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Cecilia Roth se enfrenta a unos ‘Crímenes de familia’ realmente comprometedores

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Noté claramente sus enormes aptitudes histriónicas gracias a “Martín (hache)”, la memorable película de Adolfo Aristarain en la que ella interpretaba al inolvidable personaje de Alicia, una mujer apasionada y tierna que se enfrentaba no solo al malhumor habitual de su pareja, el cineasta Martín (Federico Luppi), sino también a un insaciable apetito por la cocaína.

Sin embargo, en esos momentos, Cecilia Roth se encontraba ya en medio de una carrera como actriz que le había permitido participar en cuatro películas del mítico director español Pedro Almodóvar (“Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón”, “Laberinto de pasiones”, “Entre tinieblas” y “¿Qué he hecho yo para merecer esto?”) y tener un rol relevante en la cinta anterior de Aristarain, “Un lugar en el mundo”; y después, asumió el liderazgo en “Todo sobre mi madre”, la joya del manchego que se apoderó con justicia del Oscar a la Mejor Película Extranjera.

A estas alturas, por lo tanto, tener a Roth en una producción cinematográfica es suficiente para despertar el interés de cualquier cinéfilo, a pesar de que ella misma no garantiza la calidad de las obras en las que interviene (como fue el caso de la fallida “Vidas privadas”, donde se puso a las órdenes de su entonces esposo Fito Páez); y saber que se la podrá ver desde este jueves a través de Netflix como parte del segundo largometraje de Sebastián Schindel incrementa el interés.

Para dejarlo claro, Schindel es el cineasta gaucho que se dio a conocer mundialmente a través de la misma plataforma con “El hijo” (2019) -un inquietante ‘thriller’ sobre un proceso de paternidad particularmente inestable que recibió muchas alabanzas por partes de los críticos-, y que asume esta vez una ruta más realista con “Crímenes de familia” (titulada “The Crimes that Bind” en inglés), supuestamente basada en hechos reales.

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Aquí, Roth (que está excelente) interpreta a Alicia, la madre de Daniel (Benjamin Amadeo), un hombre joven que se encuentra detenido, acusado de violencia sexual y de intento de asesinato en contra de su todavía esposa Marcela (Sofía Gala Castiglione), quien asegura que él es además un drogadicto fuera de control. Pese a las declaraciones que se presentan en la corte y al pasado comprometedor de Daniel, Alicia cree firmemente en la inocencia de su hijo, y está dispuesta a comprometer la fortuna que ha logrado con su esposo Ignacio (Miguel Angel Solá) para ‘arreglar’ el caso por un costo exorbitante con la ayuda de un abogado inescrupuloso.

Paralelamente, la mujer, que se reúne habitualmente con otras damas de la alta sociedad, tiene que lidiar con otro problema legal que involucra a su empleada doméstica, Gladys (Yanina Ávila), una joven criada en el campo y con trastornos de personalidad que la llevan a cometer un acto particularmente aborrecible ante los ojos de la opinión pública, y que se encuentra mucho más relacionado a la misma Alicia de lo que esta sospecha.

Esta semana, AMC, la cadena de salas de cine más grande de los Estados Unidos, anunció que reabrirá muchos de sus locales a lo largo del país, lo que lleva a imaginar que los grandes estudios se animarán finalmente a estrenar las superproducciones que se negaron a lanzar en formatos caseros durante los últimos meses.

Ago. 14, 2020

Pese a que la cinta tiene muchas escenas en los tribunales que se refieren a dos casos criminales, el verdadero drama se desarrolla en la casa de los adinerados Alicia e Ignacio, mediante el uso de esos saltos temporales constantes que se emplearon ya en “El hijo”; y es en este segundo ambiente donde Schindel da mayor cuenta de sus habilidades para la puesta en escena, recurriendo a encuadres creativos que acentúan las sensaciones atravesadas por los personajes y que vuelven a probar sus deudas con Hitchcock.

Sea como sea, este no es un director de excesos, ni mucho menos; y aunque esa misma mesura puede hacer a veces que su propuesta se sienta demasiado contenida (tal y como sucedía con el trabajo anterior), es interesante poder encontrar a un autor que no se refugie en el exceso para contar historias que pueden ser ya de por sí bastante escandalosas.

Finalmente, nos llamó la atención que Schindel haya decidido contar ahora un relato que revierte el papel de víctima masculina de “El hijo” para adoptar la posición de las mujeres perjudicadas, aunque, claro está, el final de la otra cinta era tan abierto y tan extraño que caía casi en los terrenos de la ciencia-ficción.

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