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Bostich, Fussible y Nunca Jamás pusieron el ritmo en la apertura de los conciertos gratuitos del Levitt

Nortec: Bostich + Fussible en el Levitt Pavilion, durante la primera fecha de los conciertos gratuitos de verano.
Nortec: Bostich + Fussible en el Levitt Pavilion, durante la primera fecha de los conciertos gratuitos de verano.
(James Carbone/Los Angeles Times en Espanol)
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Visitar el Parque MacArthur no es necesariamente una actividad prioritaria para quienes viven fuera de esta zona ubicada en pleno Centro de Los Ángeles. Con el paso de los años, con el aumento de la delincuencia y con el incremento de la crisis humanitaria de los ‘homeless’, el lugar luce cada vez menos seguro, sobre todo en horas de la noche.

Sin embargo, durante la realización de la primera fecha dedicada a la decimosexta temporada de conciertos gratuitos al aire libre en el Levitt Pavilion, que se encuentra emplazado en un extremo del mismo parque, se respiró un ambiente de tranquilidad absoluta y no se registró ningún incidente.

Esto resulta digno de destacar en vista de que, además de no costarle nada a los asistentes, las presentaciones que se prolongarán hasta el 3 de septiembre están realmente abiertas a toda clase de público, en el sentido de que no se ven limitadas por rejas en la sección aledaña al escenario.

Es importante señalar que, tal y como ha sucedido habitualmente, el concierto del sábado pasado contó con buenas condiciones de sonido y con una pantalla gigante que facilitaba la apreciación de todo lo que sucedía en el estrado. Cuando no mostraba a los músicos en acción, la pantalla proyectaba imágenes promocionales de la nueva publicación hecha por La Banda Elástica, es decir, un volumen de lujo que repasa los 30 años de existencia de la esforzada y legendaria revista de música alternativa en español.

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Pese al ambiente caótico y bullicioso del área, tampoco nos sentimos preocupados durante nuestra llegada, luego de caminar algunas cuadras desde la estación más cercana del metro, a eso de las 5 de la tarde, justo a tiempo para encontrarnos con los integrantes de las dos agrupaciones que iban a presentarse esa noche: Bostich + Fussible y Nunca Jamás.

El origen de todo

Horas después, cuando le tocó el turno principal del concierto, el primer conjunto -cuyo nombre llegó antecedido por el atractivo rótulo de ‘Nortec’- demostró el nivel de popularidad que sigue teniendo en estos lares al poner a bailar a la mayoría de los asistentes con un set instrumental (todas las voces que se escucharon estaban grabadas) encabezado justamente por esta dupla de artistas electrónicos y secundado por un acordeonista, un tubista y un trompetista.

Y es que la conexión entre estos músicos tijuanenses y la urbe angelina es de larga data. A inicios de los ‘90, Pepe Mogt (el nombre real de Fussible) pasó más de dos años en nuestra ciudad, cuando formaba parte de otro proyecto electrónico, Artefakto.

Pese a que vivió entre Pasadena y el Valle de San Gabriel, Mogt se desplazaba constantemente a L.A. y llegaba hasta San Pedro y Long Beach, donde se hacían unos ‘raves’ callejeros que eran frecuentemente auspiciados por 103.1 MARS FM, una radioemisora de breve pero fructífera existencia que se especializaba en house y techno y que causó también un fuerte impacto en Tijuana, donde era escuchada por Ramón Amezcua (el nombre real de Bostich), quien se presentaba por allá con el seudónimo que emplea hasta ahora.

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Lo que viene es una historia conocida. Años después, casi a inicios de los 2000, Mogt logró adquirir varias sesiones de grabación pertenecientes a bandas locales que hacían ‘covers’ de música norteña, y decidió convocar a Amezcua -que era su amigo- para empezar a experimentar con esos sonidos, a los que empezaron a agregarles el estilo electrónico que ambos practicaban.

El siguiente paso fue la creación de Nortec Collective, un ambicioso combo al que se sumaron creadores visuales, diseñadores gráficos y hasta arquitectos. Bajo ese nombre, el ensamble lanzó varias producciones discográficas y visitó los Estados Unidos, Europa, Japón y Latinoamérica, además de colocar sus composiciones en comerciales televisivos de firmas tan grandes como Volvo, Dell y Nissan.

En el 2008, tras la salida de varios de sus integrantes, se anunció finalmente la disolución del colectivo. Pero Amezcua y Mogt, que fueron sus fundadores, siguieron presentándose y grabando juntos.

