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Sodom potencia el ‘thrash’ en tiempos de carácter apocalíptico

Esta es la formación actual de la banda alemana Sodom.
Esta es la formación actual de la banda alemana Sodom.
(Cortesía)
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Su nuevo álbum se llama “Genesis XIX”, en alusión a un libro de la Biblia que incluye el contundente relato de la destrucción de las ciudades de Sodoma y Gomorra, lo que tiene sentido en vista de que su propia banda (una innegable institución del metal extremo) se llama Sodom.

“Me han interesado estos temas desde que hicimos nuestro primer álbum, ‘Obsessed By Cruelty’ [1986], en el que había una canción llamada ‘Fall of Majesty Town’”, fue lo primero que nos dijo el legendario vocalista y bajista Tom Angelripper (nacido como Thomas Such) a través de una conexión telefónica con la ciudad de Gelsenkirchen. “Eso no quiere decir que crea realmente que Dios destruyó esos lugares, pese a fui criado en la fe cristiana”.

“Lo que me ha llamado siempre la atención son la política y las cosas que afectan al mundo, porque son situaciones que dan realmente miedo, sobre todo ahora”, agregó. “Pienso sobre todo en mis hijos y me pregunto qué es lo que va a pasar dentro de 20 años, y eso se refleja en algunas canciones del nuevo disco, como una que está en alemán, que tiene que ver con el coronavirus y que se llama ‘Nicht mehr mein Land’.

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Por su lado, “Indoctrination”, un tema de incuestionable orientación punk que figura igualmente en la placa, habla de una “democracia engañosa”, lo que, sumado a la letra de la canción arriba referida, donde dice que “la resistencia es un deber” (y cuyo título en español es “Este no es más mi país”), nos dio pie para preguntarle a nuestro entrevistado por sus inclinaciones políticas específicas.

“Hay gente que cree que me he tirado ahora hacia la derecha o que me he vuelto incluso fascista”, respondió. “¡No es así! Estoy escribiendo simplemente sobre las cosas que no me gustan. Ahora mismo, no tengo trabajo; los shows están prohibidos, todos estamos perdiendo muchísimo dinero y nadie nos está ayudando. He pagado puntualmente mis impuestos a lo largo de 40 años, y ahora que necesito ayuda, el gobierno no está haciendo nada por mí ni por nadie de la escena musical”.

“No puedo hacer nada para cambiar la situación, porque no soy un político; pero lo que sí puedo hacer es gritar sobre ello”, afirmó. “No soy de derecha ni de izquierda; siempre he estado al medio. Hice esa canción en alemán porque soy alemán y me resulta mucho más fácil escribir en mi idioma sobre esta clase de temas”.

Por otro lado, Angelripper no se encuentra alineado con los conspiranoicos ni cree que el Covid-19 sea una invención. “No es así; yo conozco a gente que ha muerto debido a este mal”, enfatizó. “Hay algo muy peligroso ahí afuera, y entiendo que no podamos dar conciertos, pero necesitamos al menos que se nos ayude”.

Regreso a la gloria

Hablando de la pandemia, “Genesis XIX” se grabó en medio de esta, fomentado por la cancelación de los innumerables conciertos que la banda tenía ya programados alrededor del mundo. “Lo que pasó nos dio mucho tiempo para hacer música nueva, y lo hicimos ensayando todos juntos y tomando cerveza, porque esa es la única manera en que puedo componer”, retomó Angelripper. “Pero, a diferencia de discos anteriores, lo hicimos todo de manera orgánica, sin ninguna clase de ‘samplers’, y mezclamos todo de manera analógica, sin ‘software’ alguno”.

Otro detalle esencial del álbum es que se trata del primero grabado con Frank Blackfire (es decir, el guitarrista más emblemático de la banda) desde el mítico álbum “Agent Orange” (1989), lo que hace que Sodom tenga por primera vez dos encargados de las seis cuerdas, ya que Angelripper decidió sumar también a Yorck Segatz, quien, al igual que Blackfire, se integró en el 2018.

“Para mí, es muy importante tener a todos los miembros del grupo cerca, y ahora, los cuatro vivimos en el mismo distrito de Alemania, que pertenece a una zona industrial donde no resulta difícil ensayar”, detalló el ‘frontman’. “Es la misma área en la que crecí y en la que había antes minas de carbón por todos lados, lo que nos dio definitivamente desde el inicio un estilo diferente al de las bandas del género que surgieron por ejemplo en California, al lado de la playa, mientras que todo por aquí era sucio y oscuro”.

“Yo trabajé a lo largo de diez años en esas minas, y mis padres no querían que fuera un músico; no tuve apoyo de mi familia ni de mis maestros de escuela”, recordó el vocalista, para reconocer después que tiene una cuenta de Facebook, pero que no le interesan demasiado las interminables peleas virtuales entre los fans del thrash que defienden a una escuela determinada y lapidan a otra. “Surgimos a la vez que Slayer, pero no sabíamos de su existencia porque no existía la internet, por lo que es muy interesante que hayamos llegado a algo semejante de ese modo”.

‘El Dios del Metal’ en entrevista exclusiva con subtítulos en español

Oct. 19, 2019

Agresividad controlada

Angelripper precisó que se encuentra muy satisfecho con las reacciones que ha tenido “Genesis XIX” y con el modo en que este disco ha sido comparado con el “Agent Orange”, pero que trata de recordarle siempre a los fans que está muy lejos de ser una superestrella.

“Hemos hecho siempre lo que nos da la gana porque no tenemos una compañía disquera que nos dicte las cosas”, explicó. “Para mí, el espíritu del metal es justamente eso: poder hacer lo que quieras, todo el tiempo. Y la verdad es que Sodom ni siquiera es estrictamente una banda de thrash metal”.

La placa nueva no mantiene solo el poderío instrumental del mejor Sodom, sino que encuentra a nuestro entrevistado (que tiene 57 años) cantando con la misma furia de los buenos tiempos. “Fumo un montón de cigarrillos”, nos explicó antes de soltar una risa. “Pero creo que lo más importante es llegar con mucha agresividad al estudio”.

“Hay gente que ha dicho que en este álbum canto a veces como Tom Araya [de Slayer], a veces como Cronos [de Venom], y puedo también hacer algo que suene muy death metal, además de que me gusta mucho Motorhead”, comentó. “No sé cómo es que me sale así, realmente; creo que es porque lo hago con mucho corazón”.

“No hay ninguna técnica para gritar de este modo, pero nunca he tenido problemas serios de garganta, más allá de lo que ha sucedido a veces de modo natural en medio de una gira interminable”, concluyó. “Antes de subirme al escenario, me tomo una botellita de Jack Daniels -solo la pequeña- y ya está”.

Tom Angelripper en una imagen reciente.
(Facebook de la banda)
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