En la serie, no se cruza directamente con los actores latinos, pero, gracias a sus propios méritos y a los de Gilroy, se ha convertido en un villano formidable y una figura ampliamente reconocida por los fans de la franquicia.
La maldad que destila su personaje en “Andor” es tan inmensa que sorprende ver al intérprete en persona y descubrir lo amable que es y la gentileza que emana de sus ojos. “Es un trabajo sucio, y alguien tiene que hacerlo”, fue lo que nos dijo Ben Mendelsohn -el actor australiano que se pone en la piel del despiadado Orson Krennic, un militar del Imperio- cuando le dijimos lo anterior. “Mira, todo está en la actuación; es como jugar. Tengo ojos amables hasta que dejan de serlo”.
Pese a la abundancia de tiranos en la vida real, Mendelsohn aseguró que la inspiración para el temible personaje provino del “departamento de villanos” de la cinta original de la saga, sobre todo del Grand Moff Tarkin interpretado por Peter Cushing.
“Soy un estudiante de Historia relativamente bueno, pero no estaba tratando de recrear a [el dictador chileno Augusto] Pinochet, a [el dictador brasileno Getúlio] Vargas ni a cualquiera de esos hombres”, detalló el intérprete, consciente de nuestro origen.
Cuando le dijimos que cualquier película o serie de calidad habla de algún modo del presente, por más fantasioso que sea el entorno en que se ubique, y le mencionamos que el asunto de las comparaciones puede ser complicado, Mendelsohn aseguró que no lo consideraba así, pero lanzó también una advertencia.
“No creo que sea difícil hablar de ello en esos términos, pero creo que hay que evitar ser demasiado categóricos al respecto”, puntualizó. “Es importante dejar espacio para que el público saque sus propias conclusiones”.
“Creo que uno de los dones más grandes de Tony es que tiene una mente muy profunda”, añadió. “Tiene un cerebro enorme; de hecho, es demasiado grande para caber en su cráneo. Pero su inteligencia y su astucia, así como la forma en que hace las cosas, hablan por sí solas”.