Este es el debut musical de Adrián Vadim, hijo de María Celeste

Creció ante las cámaras de televisión con millones de personas siguiendo atentamente cada uno de sus pasos, como si fueran capítulos de una telenovela. Adrián Vadim adornó la portada de muchas revistas mucho antes de empezar a ir a la escuela.

El cantante de 21 años, que se autodenomina “ruso-rriqueño-cubano-americano”, fue adoptado por la internacionalmente reconocida periodista y presentadora de televisión puertorriqueña María Celeste Arrarás cuando apenas era un bebé, y hoy, convertido en todo un artista, estrena su primer sencillo “Space”, dispuesto a impresionar por sus propios méritos.

“Space” es el primero de tres temas compuestos por Adrián Vadim y el productor Joel Someillan para relatar vivencias que han marcado al joven cantante y que llevan un mensaje directo al corazón. La pieza habla sobre el difícil proceso de aceptar el comienzo del fin de una relación, que muchas veces surge cuando la persona amada pide “espacio”.

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“Todo ese dolor se refleja en el aspecto musical de Space”, dice Someillan. “Es una canción pop suave y sentimental. Los elementos electrónicos y los sintetizadores se combinan con un riff de guitarra de jazz y una voz suave y melancólica para transmitir un mensaje de nostalgia y angustia”.

Como parte de esta colaboración, también está el tema “Just Who I Am”, que es un himno a la búsqueda de nuestra razón de ser, de nuestra identidad y mediante el cual tratamos de reconciliar el pasado con el presente y el futuro. En esta canción, Adrián Vadim comparte su historia personal de abandono y renacimiento.

Y por último, se encuentra la coqueta “Sunrise, Blue Eyes”, que relata un encuentro furtivo pero inolvidable, el de un amor a primera vista entre dos jóvenes que se cruzan las miradas en un bar.

Una historia inusual

En el año 2000, María Celeste y su entonces esposo, Manuel Arvesu, de origen cubano, viajaron hasta un suburbio de Moscú llamado Stupino para visitar el orfelinato donde se encontraba su futuro hijo, el pequeño Vadim.

La pareja, que ya tenía un hijo biólogo llamado Julián y que esperaba el nacimiento de una niña a la que llamarían Lara, no dudó en adoptar al pequeño que les robo el corazón. Y fue así como lo bautizaron con el nombre de Adrián Vadim. Querían que el niño preservara su nombre de pila para que creciera honrando su pasado y le bautizaron con un nuevo nombre, Adrián, para celebrar su nuevo presente y su futuro.

A la edad de 18 meses, Adrián Vadim vino a los Estados Unidos y se estableció con su nueva familia en la ciudad de Miami. Hace dos años, estaba cantando en la ducha a todo pulmón y su mamá se acercó para pedirle que bajara la radio, sin imaginar que era su propio hijo el que cantaba. Fue así como descubrió el gran talento del ahora artista.