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El director de ‘Ya no estoy aquí’ revalida a los ‘cholombianos’ en esta impresionante cinta

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Pese a que tuvo un breve paso por las salas de Buenos Aires y Ciudad de México, “Ya no estoy aquí” no pudo estrenarse en los cines de Estados Unidos ante la llegada de la pandemia del coronavirus, que canceló sus planes de exhibición en cerca de 18 festivales locales, incluyendo el de Tribeca.

Pero no es necesario desesperarse, porque la celebrada cinta mexicana sobre un ‘cholombiano’ de Monterrey que debe escapar a Nueva York tras verse involucrado con unos peligrosos narcotraficantes puede ser vista desde esta semana por cualquiera que tenga una subscripción a la versión local de Netflix, convertida ahora mismo en la plataforma perfecta para la difusión de este importante trabajo, que puede encontrarse allí bajo el nombre de “I’m No Longer Here”.

La película se encuentra dirigida y escrita por Fernando Frías de la Parra, un cineasta radicado en la urbe de los rascacielos pero oriundo de la Ciudad de México. “Me interesaba mostrar una forma de vida diferente a la que se estaba viendo mucho en las películas y que estaba siendo demasiado difundida en los festivales, con sus tonos de sordidez y de miseria”, nos dijo el realizador desde su casa en la Gran Manzana. “Quería encontrar el lado humano de las historias y analizar las razones que llevan a que alguien actúe como actúa, sobre todo en un lugar donde la desigualdad social es muy grande y no hay oportunidades de superación”.

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Frías de la Parra encontró también una veta narrativa apasionante en la mística de los grupos pandilleriles y en la cumbia, el género favorito de su protagonista, pero en su novedosa y controvertida modalidad ‘rebajada’, que aminora las revoluciones de canciones populares del género para darle vida al fenómeno regio de los Kolombias, quienes llevan vestimentas y peinados peculiares y que han creado incluso sus propios bailes alrededor de esta mutación.

“Más allá de esos aspectos superficiales, los símbolos que emplean tienen significados sociales que responden a algo, porque la contracultura posee elementos contestatarios que sirven para responderle a la sociedad que ha estigmatizado a estos chicos por tantos años”, retomó el director. “Las pandillas son como vitrinas para los jóvenes que buscan identificarse con algo”.

Lejos de las convenciones

“Ya no estoy aquí” se diferencia también de otros títulos de temática semejante en el sentido de que tiene una puesta en escena muy cuidada, que llega respaldada por el brillante trabajo de fotografía de Damián García (“Güeros”, “Museo”). “No queríamos usar una cámara en mano, como el típico drama social, sino dejarla quieta, observando el lugar y dejando que los personajes se desenvolvieran”, nos dijo Frías de la Parra. “Todo tenía un objetivo, incluso por ese lado”.

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El personaje central, Ulises, no está directamente basado en una persona real, porque nuestro entrevistado no conoce a ningún Kolombia que viva en Nueva York. “La cercanía en ese aspecto es más conmigo mismo, aunque en esta ciudad he conocido a migrantes que vienen prácticamente de todas partes de México”, explicó. “Y claro, he conocido a personas indocumentadas que trabajaban en [el barrio de] Queens, en un taller de bicicletas, y que procedían de esa región específica”.

A diferencia de Ulises, que llega a la gran urbe estadounidense como indocumentado y se expone en ella a diversas situaciones desfavorables, Frías de la Parra llegó hasta aquí con una beca para estudiar cine en la universidad, lo que nos llevó a preguntarle por el modo en que se insertó en las calles más populares de Monterrey (una ciudad marcada desde hace varios años por actos de violencia) para efectuar el rodaje.

“La idea de la peli es justamente tratar de derribar esos prejuicios; me recibieron con los brazos abiertos, sobre todo porque supieron que tenía un interés legítimo por conocer a los ‘chavos’ y trabajar con ellos”, precisó. “Tampoco buscamos las calles que lucieran más peligrosas para que la película se viera ‘chingona’, sino que tratamos de establecer vínculos humanos con las personas”.

“En realidad, fue mucho más hostil filmar en Nueva York, porque en esta ciudad todo es dinero; no te puedes estacionar en ningún lado, y si quieres filmar en un lugar, tienes que pagar”, agregó. “Yo he tenido la fortuna de viajar mucho a México, y lo cierto es que he pasado más tiempo allá que aquí; pero era importante para mí cuestionar la idea de que la migración es necesariamente positiva, y eso también ha pasado de algún modo conmigo, a pesar de que es evidente que mis experiencias han sido muy distintas a las de este personaje”.

El rol estelar

Ulises es interpretado por Juan Daniel García, quien no era actor y provenía de un barrio ubicado en Monterrey. “Lo vimos tocando los timbales en un grupo y nos contactamos con él; al principio, él no sabía bailar, pero fuimos construyendo el personaje a su lado”, recordó Frías de la Parra. “Ahora quiere ser actor [profesional], y va a estar yendo al DF para hacer audiciones”.

En la historia, Ulises conoce a Lin (Angelina Chen), una adolescente de ascendencia asiática que lo ayuda a ocultarse durante las noches en el techo del edificio donde se encuentra la bodega de su abuelo. “Eso vino del hecho de que yo solía ir a la tienda de una señora china que tenía como empleados a unos mexicanos de Puebla”, comentó el director. “Ella había aprendido español con ellos, y lo hablaba como un camionero, con un montón de palabrotas”.

Pese a que la ‘cumbia rebajada’ no es del gusto de todos, Frías de la Parra la adora, y considera además que tiene un significado especialmente profundo en lo que se refiere al filme. “Para mí, la veo como una metáfora de la juventud sin futuro; en lugar de que una canción dure 5 minutos, ellos hacen que dure 10, porque fuera de eso, ya no hay nada más”, analizó.

Además de haber dirigido otro largometraje llamado “Rezeta” (2012), que estuvo hasta hace unos meses en Netflix, el capitalino dirigió toda la primera temporada de “Los Espookys” (2019), una popular serie de HBO que anunció ya su segunda temporada, pero que se ha visto afectada por la cancelación masiva de rodajes y grabaciones a consecuencia del Covid-19.

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“Es un proyecto que quiero muchísimo y en el que estuve involucrado desde la página en blanco; siento que da para mucho más y espero que se prolongue”, aseguró. “De todos modos, yo ya había planeado dedicarle estos meses a la promoción de la película”.

Frías de la Parra no sabe lo que le depara el futuro. “Estoy tomando la situación un día a la vez; hay que ver cómo salemos juntos de esto y qué aprendemos, y eso marcará nuestra ruta”, nos dijo. “Tengo varios proyectos entre manos, pero mientras no se pueda filmar, hay que ponerse a escribir”.

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