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La ira de los fans de “Game of Thrones” es parte del juego

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Alerta de spoiler: esta columna contiene detalles sobre el quinto episodio de la temporada 8 de “Game of Thrones”.

Mientras las indignadas multitudes atacaban las redes sociales con sus sentimientos acerca de lo que debería y no debería haber ocurrido durante el penúltimo episodio de “Game of Thrones”, mis pensamientos se volvieron, de forma bastante extraña, hacia la Pequeña Nell.

“La Tienda de Antigüedades” (The Old Curiosity Shop), como muchas de las obras de Charles Dickens, se publicó en partes, y a medida que se convirtieron en una novela, los lectores empezaron a tener sentimientos muy fuertes sobre el destino de su protagonista sin hogar, la pobre Nell Trent, y muchos le escribieron a Dickens pidiéndole que la salvara.

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Alerta de spoiler: No lo hizo.

Muchas personas se opusieron, por muchas razones (Oscar Wilde señaló que “uno debe tener un corazón de piedra para leer la muerte de la pequeña Nell sin reírse”) pero “La Tienda de Antigüedades” fue un éxito aun así. Y por lo que sé, nadie se enojó por haber “perdido todo este tiempo” con una historia que no terminó de la manera en que lo querían o públicamente amenazaron con no volver a leer nada de Dickens (lo cual es algo bueno, ya que la mayoría de sus novelas más queridas estaban por venir).

Sin embargo, Dickens no tuvo que lidiar con Twitter.

La reacción sobre el último episodio de “Game of Thrones” por la noche fue exagerada incluso para los estándares de reacción de “Game of Thrones”. Cuando Daenerys decidió acabar con King’s Landing después de la rendición de la ciudad y, a pesar de los consejos de su consejero, muchas personas decidieron acabar con “Game of Thrones”.

En una avalancha de tuits indignados, los creadores D.B. Weiss y David Benioff fueron acusados de misoginia, pereza, abandono de personajes, nihilismo, preocupación por su próximo proyecto y una indiferencia hacia su audiencia o al legado del programa.

Fue maravilloso, una sinfonía de superfans enojados.

¿No sabían los escritores que todos queríamos que Dany fuera la reina buena contra la reina mala de Cersei?, que Dany había sido previamente una mujer de paz (a pesar de que debía su éxito casi por completo a los dragones), que teníamos en mente muertes completamente diferentes para Cersei y Jaime, que no estamos apoyando a Jon porque es una molestia, que queríamos que el malvado Qyburn sufriera más.

¿Weiss y Benioff no se pusieron a pensar cómo en “The Lord of the Rings”, al que se han referido varias veces, terminó con un montón de matrimonios geniales, felicidad general y un nuevo árbol de fiesta en la comarca? (ni hablar de que Frodo, Gandalf y un grupo de Elfos se van a los Grey Havens, que es como Tolkien habla de la muerte). ¿Quién se va a casar y plantar el nuevo árbol de fiestas al final de “Game of Thrones? nadie, parece. ¿Cómo puede prevalecer la felicidad de alguna manera si sólo queda un episodio? ¿toda esta guerra fue por nada?

Bueno, tal vez, George R. R. Martin, quien consultó con Weiss y Benioff sobre cómo debería terminar la serie, fue un objetor de conciencia después de todo, pues se supone que tiene una visión bastante sombría de la guerra.

O tal vez no, ya que, ya sabes, el programa aún no ha terminado. Pero eso no importa; para muchos superfans y para muchos críticos, el programa que esperaban ver ya terminó, porque, por desgracia, nunca existió; en lugar de eso, se han quedado con la serie escrita por los guionistas que los hicieron superfans en primer lugar.

Como escribió mi colega Todd Martens en 2016, el surgimiento del superfan ha sido durante mucho tiempo una bendición mixta. Por un lado, ha mantenido viva la televisión a raíz de la disminución de los números de audiencia. Por otro lado, bueno, la obsesión lleva a la expectativa, la expectativa a las demandas y, cuando esas no se cumplen, la ira y el resentimiento.

Esto no significa que la crítica no sea merecida o que la reacción no sea importante: las conversaciones provocadas por “Game of Thrones” y otros programas son maravillosas y necesarias porque reflejan problemas que son mucho más grandes que cualquier historia en particular. Cualquier programa de televisión que provoque este sentimiento profundo sobre temas como el ritmo, el desarrollo de personajes, la inclusión y la representación de las mujeres es una victoria, no importa cómo termine.

