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Evo Morales profundiza la pugna interna en el oficialismo al adelantar que será su candidato en 2025

ARCHIVO: Evo Morales, expresidente de Bolivia.
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El anuncio del expresidente Evo Morales de volver a postular a la presidencia ha profundizado las disputas en el partido gobernante de Bolivia con su heredero político el actual presidente Luis Arce por el liderazgo y la nominación presidencial oficialista a las elecciones de 2025.

El ministro de Economía, Marcelo Montenegro, calificó de “prematuro” el anuncio de quien fue el primer presidente indígena (2006-2019) del país, mientras que el titular de Justicia, Iván Lima, recordó a Morales que debe someterse a elecciones primarias y esperar una decisión de la justicia sobre si está habilitado para volver a postularse como presidente.

“Debe haber un pronunciamiento de los tribunales sobre la reelección”, dijo el lunes Lima en alusión al fallo, que está en revisión, del Tribunal Constitucional que habilitó a Morales a participar en las elecciones de 2019, pese a que un referendo de 2016 prohibió su reelección. Eventualmente, el tribunal debe pronunciarse sobre si mantiene su criterio y habilita a Morales o todo lo contrario.

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Morales anunció el domingo en un programa radial su decisión de ser candidato por el gobernante Movimiento al Socialismo (MAS), del que es jefe nacional. Volvió a referirse a un supuesto “complot” del gobierno para inhabilitarlo.

Aunque el expresidente no dio detalles del supuesto complot, se refería a que el presidente Arce decida prorrogar —por decreto— en su cargo a los actuales magistrados del Tribunal Constitucional a cambio de que emitan un fallo que saque a Morales de carrera electoral, según apuntó el exministro Carlos Romero, leal a Morales.

El presidente boliviano, en cambio, ha evitado hablar del asunto y hace poco dijo que “es prematuro hablar de candidaturas”.

La sospecha del exmandatario es que Arce emitiría un decreto para ampliar el mandato del actual tribunal en lugar de que haya elecciones judiciales por voto ciudadano, como está previsto para octubre.

En Bolivia, los magistrados y jueces se eligen por voto popular y hasta ahora esos comicios han tenido baja participación ciudadana. Las disputas oficialistas en el Legislativo han retrasado la convocatoria que debería celebrarse en octubre y el Tribunal Electoral anticipó que ya no da el tiempo para organizar esos comicios judiciales.

Tras haber sido reelegido por una vez consecutiva como manda la Constitución, Morales desconoció un referendo en 2016 que le dijo “no” a su reelección. Influyó en el Tribunal Constitucional de entonces para que lo habilite como candidato los comicios de 2019 que fueron denunciados como fraudulentos por la Organización de Estados Americanos (OEA). Eso detonó en un estallido social de dejó 37 muertos y forzó la renuncia de Morales.

Aquel fallo que lo habilitó ahora está en revisión.

Sin embargo, el anuncio de Morales sobre su participación no ha esperado al pronunciamiento del Tribunal actual y, de hecho, se produce dos semanas antes de una convención del MAS, organizada por el propio Morales, en la que el partido podría proclamarlo como candidato.

Los seguidores de Arce han denunciado presuntas maniobras del exmandatario para asegurarse una mayoría de delegados.

Esa convención del MAS es trascendental para definir al candidato que representará al partido en las elecciones y es también el trasfondo de la última disputa entre Arce y Morales para ver quién queda como líder al frente de la organización política y, por tanto, con más posibilidades de ser el aspirante presidencial.

No obstante, aún falta más de un año para las primarias, previstas para enero de 2025, y para los comicios generales en octubre de ese año.

Ambos líderes están en busca del control de los sindicatos y los movimientos sociales ya que estos decidirán qué aspirante del MAS irá a las primarias. El partido solo puede postular un nombre.

En esa pelea, Morales sufrió un duro revés en agosto por el control del mayor sindicato campesino e indígena, la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia cuya directiva principal está controlada por seguidores de Arce.

“Morales se está jugando su sobrevivencia política y la convención de su partido es su tabla de salvación”, dijo el analista político y profesor universitario Marcelo Silva.

Arce, en cambio, tiene el control de una mayoría de sindicatos y maneja el aparato estatal, según Silva. “Busca disputar el liderazgo” del MAS y, apuntó el analista, “lo hará incluso ante el Tribunal Electoral o en ultima instancia ante al Tribunal Constitucional”.

Las diferencias entre ambos líderes políticos han pasado factura también en el Legislativo, ya que el MAS dominaba con mayoría, pero el bloque oficialista ha quedado fracturado en dos corrientes desde que comenzaron las disputas entre seguidores de Arce y de Morales.

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