de una montaña galesa.

Un trabajo que requiere que una mujer que acaba de dar a luz se vista con medias, se maquille y pose para las cámaras. Un trabajo en el que no se le permite tomar posiciones políticas y luego se le critica por no tomar posiciones políticas, mientras es constantemente examinada por una prensa sensacionalista, que existe en gran parte para hacerla quedar mal.

Honestamente, ¿cómo no querrían Harry y Meghan alejarse?

Más importante aún, ¿cómo no querría “The Crown” cerrar el círculo, con Harry haciendo lo que su abuela no pudo hacer: elegir una vida con algunos deberes, por sobre puras obligaciones sin nada de vida (ya sea que Imelda Staunton esté o no a bordo durante las temporadas 5 y 6, se podría convocar a Judi Dench: ganó un Oscar por interpretar a la otra Elizabeth, que perdonó ciertos pecados pero se mantuvo firme en otros. Esos talentos podrían ser necesarios, de nuevo).

En cuanto a la pregunta sobre quién debería encarnar a Meghan… Bueno, aquellos que esperan que se interprete a sí misma, podrían ver que su sueño se hace realidad. Después de todo, ella está de vuelta en el mercado laboral.

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí

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