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Solicitantes de asilo, desesperados, montan campamento frente al puerto de entrada en Tijuana

Los solicitantes de asilo instalaron casas de campaña en Tijuana.
Los solicitantes de asilo instalaron casas de campaña mientras se quedan en el puerto de entrada de El Chaparral, en Tijuana.
(Alejandro Tamayo/The San Diego Union-Tribune)
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La plaza a las afueras del puerto de entrada de San Ysidro del lado mexicano nuevamente se ha convertido en centro de atención para los solicitantes de asilo que buscan una oportunidad de pedir refugio en Estados Unidos.

Hasta el miércoles por la mañana, había más de 50 casas de campaña instaladas en la plaza de El Chaparral, donde el paso peatonal occidental del puerto de entrada conecta con el sur de San Diego.

La parte occidental del puerto de entrada o Ped West ha permanecido cerrada durante la pandemia, y la plaza, antes bulliciosa, donde los solicitantes de asilo se reunían todas las mañanas en medio de trabajadores y turistas, quedó prácticamente desierta hasta la semana pasada.

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Fue entonces cuando la gente empezó a dormir allí después de que el gobierno del presidente Biden anunciara que empezaría a procesar a ciertos solicitantes de asilo en Estados Unidos, un cambio respecto a las prácticas cada vez más restrictivas de la administración de Trump en la frontera.

Más solicitantes de asilo acuden durante el día para saber si ha habido más cambios en las políticas fronterizas que siguen excluyendo a la mayoría de ellos de la posibilidad de iniciar sus peticiones de protección.

Una mujer hondureña, cuya casa de campaña se aprieta contra un colorido letrero de Tijuana que se extiende a lo largo de la plaza, dijo que estaba dispuesta a permanecer allí durante años con tal de que la dejaran entrar. No se ha identificado debido a su situación de vulnerabilidad.

“Estaremos aquí el tiempo que sea necesario”, dijo la mujer en español.

Una familia solicitante de asilo almuerza en su tienda de campaña.
(Alejandro Tamayo/The San Diego Union-Tribune)

Los voluntarios de Casa de Luz, con sede en Playas en Tijuana, han comenzado a servir comidas gratuitas en la plaza, y los abogados de Al Otro Lado, una organización de servicios legales que ha apoyado durante mucho tiempo a los solicitantes de asilo en Tijuana, han colocado mesas donde pueden responder a preguntas sobre los cambios recientes.

Se estima que 26 mil solicitantes de asilo que fueron devueltos a México bajo los Protocolos de Protección al Migrante de la administración del presidente Trump —conocidos ampliamente como el programa Permanecer en México— y que aún tienen casos judiciales de inmigración activos en los Estados Unidos son ahora elegibles para ingresar al país.

El gobierno de Biden procesó a los primeros 25 el viernes en el puerto de entrada de San Ysidro, y los funcionarios comenzaron a procesar en un puerto de entrada en Texas el miércoles.

Para cruzar, esos solicitantes de asilo deben registrarse en línea con una agencia de las Naciones Unidas para recibir una fecha para la prueba COVID-19 y para la entrada.

Pero muchos solicitantes de asilo están atascados en México debido a otras políticas de la administración de Trump, y esas políticas siguen vigentes.

Guerline Jozef, de Haitian Bridge Alliance, otra organización que ha estado tratando de proporcionar información a los solicitantes de asilo en la plaza, dijo que la mejor analogía para la situación era que la administración de Biden había espolvoreado flores en lo que ya era una enorme pila de estiércol. La gente se emocionó con las flores, pero la pila no cambió, dijo Jozef.

“La confusión dentro de la propia comunidad es lo que crea una vulnerabilidad extrema”, dijo Jozef.

“Existe la idea de que hay una crisis en la frontera, lo cual no es cierto. Lo que está ocurriendo en la frontera es una necesidad de orientación, dirección y un plan. Lo que necesitamos es poder proporcionar alivio y protección a las personas que han hecho el viaje en busca de seguridad, en busca de asilo, en busca de refugio”.

El gobierno de Biden ha enfatizado que cualquier persona que intente cruzar a Estados Unidos será inmediatamente expulsada, como lo fue bajo el gobierno de Trump.

“Es importante subrayar que este proceso llevará tiempo, que estamos garantizando la salud y la seguridad pública, y que las personas deben registrarse virtualmente para determinar si son elegibles para el procesamiento bajo este programa”, dijo Alejandro Mayorkas, secretario del Departamento de Seguridad Nacional, en un comunicado de prensa.

“La presencia física en un puerto de entrada no es la forma de acceder a este esfuerzo gradual, y la gente no debería hacer el peligroso viaje a la frontera”.

Pero para muchos de los que acampan en El Chaparral, esperar fuera del puerto de entrada es la única esperanza que les queda.

Migrantes cantan un corrido dedicado a Joe Biden sobre los solicitantes de asilo, en El Chaparral, en la frontera de Tijuana y San Diego. Video de Alejandro Tamayo.

La mujer hondureña que estaba en su casa de campaña dijo que ya había intentado cruzar ilegalmente a Estados Unidos con sus dos hijos. Los agentes fronterizos les tomaron las huellas dactilares a ella y a su hija adolescente y las devolvieron a Tijuana.

Huyó de su país en el verano de 2019 porque su marido la golpeaba rutinariamente a ella y a los niños, dijo, y en varias ocasiones intentó matarla o hacerla matar.

Hace unos días, se topó con su primo en la plaza de Tijuana y comenzaron a compartir una casa de campaña.

Muchas familias están compartiendo casas de campaña de forma similar, algunas con personas que acaban de conocer.

Los solicitantes de asilo acamparon en la plaza de El Chaparral
Un voluntario de la Casa de la Luz que ayuda a los solicitantes de asilo en Tijuana celebra su cumpleaños y toma un bocado de pastel.
(Alejandro Tamayo/The San Diego Union-Tribune)

El padre de una familia hondureña de seis miembros dijo que decidieron compartir una casa de campaña con otra mujer y su hija para que el pastor que repartía las casas les diera una más grande. La familia había sido amenazada en Tijuana, donde vivían antes, y decidieron que estarían mejor en el campamento fronterizo.

Una de las hijas de la familia cumplirá 14 años el jueves.

“Y mira dónde estamos”, dijo el padre con lágrimas.

No quería abandonar su país, dijo, pero las extorsiones a su pequeño negocio le llevaron a recibir amenazas de muerte. Y debido a la corrupción que llega hasta los más altos cargos del país, dijo, su familia no tenía otro recurso que huir.

Así que se dirigieron al norte, la madre y los hijos trenzando el pelo por el camino para ganar dinero para la comida.

La familia ha estado durmiendo sobre cartones dentro de su tienda. Tienen un saco de dormir y una pequeña manta para compartir entre todos. El padre ha utilizado una bolsa de basura para mantenerse caliente cuando la temperatura baja por la noche.

“No quiero que mis hijos estén aquí en el frío, que la gente los trate como basura, pero no tuvimos otra opción”, dijo antes de que él y sus hijos se acercaran a donde un grupo de músicos estaba cantando un corrido para el presidente Joe Biden.

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