Los asistentes al concierto celebran en el Parque MacArthur.
Los asistentes al concierto celebran en el Parque MacArthur.
(James Carbone/Los Angeles Times en Espanol)

Nuevas conexiones

Sea como sea, el concepto “Nortec”, que ambos siguen enarbolando, tiene ya casi un cuarto de siglo de existencia, lo que ha llevado al dúo a buscar nuevos caminos expresivos que no dependen tanto de la identidad norteña, como lo demuestra su nuevo álbum, “De Sur a Norte”.

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La placa, lanzada en noviembre de 2022, ocupó un lugar relevante en el concierto del sábado pasado, mediante la interpretación de piezas como “Polen”, “¡Vámonos de viaje!”, “The Sun” y “Give It to the Music”, que se vieron sumadas por clásicos de la talla de “Tijuana Makes Me Happy” y “Tijuana Sound Machine”.

“Toda la primera parte de ‘Give It to the Music’ suena totalmente a techno, como para que el oyente diga, ‘¿qué onda con Nortec? Me están dando gato por liebre’”, nos dijo Mogt. “Y de repente entra la tuba, ahí al medio, como una muestra de identidad que tarda en llegar pero que resuena más por eso mismo”.

“Cada disco que hemos hecho ha proyectado de alguna manera nuestras vivencias en Tijuana; al comienzo, metimos mucha música regional, muchas cosas sinaloenses, obviamente deconstruidas con la electrónica”, prosiguió el productor. “Pero todo eso fue evolucionando, y hoy en día, todos los sonidos están tan conectados y tan combinados que ni siquiera tenemos que limitarnos necesariamente al uso de elementos orgánicos o acústicos [en lo que se refiere a los agregados]”.

Por el lado de la fusión, tenía entonces sentido que, en la tarima del Levitt, el acto de Bostich y Fussible estuviera antecedido por el de Nunca Jamás, una banda relativamente nueva de Ciudad Sonora, Obregón, que combina el rock guitarrero con el género norteño de manera mucho más abierta que lo que han hecho agrupaciones anteriores.

“En los ‘90, era mucho más raro escuchar algo así; cuando Café Tacvba metía por ahí unos corriditos y cuando nosotros empezamos a mezclar el norteno con la electrónica, la gente se sorprendía, porque era algo que no existía”, recordó Amezcua. “Solo había dos opciones: te gustaba o lo odiabas”.

“En la actualidad, esas fronteras han sido derribadas, incluso por generaciones nuevas que ni siquiera tuvieron contacto con Nortec”, retomó Mogt. ”Es algo natural, como lo que viene pasando con [la nueva sensación del género regional mexicano] Peso Pluma, que tiene un rollo electrónico aunque en su propia onda, más de hip hop y de banda. Esos artistas crecieron escuchando esas fusiones en las fiestas familiares, como nosotros crecimos escuchando el regional más puro”.

Nunca Jamás se presentó antes del acto de los fundadores de Nortec.
(James Carbone/Los Angeles Times en Espanol)
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‘Agrópatas’ en acción

Antes de la actuación de los fundadores de Nortec, y luego de la intervención inicial de los DJs de La Banda Elástica, la tarima del Levitt le dio cabida a Nunca Jamás, un trío que, como lo dijimos ya, procede del estado de Sonora, y que se adjudica el rótulo de “rock agropecuario”.

Además de ofrecer un repertorio de temas propios como “Demasiado mexicano”, “Extranjero en mi país”, “Seis tragos” y “Venimos del desierto” , los obregonenses incluyeron en su faena fragmentos de composiciones de Joan Sebastián, Grupo Pesado y Ramon Ayala, mientras invocaban la falta de prejuicios en lo que respecta a los gustos musicales y recurrían al ‘slang’ y a los modismos propios de su región de origen.

Aunque se sabe que han llegado a presentarse bajo distintos formatos, los sonidos propios de la escuela regional llegaron esta vez a través de secuencias, quitándole con ello lucimiento escénico a una propuesta que, sin embargo, transitó por diferentes terrenos, pasando del pop al metal y sin dejar de lado a la escuela sinaloense.

Nunca Jamás no es una banda nueva. De hecho, se fundó en 2007, aunque, como lo declararon sus integrantes ante nuestra grabadora, su aproximación al género guitarrero era mucho más convencional durante su etapa inicial, a diferencia de lo que se escuchó en el MacArthur.