Además, soy una gran fanática de la indignación cuando está justificada, pero a pesar de que las cosas no están yendo tan bien como lo había “planeado” esta temporada, estoy más feliz de que todavía no sepamos cómo este programa tan altamente anticipado y altamente analizado va a terminar

Además, no entendí esta particular explosión de indignación, (hace una pausa para reconocer la ironía de ofrecer una opinión después de dar una conferencia sobre sus peligros). Daenerys ha sido muy clara acerca de sus objetivos a lo largo de la serie. Ella vino a Westeros para atacar King’s Landing y tomar el Trono de Hierro; Ha dicho repetidamente que quemará ciudades para hacer esto.

Jon la convenció de dejar eso pendiente y de ir al norte para luchar contra los caminantes blancos. Lo que, a diferencia de Cersei, hizo a un gran costo personal y político. Y se mantuvo allí incluso después de que Jon le dijo, en el peor momento posible, que él tenía más derecho al trono que ella, y que también están relacionados.

Daenerys perdió un dragón salvando a Jon y luego a la mitad de sus ejércitos salvando a Winterfell. Ella sabe que sin sus dragones no habría manera de que Arya hubiera sobrevivido para matar al Rey de la Noche.

¿Y qué obtiene ella? no hay celebración de su papel, poco respeto como reina, continuas miradas molestas de Sansa y un montón de reticencias de sus supuestos aliados cuando llega el momento de devolver el favor.

En el camino de regreso desde el norte, donde ella nunca planeó ir, pierde otro dragón, su mejor amiga y su flota. Uno de sus asesores comienza a conspirar contra ella y, de repente, todas las personas que estaban tan felices de usar su poder de fuego cuando lo necesitaban se preguntaron si tener una reina con un dragón era realmente una buena idea.

Por si fuera poco, Jon decide que su relación realmente debería ser sólo profesional, y Tyrion, que le ha estado dando consejos terribles y, literalmente, ha desafiado sus deseos, no deja de decirle que se calme.

En su lugar, decide hacer lo que Olenna Tyrell le dijo que hiciera antes de que todo se volviera demencial: “ignora a los hombres y se la Madre de Dragones”.

Lo que, en absoluto, no es igual que volverse loco.

La noción de una líder misericordiosa que gobierna con dragones siempre ha sido una contradicción, ya sea que las audiencias quisieran admitirlo o no, y nadie moviliza a los Dothraki para una toma pacífica. Son una horda por amor de Dios.

Y en cuanto a King’s Landing, bueno, desde el principio, ha sido presentado como un lugar perfectamente terrible, la encarnación física de todo tipo de corrupción, donde nunca pasa nada bueno y nadie realmente quiere ir.

El hecho de que estuviera lleno de civiles creó la primera crisis moral real a la que Daenerys se ha enfrentado, y ella eligió lo que tantos han elegido: cometer un acto horrible, por lo que ella cree que es un bien mayor al establecerse como reina de una vez por todas.

Primero intentó ser amable, pero eso no parecía estar funcionando. O tal vez, eso no es lo que ella estaba pensando en absoluto, tal vez ya no le importa la misericordia y se ha convertido en una completa Targaryen y con gusto mataría a todo el mundo.

Tal vez se sienta muy mal al día siguiente y ordene que maten a Drogon y luego ella y Jon se mudarán al norte y construirán una casita junto a esa cascada. Tal vez Arya o Tyrion la maten antes de que tenga la oportunidad. Tal vez se convierta en reina, reiniciando el ciclo de opresión y rebelión en algún lugar fuera del Muro y se esté creando otro Rey de la Noche.

Tal vez algún maestre resucitará a la Pequeña Nell y ella crecerá para convertirse en una verdadera imbécil.

Al igual que la novela de Dickens “La Tienda de Antigüedades”, “Game of Thrones” es una historia y las historias requieren rendición, lo cual es difícil, especialmente cuando la historia llega a su fin. Más que cualquier otra forma de arte, la televisión requiere un acto de fe: los libros, películas, obras de teatro, sinfonías, espectáculos de arte se publican y critican en su totalidad. Si lo eliges, puedes tener una idea de en lo que te estás metiendo.

No es así con la televisión, o al menos con este tipo de televisión. Este tipo de televisión tiene conflictos incorporados: puede que no quieras que la experiencia se arruine por los spoilers y los críticos, pero tampoco quieres terminar sintiéndote engañado; te lo apuesto.

Por eso es tan emocionante.

Así que tal vez el final apeste y todos estemos decepcionados y quememos nuestras camisetas de Khaleesi y desearíamos nunca habernos suscrito a HBO o HBO Now en primer lugar, o tal vez todo se unirá de una manera que tenga perfecto sentido.

De cualquier manera, todavía la consideraré la mejor serie de todos los tiempos, sólo hay que ver todo el triunfo y la desesperación que hemos experimentado, la indignación y la euforia. Mira todas las grandes conversaciones que hemos tenido sobre tantas cosas.

Ese es el mejor y verdadero juego de “Game of Thrones”.

Si quiere leer este artículo en inglés, haga clic aquí

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