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Daniela Romo: ‘Mi rostro es la geografía de mi vida’

Daniela Romo recibe la oportunidad de su vida en la década de sus 60.
(Televisa)

La legendaria actriz y cantante mexicana regresa a la pantalla entre el duelo, la pandemia y la gran oportunidad de su vida en la década de sus 60

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Daniela Romo se está saboreando el personaje de Bárbara Albarrán de Falcón, con el que protagoniza “Vencer el desamor”, como una copa de champaña francesa, cara y burbujeante. Cada escena se la goza como disfruta cada trago de su bebida favorita, lentamente y a conciencia. Eso, a pesar de que las medidas para evitar contagiarse de COVID-19, complican la experiencia.

“Estoy viviendo un gran regalo de vida. Es una fortuna haber encontrado un personaje de mi edad, con este peso. Es algo que sucede raramente y siento un gran agradecimiento” dijo la artista mexicana mientras conversaba con Los Angeles Times desde uno de los foros donde se graba la telenovela que estrena Univision esta noche.

“Es un personaje precioso lleno de matices. Es poliédrico y va enseñando el bagaje que acumula una mujer de 60 años a lo largo de la vida”, expresó Romo vestida como Bárbara, con su una camisa blanca, acompañada por una chamarrita de punto roja. Para nada el estilo de la artista, quien en la vida real prefiere atuendos más modernos y accesorios interesantes.

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Como en la vida misma, Bárbara va “reaprendiendo y reaprendiéndose” en su nueva realidad de viuda, de una madre sin hijos en casa y con la presencia, de repente, de tres mujeres jóvenes en situaciones extremas y con las que en un principio siente “que no tiene nada que ver”. Desde su trinchera, el personaje las critica y las juzga -”La pasan muy mal”, alerta Romo- pero poco a poco se van encontrando y van tejiendo ese tapiz tan rico como lo es la sororidad. “Nada equipara en la vida a esa hermandad entre mujeres”, subrayó la artista.

Aunque no lo dice abiertamente, Romo ve a su personaje con ese cariño disfrazado de paciencia que se entrega a los amigos de toda la vida que, aunque tienen posiciones contrarias a las propias, siguen cerca por representar momentos importantes.

“Ella es muy conservadora y ha estado como en medio de una burbuja, pero eso es justamente lo que la hace más apasionante. La vida se le mete en la casa con estas tres chicas y sus problemas y tiene que abrirse al presente y al futuro”, explicó, al hablar de su relación con los personajes interpretados por Claudia Álvarez, Julia Urbini y Valentina Buzzurro. Los personajes masculinos los llevan David Zepeda, Juan Diego Covarrubias y Emmanuel Palomares, quienes son a los hijos de Bárbara.

Para la artista, quien no encabezaba una telenovela desde 1995, cuando protagonizó “Si Dios me quita la vida”, la producción que lanzó la carrera de César Évora en México, es un “privilegio”, poder enseñarle a las mujeres mayores y a los hombres de sus vidas que “seguimos siendo vibrantes y que seguimos evolucionando aunque ya no seamos jóvenes”.

Señora de la sexta década
Daniela Romo cumplió 61 años el 27 de agosto y se declara “feliz” con su edad. Ha pasado casi una década desde que fue diagnosticada con cáncer de mama a los 52 y se siente “plena”.

“Esa (la batalla contra el cáncer) ha sido la experiencia más ruda, pero también más luminosa de mi vida. De hecho, toda esa década, desde mis 50 a los 60 fue una etapa maravillosa de iluminación y autoconocimiento. De reconvertir muchas cosas de la vida”, recordó.

“Esta edad también es buena porque lo peor ya pasó”, afirma parafraseando a la actriz mexicana Mónica Miguel, quien al igual que la madre de Romo murió hace pocos meses y a la que define como una “maestra”, aunque el título hoy en día le queda muy bien a ella. Tiene una visión sobre la vida muy cercana al budismo. Su hablar pausado y sus palabras deliberadas la harían perfecta para liderar una meditación o hasta charlas sobre una madurez luminosa. Está verdaderamente enamorada de estar viva.

