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China reportó más de 15.000 nuevos casos de coronavirus en un día; ¿cómo es posible?

Coronavirus in China
Una calle comercial, prácticamente vacía y cerrada, en Beijing, el miércoles.
(Getty Images)
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Las autoridades sanitarias chinas informaron el jueves 15.152 nuevos casos de coronavirus, lo cual asciende el total global a más de 60.000.

El salto repentino en los números provino principalmente de la provincia de Hubei, epicentro de la epidemia, donde se registró un aumento de 14.840 casos confirmados, más de nueve veces las 1.638 nuevas infecciones que se habían reportado allí un día antes.

Las nuevas cifras no son indicadores de la veloz propagación del virus en Hubei, sino de un cambio en la forma en que se cuenta allí a los pacientes.

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Según nuevos requisitos para los informes, los casos se consideran confirmados en función de los síntomas y de una tomografía computarizada de los pulmones.

Anteriormente, la confirmación dependía de una prueba de laboratorio, un requisito que requería mucho tiempo y dejaba una gran acumulación de casos sospechosos no comprobados.

Muchos enfermos en estado crítico, con síntomas pero sin confirmación de la infección, se habían quejado de ser rechazados de los hospitales. Un número desconocido de personas falleció a causa de la enfermedad viral, conocida como COVID-19, sin haber sido registrados como casos confirmados.

Casi el 90% de los nuevos episodios reportados este jueves fueron pacientes con “diagnóstico clínico”, lo cual significa que han sido confirmados según las nuevas reglas.

Wang Chen, decano de la Academia de Ciencias Médicas de China, declaró el jueves a los medios de esa nación que el cambio en los requisitos era “extremadamente necesario” porque la prueba de laboratorio, que detecta una secuencia particular de ácidos nucleicos, no era lo suficientemente precisa. “Muchos pacientes que parecían estar [infectados con COVID-19] en función de sus antecedentes epidemiológicos, antecedentes de contacto y síntomas clínicos, no daban positivo en la prueba de ácido nucleico, y eran considerados como ‘casos sospechosos’”, explicó.

Agregó también que, a menudo, los kits de prueba no podían detectar con precisión las infecciones, y sugirió que los nuevos criterios proporcionarán una mejor imagen de la escala de la epidemia.

Las autoridades chinas proyectaron optimismo en los últimos días sobre el control del virus, señalando una disminución constante en la tasa de nuevas confirmaciones. Pero los actuales números en Hubei parecen reventar esa burbuja, acercando las estadísticas oficiales a la realidad.

Posiblemente también sean una buena noticia para muchos de los enfermos en Wuhan, la capital de Hubei, donde comenzó el brote, que no podían acceder a los hospitales sin diagnósticos confirmados, aunque todavía existe una escasez urgente de instalaciones, personal y suministros médicos.

También el jueves, las autoridades centrales despidieron a los jefes del Partido Comunista de Wuhan y de la provincia de Hubei, que fueron reemplazados por funcionarios de alto rango conocidos por sus antecedentes en el “mantenimiento de la estabilidad” y su trabajo en estrecha colaboración con el líder del partido y el presidente chino, Xi Jinping.

El jefe del partido de Hubei fue sustituido por Ying Yong, ex alcalde de Shanghai, mientras que el líder del partido de Wuhan fue reemplazado por Wang Zhonglin, secretario del partido de la capital de la provincia de Shandong, Jinan.

Las autoridades centrales efectuaron la purga de los funcionarios locales en Hubei como castigo público por no controlar la epidemia desde el principio. La ocultación de los funcionarios locales de la severidad del brote y el silenciamiento de quienes hablaban sobre el tema, incluido un médico que más tarde murió a consecuencia del COVID-19, desató la furia y una demanda de responsabilidad en toda China.

Los cambios del jueves le siguen al despido de dos altos funcionarios de salud en Hubei, este martes; el secretario del Partido Comunista y el director de la comisión de salud provincial.

La sacudida política podría haberse planeado para que coincida con el cambio en los estándares de informes, de modo que la percepción de los funcionarios recién llegados -y designados por el gobierno central- sean percibidos como en control y con poder para mejorar la crisis, en oposición a los funcionarios locales, a quienes ahora se les carga de haber permitido la propagación del virus.

El cambio en los requisitos de los informes sólo se implementó en la provincia de Hubei, no en el resto de China. Hubei también reportó 244 nuevas muertes, después de haber informado anteriormente 242. Los decesos en todo el mundo por la enfermedad ahora superan los 1.300.

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí

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