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‘The Invisible Man’ es una alegoría sobre el maltrato

Una escena de la nueva cinta "The Invisible Man".
(Blumhouse)
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“Ojos que no ven, corazón que no siente”, dicen sobre cómo el sentido de la vista es una herramienta fundamental para nuestra percepción. ¿Significa pues, que lo que no ves, no te hace daño? “The Invisible Man”, que estrena hoy, tiene otro punto de vista.

Cecilia (Elisabeth Moss) tiene una mansión espectacular junto a una playa californiana, dinero y coches. Pero esa morada es en realidad una prisión, que alberga a un monstruo: un esposo que la maltrata. Temerosa, buscará escapar. Lo peor parece haber pasado, pero Cecilia nunca se siente tranquila. Aún refugiada en casa de unos amigos, percibe una presencia, alguien que la espía. ¿Será que se está volviendo loca?

Este thriller empieza increíble, haciéndonos contener el aliento, al sostener la tensión de forma sigilosa. A lo largo de la cinta es evidente la inspiración hitchockniana, donde las imágenes hablan por sí mismas. Hay un gran manejo de la cámara y del opresivo silencio. Es interesante lo que hace el director: cuando nos empezamos a sentir un poco cómodos, cuando creemos que el hilo narrativo tomará cierto camino, nos sorprende con un momento de violencia que nos desconcierta.

Es quizá, la primera parte, mejor lograda que la segunda. La mezcla de ciencia ficción rebaja un poco el terror inicial, aunque no demerita la película ni aleja nuestra atención de la misma. Pero es la interpretación de Elisabeth Moss el gran plus, al meternos de lleno en la piel de la protagonista.

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En sus ojos enloquecidos, en ese mirar furtivo, percibimos su pavor y paranoia; su absoluta impotencia al sentirse rehén de un hombre poderoso y abusivo. Ése es el quid de este bien logrado filme: una metáfora terrorífica sobre el abuso masculino. Los ojos pueden tratar de no ver, pero el corazón -y la vida- lo resienten.

“The Invisible Man”

***

Dirige: Leigh Whannell

Actúan: Elisabeth Moss, Storm Reid, Aldis Hodge

Duración: 124 min

ASÍ LO DIJERON

Gusta:

“Una película de terror social enraizada en una metáfora perfectamente afinada. Es una diversión retorcida, con un mensaje suficientemente sólido para tocar la fibra sensible”.

-Variety

No gusta:

“No es entretenimiento: es, meramente, un espectáculo de violencia doméstica para masoquistas”.

-National Review

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