La artista asegura que ahora se siente mucho mejor que cuando conquistó al mundo hispano cantando “Yo no te pido la luna” mientras su espectacularmente larga cabellera acompañaba sus movimientos de cabeza. “Estoy en una etapa preciosa porque en la madurez, o la pseudo madurez, seguimos siendo niños en muchos aspectos. Míranos ahora, en la pandemia estamos reaprendiendo la vida Esa es la gran aventura del ser humano es reaprender todo, volver a aprender, intentar poder hacerlo todo mejor.Como dice la canción (de Gualberto Castro), la felicidad no es un puerto. La felicidad es una forma de caminar por esta vida que es la mar”.

“Es hermoso estar vivo, vibrante, queriendo hacer cosas. Yo sigo teniendo las mismas inquietudes, sed y hambre de aprender. He pasado por las rudas y las maduras y sigo aquí disfrutando la vida. Es algo que Agradezco tantísimo”, expresa con los ojos brillantes.

Así como no le preocupan los años, tampoco tiene problemas con la forma en la que se van acumulando en su piel, que apenas ha le ha concedido al paso del tiempo un poco de flacidez en la mandíbula y unas incipientes ojeras. Los halagos al respecto los recibe como debe ser. Sin falsa modestia. “Esta piel es herencia de mi mamá, que se acaba de ir. Ella tenía un cutis espectacular. Tenía sus líneas de expresión, pero se veía muy bien”.

“Yo no me quiero hacer nada en la cara nunca. Mi rostro es la geografía de mi vida. De mis gozos, de mis experiencias, de mis alegrías. Es mi mapa y lo quiero tener siempre, como se lo vi tener a mi mamá”, subrayó.

En medio de la pandemia
Cuando le llegó la oferta de “Vivir el desamor”, Romo estaba en plena pandemia. Como sobreviviente de cáncer y con su mamá de 95 años, había pasado las semanas de confinamiento con extremo cuidado.

“A mí no se me hizo difícil porque me entregué a la gente que amo y a mi hobby, que es leer. Yo puedo pasar horas y horas leyendo”, reveló la estrella, quien mencionó a la escritora española Rosa Montero como su autora favorita del momento. Recomienda con ojos cerrados su trilogía de la detective Bruna Husky. “Es maravillosa”, promete.

Tampoco se le ha complicado el estar en el foro grabando “Vencer el desamor”, pues ha usado las técnicas en el escenario del teatro musical para adaptarse a la “especie de coreografía que tuvimos que crear para mantenernos seguros. Me siento tranquila con la forma en la que nos están cuidando. Los que de verdad la pasan más difícil son todos los que están detrás de las cámaras, los técnicos que tienen que estar cargando con todos sus equipos, con las máscaras puestas, sin quitarselas en ningún momento. Me preocupa que estén bien”.

Sin embargo, considera que todos los que participan en “Vencer el desamor” están “felices de estar allí, pues no todos los días se puede hacer una telenovela original, que además tiene un mensaje que puede ayudar a la sociedad”. La historia de la productora Rosy Ocampo, sigue a “Vencer el miedo”. En este caso toca el feminicidio, el abuso, el estupro, el embarazo no deseado, y los conflictos entre mujeres.

Una Navidad complicada
A diferencia de otros años, Romo no está entusiasmada con la navidad. Sabe que serán pocos en la mesa y la ausencia mayor será la de Doña Pelos, su madre Teresa Corona, quien falleció en septiembre. “No puedo imaginarme cómo será”, reconoció.

Prefiere enfocarse en el sencillo que grabó con Mijares como parte de “Feliz Navidad”, el nuevo disco que sacó para las fiestas el cantante mexicano. “Lo grabamos como se graban las cosas en esta pandemia, aislados, pero quedó maravilloso”, opinó.

Así como maravillosa está ella en la telenovela, en la que además canta el tema principal. Ver actuar a la Daniela Romo en “Vencer el desamor” es como tomar una copa de champaña francesa. Una celebración.

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