“En cierto momento, nos mudamos a la Ciudad de México a buscar fortuna, y dondequiera que llegábamos, todo el mundo decía, ‘oigan, qué chistoso hablan’, lo que nos llevó a descubrir que éramos un animal muy diferente”, nos contó el vocalista y guitarrista Omar Sáinz. “Finalmente, en lugar de tratar de encajar, decidimos explotar esta particularidad y dejar de negar el sabor del terruño”.

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Gustos sin culpa

Pese a sus años de experiencia y al hecho de tener varios álbumes en su haber, Nunca Jamás empezó a hacerse popular en los Estados Unidos en tiempos recientes, lo que tiene sentido cuando se considera que sus primeras presentaciones en este país datan de mediados de 2022. Hasta el momento, han tocado de manera individual en California, Arizona y Texas.

Y no hay olvidar que Christian Nodal, uno de los ídolos más grandes del regional, los eligió para ser el acto de apertura de su más reciente gira estadounidense, que incluyó fechas en Los Ángeles, San Diego, Las Vegas, Miami y Nueva York.

“Ya veníamos inyectando ciertos elementos del regional mexicano, pero muy sutilmente, hasta que llegó nuestro cuarto disco, ‘Fierro por la 300’, donde le metimos con todo al acordeón y la tuba, sin importarnos si le gustaba o no a la gente”, explicó el bajista Pedro Verdez.

“De todos modos, la cosa está muy rara, porque nuestra canción más escuchada y más pedida sigue siendo ‘Venimos del desierto’, que no tiene ningún elemento de regional”, agregó el músico. “Pero también le ha ido muy bien a ‘Extranjero en mi país’, que traía ya [sonido de] banda. Y ‘Demasiado mexicano’, que es 100 por ciento ‘rock agropecuario’, se ha convertido en otro éxito”.

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El baterista César Bernal reconoció por su lado que el asunto de las fusiones está lejos de ser nuevo, pero aseguró que, en la actualidad, el público tiene más apertura para esta clase de combinaciones, provengan de donde provengan. “Hace unos años -cinco, seis o siete-, se vino muy fuerte el regional mexicano, y eso le ha permitido entrar en propuestas musicales que buscaban antes hacer otra clase de fusiones”, comentó.

“Yo creo que es algo que viene de los dos lados, porque los músicos de regional del pasado crecieron oyendo solo regional mexicano, mientras que los de ahora crecieron oyendo metal, hip hop y otros rollos, y han ido incorporando también a su manera elementos de todo eso a sus propios estilos”, retomo Sáinz.

La programación de verano número 16 cuenta con más de 100 artistas, 32 espectáculos en géneros que incluyen cumbia, rock, soul, ska, salsa, música electrónica de baile, jazz, Hip-Hop y música folclórica mexicana.

May. 3, 2023

Mensajes diversos

En el plano de las letras, la citada “Demasiado mexicano” es una auténtica pieza de orgullo patriótico; pero el trío tiene también canciones con intenciones más serias, como “El miedo a flor de piel”, que habla de las dificultades a las que se enfrentan las mujeres ante el acoso masculino. Tampoco faltan las invocaciones a la fiesta y las historias de amor y desamor.

Las que sí brillan por su ausencia son las letras referidas al fenómeno del narcotráfico. “Eso del narcocorrido ya está sobrerrepresentado; no tenemos nada que aportar por ese lado”, enfatizó el cantante. “Tenemos una canción que se llama ‘El corrido del héroe desconocido’, pero en ella hablamos del papá, de la mamá, del güey que se partieron la madre todos los días para que su familia tuviera un techo encima. Es decir, la gente a la que nadie le compone rolas”.

En el plano de las influencias, los integrantes de Nunca Jamás demostraron tener gustos muy eclécticos… o un gran sentido del humor. Al final de la entrevista, y ante el súbito llamado de su representante para que subieran ya al escenario, decidimos pedirles al vuelo los nombres de sus artistas favoritos.

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“Por el lado del rock, Free Kitchen y Pain of Salvation”, nos dijo Sáinz, aludiendo a dos bandas suecas experimentales que coquetean con el metal y el rock progresivo y que, obviamente, no tienen nada que ver con el ‘mainstream’. “Del regional, los clásicos, como La Banda El Recodo y Los Invasores de Nuevo León. Y los corridos tumbados, que musicalmente tienen cosas muy chin…, digan lo que digan de ellos”.

“La Brissa y Green Day”, señaló Verdez. “Pantera y Demi Lovato”, lanzó Bernal. No hubo tiempo para más, porque el show iba a empezar.

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