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Por las pruebas de COVID que EE.UU impone a los viajeros, Baja California abre centros de exámenes

Brandon Harris and Kirsten Jackson sit on a beach
Brandon Harris y Kirsten Jackson viajaron desde Houston a Los Cabos, México, en diciembre.
(Kate Linthicum / Los Angeles Times)
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Baja sigue llamando. Pero, ¿seguirán respondiendo los californianos?

Docenas de centros turísticos de la península mexicana reabrieron en verano, cortejando a los estadounidenses, a pesar de que legiones de expertos y funcionarios instaron a todos a quedarse en casa debido al COVID-19. Sin embargo, llegaron miles. Y continuaron arribando durante las vacaciones de fin de año.

Ahora, con tasas de infección mucho más altas en ambos países, los funcionarios estadounidenses están imponiendo pruebas de COVID a los viajeros internacionales, y el área de Los Cabos en Baja inició una campaña de testeos rápidos para facilitar el nuevo proceso.

Según una orden de los Centros para el Control de Enfermedades de EE.UU (CDC) que entra en vigencia el martes, los viajeros que ingresan a Estados Unidos por vía aérea deben dar negativo en la prueba de COVID dentro de las 72 horas antes de la salida. Eso significa que cualquier estadounidense que vuele al sur a México, de dos años o más, independientemente del estado de vacunación, necesitará un resultado negativo en la prueba en ese país antes de volar a casa.

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Los funcionarios estadounidenses aceptarán una prueba PCR (también llamada prueba molecular), que tiene una alta tasa de precisión y, a menudo, arroja resultados en 24 a 48 horas, o una prueba de antígenos, que es menos precisa pero que regularmente brinda resultados en 40 minutos y es menos costosa.

“Queremos hacerlo fácil”, afirmó el viernes Rodrigo Esponda, director gerente del Patronato de Turismo de Los Cabos, al reconocer que las medidas “causarán una desaceleración del mercado”.

En su intento de mantener la llegada de visitantes estadounidenses, más de 85 hoteles, villas, sitios de tiempos compartidos y otros alojamientos de Los Cabos ahora ofrecen pruebas rápidas. También lo hacen los 16 centros de análisis montados en hospitales, laboratorios, el aeropuerto y otros lugares, administrados por 10 empresas distintas.

La junta de turismo expresó que su campaña incluye “todos los hoteles y tiempos compartidos en el destino”, y que cada sitio tiene personal médico para administrar las pruebas y emitir los certificados digitales requeridos por los CDC.

Esponda comentó que aunque el aeropuerto de Los Cabos tendrá espacios para realizar pruebas, éstas están pensadas como último recurso. El objetivo, dijo, “es hacer que las personas se efectúen los exámenes antes de llegar al aeropuerto”.

El costo es típicamente de $60 o menos por prueba rápida; algunos hoteles incluyen una opción veloz como parte del precio de una estadía de varias noches. El examen PCR de COVID, comentó Esponda, generalmente cuesta alrededor de $200.

El COVID sigue siendo una crisis en la península. Hasta el 22 de enero, los funcionarios de Baja California Sur habían reportado 956 muertes hasta el momento (incluidas 310 en Los Cabos) y 1.687 casos activos de COVID (al menos 472 en Los Cabos). Un análisis del 22 de enero del New York Times de los estados mexicanos encontró que la tasa de casos nuevos de Baja California Sur fue de 28 por cada 100.000 personas durante siete días, la segunda peor en la nación. En casos totales, el mismo análisis mostró que la tasa de infección per cápita de Baja California Sur es aproximadamente un tercio de la tasa en el condado de Los Ángeles.

Desde el inicio de la pandemia, en marzo, México reportó más de 146.000 muertes por COVID (superadas solo por EE.UU, Brasil e India), y sus recuentos de decesos y nuevos casos establecieron récords en las últimas semanas.

Bajo las restricciones de COVID del estado mexicano, el alojamiento en Los Cabos y el resto de Baja California Sur está limitado al 50% de la capacidad. Por requerimiento estatal, los residentes y visitantes deben usar cubiertas faciales cuando interactúen más allá de sus hogares, excepto cuando coman, beban, naden o participen en actividades similares.

El nuevo requisito de pruebas de EE.UU es una versión más flexible de una medida que Canadá impuso el 7 de enero. Desde esa fecha, los viajeros canadienses que regresan de cualquier país extranjero deben mostrar resultados nuevos negativos de la prueba de COVID PCR. Después de volver a Canadá, esas personas también enfrentan una cuarentena obligatoria de 14 días.

Esponda indicó que esas medidas ralentizaron las llegadas de canadienses, de alrededor de 5.000 en diciembre a “solo unos pocos cientos” en la primera quincena de enero.

Si un pasajero da positivo, afirmaron los funcionarios de Los Cabos, debe someterse a una cuarentena de 14 días en Los Cabos “hasta que obtenga un resultado negativo”. En esos casos, dice el sitio web de la junta de turismo, los hoteles y complejos turísticos “ofrecen alojamientos especiales y tarifas con descuento”.

Esponda agregó que los líderes locales esperan “una reducción del 20% en los arribos” durante algunas semanas, seguida de un resurgimiento turístico.

El éxito o el fracaso de la campaña tendrá importantes consecuencias económicas para Los Cabos, a unas 1.000 millas al sur de Los Ángeles: es el destino turístico más concurrido de la península de Baja California, una zona de playas, vida nocturna y pesca deportiva que no tiene una industria sustancial más allá del turismo.

La región atrajo alrededor de 1.9 millones de visitantes internacionales en 2019, comentó Esponda. Aproximadamente un tercio provenían de California.

En Estados Unidos, las autoridades a nivel local, estatal y nacional continúan desdeñando los viajes a México. El Departamento de Salud Pública del Condado de Los Ángeles exige que los viajeros se pongan en cuarentena durante 10 días al regresar al condado de Los Ángeles. Los funcionarios del estado de California prohíben las vacaciones breves e instan a sus residentes a permanecer dentro de las 120 millas de su hogar. Los CDC dicen que “las personas deben evitar todos los viajes a México”, pero no lo han convertido en un decreto.

Los funcionarios estadounidenses y mexicanos nunca han prohibido los vuelos de placer desde Estados Unidos a México. Desde que los hoteles de Los Cabos comenzaron a reabrir, en junio, el negocio aumentó de manera constante, alcanzando recientemente el 40% de ocupación. En diciembre, los líderes locales contaron 76.000 visitantes por aire desde el interior de México, el 98% de su nivel previo al COVID, un año antes. “No esperábamos llegar a un punto de equilibrio para fin de año”, comentó Esponda.

En cuanto a las llegadas internacionales, el aeropuerto de Los Cabos contó con unas 103.000 en noviembre y 106.000 en diciembre, casi la mitad del ritmo del año anterior. “Creemos que para fines de 2021 estaremos en los mismos niveles que teníamos en 2019”, señaló el funcionario del patronato de turismo. Sin embargo, advirtió que el nuevo programa de pruebas “no va a ser a corto plazo”, y que es posible que el requisito siga vigente “probablemente durante el próximo año o más”.

Para leer esta nota en inglés haga clic aquí

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