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¿Un santo patrono de internet? El papa ya está investigando el caso

Un chico de 15 años que ayudó a difundir la enseñanza católica romana en línea es un buen candidato para convertirse en el santo patrón de Internet, dice el Vaticano.

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La buena noticia para cualquiera que implore ver un poco menos de odio en línea o tener una conexión a internet mucho más rápida, es que el Vaticano está trabajando en el tema.

Para demostrar que está a tono con el siglo XXI, la antigua institución respalda que un genio informático de 15 años se convierta en el primer patrono de Internet.

Carlo Acutis, un estudiante italiano que ayudó a difundir la enseñanza católica romana en línea antes de morir de leucemia, en 2006, es el candidato perfecto para convertirse en el protector de los internautas, afirmó el cardenal Angelo Becciu, jefe del departamento de creación de santos del Vaticano. “Esa es mi esperanza: sería un ejemplo ideal para todos los jóvenes”, enfatizó Becciu, cuyo título oficial es jefe de la Congregación para las Causas de Santos.

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Carlo se hizo profundamente religioso durante su infancia de clase media en Milán, cuando donaba sus escasos ahorros a los residentes pobres de la ciudad.

Significativamente, utilizó su prodigioso talento de codificación para crear sitios web para sacerdotes. A sus 10 años, comenzó a crear una exhibición en línea sobre milagros religiosos, que cobró una gran popularidad desde su muerte. Cientos de parroquias en todo el mundo han impreso material del sitio para crear sus propias exhibiciones en la vida real.

El año pasado, el papa Francisco rindió homenaje al adolescente y declaró que su uso de internet para “comunicar valores y belleza” era el antídoto perfecto para los peligros de las redes sociales. En un documento que escribió después de un sínodo sobre la juventud, Francisco citó una frase acuñada por Carlo, que advierte a otros jóvenes que no pierdan su individualidad en la red: “Todos nacen como sujetos originales, pero muchos mueren como fotocopias”. Después de citar la frase, Francisco agregó: “No dejen que eso les suceda”.

A medida que crecía la fama de Carlo, los católicos comenzaron a rezarle y, en febrero pasado, el papa le atribuyó un milagro al adolescente, lo cual posibilitó su beatificación, el primer paso para convertirlo en santo. La ceremonia de beatificación se llevará a cabo el 10 de octubre en la ciudad central italiana de Asís (célebre gracias a San Francisco). Tal milagro, en 2013 implicó la curación rápida e inexplicable de un niño brasileño de seis años, que sufría una grave deformación congénita del páncreas. Un sacerdote le rezó a Carlo en nombre del pequeño. “El niño estaba vomitando y con riesgo de perder la vida. Luego, en el tercer día de oraciones, comenzó a comer”, relató Antonia Salzano, la madre de Carlo, que trabaja en editoriales. Su padre se dedica al negocio de seguros.

“Recibimos noticias de milagros atribuidos a Carlo todo el tiempo”, agregó Salzano, de 53 años. “Una mujer se curó de su cáncer después de asistir a su funeral, y supe de dos más hace unos días”.

La mujer agregó que no puede entender cómo se extendió la fama de Carlo desde su muerte. “Es un misterio. Siento la mano de Dios”, comentó. “Perder a un hijo es lo más terrible, pero estamos felices de que esté ayudando a las personas a descubrir su fe”. Salzano recordó que Carlo sólo tenía “una computadora muy básica”, pero que estudiaba libros de nivel universitario para aprender a programar y “veía internet como una forma de difundir la fe”.

Este mes, Becciu declaró a Vatican News que, cuando estaba cerca de la muerte, Carlo había dicho: “Quiero ofrecer todo mi sufrimiento por el Señor, por el papa y por la Iglesia. No quiero pasar por el purgatorio; deseo ir directamente al cielo”.

El cardenal agregó: “¡Dijo eso a los 15! Un chico que habla así nos sorprende, y creo que alienta a todos a no bromear con nuestra fe, sino a tomarla en serio”.

Para que sea más fácil rezar en su tumba, el año pasado el Vaticano ordenó que el cuerpo de Carlo fuera exhumado y enterrado en el Santuario de la Renuncia, en la Iglesia de Santa María la Mayor, en Asís.

El Vaticano estudiará otros milagros atribuidos a Carlo. Si certifica un segundo después de la beatificación, en octubre, el joven podría llegar a santo. En ese caso, Carlo sería un fuerte candidato para convertirse en el patrón de internet, comentó Becciu, pero “Es el papa quien decide”.

Declarar un santo patrono para los internautas (los surfistas reales ya tienen un protector en las olas, San Cristóbal) estaría en consonancia con el impulso del Vaticano de promover una presencia en línea. Las iniciativas de divulgación digital del papa incluyen sus populares cuentas de Twitter, que tienen más de 50 millones de seguidores, incluyendo 900.000 para sus noticias en latín.

Los sacerdotes católicos de todo el mundo recurrieron a Zoom durante los bloqueos por el coronavirus para ver misas en línea cuando se cerraron las iglesias.

Francisco describió a internet como un “regalo de Dios”, pero también advirtió que las horas que uno pasa solo en línea “pueden tener el efecto de aislarnos de nuestros vecinos, de las personas más cercanas a nosotros”. En 2016 remarcó que a las monjas se les debía permitir navegar por internet en sus conventos, sin que ello se convierta en “un motivo para perder el tiempo o escapar de las demandas de la vida fraterna en comunidad”.

Si declara a Carlo como el santo patrón de internet, Francisco probablemente interpretará al chico como una figura que puede alejar a los usuarios de la soledad y convertir su navegación en una experiencia social que afirme la vida.

En los últimos años, algunas noticias señalaron que la iglesia Católica ya tiene un patrón de todo lo digital: Isidoro, el obispo de Sevilla del siglo VI, que creó una enciclopedia de 20 volúmenes en un intento por poner todo el conocimiento en un solo lugar; un precursor de Google.

Según la prensa, el papa Juan Pablo II lo declaró el santo de la web.

No obstante, Becciu no pudo encontrar ningún registro oficial de que Isidoro haya sido designado como tal por el Vaticano. “No hay nada en los archivos”, remarcó.

Salzano agregó que su difunto hijo estaba listo para asumir la responsabilidad, aunque sería muy pesado. “Tendrá que ver todas las cosas feas en internet. Será un trabajo difícil, pero una excelente manera de difundir la fe”, dijo. “Espero que pueda sacar lo hermoso de la red y luchar contra el lado oscuro”.

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí.

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