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El Salvador vive jornada irregular en el transporte público

Un soldado saluda con el pulgar desde el asiento del conductor de un autobús
Un soldado saluda con el pulgar desde el asiento del conductor de un autobús mientras los pasajeros lo abordan para un viaje gratis en San Salvador, El Salvador, el lunes 14 de marzo de 2022.
(Salvador Melendez / Associated Press)
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Los salvadoreños reaccionaron el lunes con sentimientos encontrados, algunos con disgusto y otros con apoyo, luego de la decisión del gobierno del presidente Nayib Bukele de cancelar los permisos a una empresa con casi 300 unidades del transporte público de pasajeros que estaba incrementando las tarifas.

En diferentes puntos de la capital del país centroamericano y la vecina ciudad de Santa Tecla, en la periferia este, se observaron largas filas de personas tratando de abordar los autobuses. En una situación poco usual, el gobierno convocó a militares, policías y trabajadores gubernamentales para que se hicieran cargo del control de las unidades.

También se pudo observar a soldados armados, algunos con pasamontañas para cubrirse el rosto, en las unidades en una aparente medida para dar seguridad. Sin embargo, hubo un poblema. Los motoristas asignados a las unidades no conocían el trayecto y eso afectó el servicio en la jornada.

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“Esto es un desorden, hay que esperar más tiempo”, dijo a The Associated Press Teresa Escamilla, quien se quejó que llegaría tarde a su trabajo en la capital. Pero la mujer, de 38 años, también criticó el “abuso de los motoristas. Yo no sé si es por orden del dueño y es cosa de ellos, pero uno se sube por la necesidad”, agregó.

Ante la grave crisis económica que atraviesa el país centroamericano, el gobierno puso en marcha una intensa campaña de supervisión para que el transporte público de pasajeros, que recibe una compensación económica mensual, no incremente las tarifas. Se suspendieron los permisos de líneas a las unidades del empresario Catalino Miranda, quien además fue detenido por el delito de resistirse agresivamente a la autoridad.

Pero para evitar el caos en el transporte de pasajeros, el presidente Bukele le ordenó a la Fuerza Armada que pusiera a la disposición motoristas para retomar el servicio. También se incorporó a otros trabajadores de distintas dependencias del gobierno.

Ante la posibilidad que otros empresarios del transporte vayan a un paro general tras las acciones del gobierno, Bukele lanzó una advertencia: “Si más transportistas se van a paro, habrá que intervenir esas unidades también. Ni una sola unidad se quedará sin brindar el servicio”.

Los empresarios que alteran las tarifas en el país reciben una multa de 57.14 dólares, pero desde el domingo también es una causa para cancelarles los permisos del servicio de transporte público, según el gobierno.

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