La Santa Cecilia, Nortec y Beatriz Solís encabezan los conciertos en el Levitt Pavilion en MacArthur Park
Un cuarteto de funky interpretaba versiones de Santana en el Consulado de México el martes, mientras una multitud de periodistas se reunía para conocer los detalles de la próxima serie de conciertos del Levitt Pavilion de Los Ángeles. Pero sólo era el acto inaugural.
Desde el año 2007, los conciertos gratuitos de verano en el templete de la parte norte del parque MacArthur han atraído a miles de personas para escuchar mezclas de reggae celta-bhangra, realizar recorridos sonoros por Belice y el África subsahariana, y disfrutar de lo que parece una fiesta pop-up al ritmo de música de baile colombiana o un tributo a Fela Kuti-Beatles (sí, han leído bien).
Entonces, después de que el cuarteto de funk terminó el martes, la directora ejecutiva de Levitt Pavilion L.A., Allegra Padilla y sus colegas, dieron a conocer la alineación de verano de 2023 que abrirá el 10 de junio con los pioneros de la tecno-ranchera de Tijuana Nortec Bostich + Fussible; y de ahí a los héroes locales premiados con un Grammy, La Santa Cecilia, el 23 de julio; y para cerrar el 3 de septiembre Beatriz Solís uniéndose a la Eisner Intergenerational Big Band de HOLA, justo al final de la cuadra en el corazón de Los Ángeles.
Luego volvió la música en vivo dentro del Consulado de México. Julián Torres, vestido de esmoquin, luciendo como un ídolo matinal de la década de 1940, cantó a todo pulmón una versión perfecta del clásico de Agustín Lara, “Granada” (Torres actuará en el Levitt el 23 de junio, con Marco Antonio Godoy y Trio Casablanca). Le siguió Gingee, una angelina nativa, que rindió homenaje a sus raíces filipinas con un conjunto de paisajes sonoros de percusión compuestos por gongs kulintang, maracas y ritmos electrónicos (una vista previa de su show del 2 de septiembre con Para Sa Lahat).
Como prácticamente todas las organizaciones artísticas del mundo, la serie Levitt está tratando de recuperarse de la pandemia y los trastornos de la era de Late-Trump, al tiempo que programa para audiencias cada vez más variadas (étnica, lingüística y financieramente). En una entrevista, Padilla dijo que considera esto como “un momento clave” para los grupos artísticos de Los Ángeles, con Snehal Desai asumiendo el cargo de director artístico del Center Theatre Group y otros miembros de un nuevo y diverso grupo de líderes culturales que rompen el statu quo.
Debido a su ubicación y al público políglota que atrae, el Pabellón puede continuar desempeñando un papel principal en este tipo de “construcción de puentes” artísticos, dijo.
“Son personas que tienen el MacArthur Park como su patio trasero, y que aman la música de todas partes, y a veces se superponen y otras veces no”, dijo sobre el público de Levitt. “Así que Levitt L.A. ha sido muy intencional en la asignación de presupuesto y la estructuración de nuestra organización de una manera que aún mantiene las raíces en el vecindario, pero nos aseguramos de traer música de clase mundial para construir un entendimiento intercultural y poner los lugares en un nivel profesional. Es importante porque ya sea que las personas tengan mucho dinero o no tengan dinero, que tengan acceso a la calidad”.
Financiado por donantes individuales, subvenciones del gobierno, patrocinadores comerciales y la generosidad filantrópica del difunto magnate de las camisetas personalizadas de Nueva York, Mortimer Levitt, y su esposa, Mimi, el sitio del Parque MacArthur es uno de varios lugares de Levitt en todo el país. Su ubicación, en uno de los rincones más políglotas de Los Ángeles, ha sido una bendición a medias. La gentrificación está invadiendo el área de Westlake-MacArthur Park, donde el ingreso medio es inferior a $30,000. La delincuencia sigue siendo una preocupación y, para algunos, un elemento de disuasión.
Pero eso no ha impedido que entidades culturales como HOLA prosperen y se expandan, o que el Goethe Institut abra un Centro de Interpretación Vecinal hiperlocal en medio de reuniones, salones de belleza y canchas de baloncesto.
“El Parque MacArthur a menudo tiene una percepción negativa y hay muchos desafíos”, dijo Padilla. “Sin embargo, también hay tanta vitalidad cultural aquí. Es nuestro trabajo mejorar eso. Es por eso que trabajamos con grupos de herencia tradicional como guatemaltecos y personas de El Salvador y la diáspora centroamericana”.
De hecho, como en años anteriores, la cartelera de Levitt para este verano se basa en artistas locales e internacionales. A veces son las mismas personas. Al igual que el Consulado de México, que no por casualidad se encuentra directamente frente al Pabellón en la Calle 6, los artistas del vecindario tienen un interés personal en participar en el MacArthur Park, incluso aunque también realicen giras internacionales.
Amandititita, una dinámica cantautora de cumbia mexicana de 4 pies 9 pulgadas e hija del músico Rodrigo González (“El profeta del nopal”), quien vive en Los Ángeles desde hace 13 años, dijo que “ha tenido la oportunidad de vivir el amor y la inclusión que se vierte en esta comunidad gracias al consulado”.
“Y por eso es muy importante dar a conocer estas historias a los jóvenes y, obviamente, a la comunidad en general”, dijo.
Los organizadores de la serie todavía tienen algunas semanas para prepararse. La concha acústica está en reparación, junto con el sistema de riego del parque. Se podarán los árboles y se mejorarán los baños.
Beatriz Solís, una cantante de pop-ranchera que también desciende de la realeza musical mexicana (Marco Antonio Solís y Beatriz Adriana), elogió la serie de Levitt por ser libre, familiar y agnóstica del género.
“Tener esta plataforma y poder estar abierto a otras diversidades de la música y la cultura es realmente maravilloso”, dijo.
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