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El huracán María provocó la mortalidad del 30 % de árboles en zonas en P.Rico

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EFE

El huracán María provocó la mortalidad del 30 % de los árboles en algunos sectores en Puerto Rico, según resultados preliminares del Instituto Internacional de Dasonomía Tropical del Servicio Forestal Federal, dijo a Efe su director, Ariel Lugo.

“Aunque hay lugares con mortalidades altas, como el 30 por ciento, también hay lugares sin ninguna mortalidad. Para determinar el valor más real, hay que hacer el inventario”, explicó Lugo en un correo electrónico a Efe.

Ese balance, según sostuvo el dasónomo (experto en árboles), lo trabajan actualmente miembros del Instituto Internacional de Dasonomía Tropical del Servicio Forestal Federal mediante unos muestreos sistemáticos alrededor de Puerto Rico.

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De acuerdo con Lugo, esos muestreos sistemáticos, que se basan por fotos aéreas y campo combinado, “constituyen la única forma para decir con un grado de certeza cuantos árboles murieron en Puerto Rico a consecuencia del huracán María”.

“Los árboles de Puerto Rico son resilientes y muchos rebrotan luego de perder hojas y ramas. Por eso, la mortalidad no se puede estimar por el aspecto del árbol”, enfatizó Lugo.

No obstante, a pesar de que no hay una cifra aproximada ni oficial de cuantos árboles fueron destruidos parcial o total en Puerto Rico por los vientos del huracán María, muchos cayeron sobre carreteras, postes de electricidad, residencias, autos, levantaron calles o aceras o fueron sacados de raíz por deslizamientos de terreno.

A su vez, un área donde una gran cantidad de árboles quedaron desmoronados fue en el bosque tropical “El Yunque”, cuyo sistema natural se expande a ocho municipios de la zona noreste de la isla y que aún no ha reabierto al público desde el paso del ciclón.

“En ‘El Yunque’ hemos estudiado arboles decapitados que perdieron mas de la mitad de su altura y que no murieron, pero rebrotaron para vivir por décadas”, aseguró Lugo.

“Nuestros inventarios buscan evitar confundir el efecto visible del viento con la mortalidad real del árbol. Lamentablemente el inventario está en proceso y va a tardar un tiempo para presentar un resultado final”, abundó.

Por su parte, el presidente de la organización local Para La Naturaleza, Fernando Lloveras, indicó a Efe que el organismo hará una serie de análisis científicos sobre el efecto que sufrieron los árboles en la isla por el huracán.

“Las especies nativas son más resistentes a fenómenos ya que se han adaptado a las características ambientales y físicas de nuestro archipiélago”, sostuvo.

“De hecho, estamos en un gran momento para mirar ese tipo de análisis y corroborar esa teoría, pero todavía no tendríamos contestación exacta”, agregó.

Lloveras, no obstante, dijo que el árbol de ceiba fue uno “de los que más resistió el impacto de María, debido a que sus raíces y sistema de anclaje lo hacen más resistente a huracanes”.

Sobre el impacto que recibió el bosque “El Yunque”, Lloveras dijo que de lo que ha observado, su mayor devastación ocurrió en el área sur.

“De lo que pude observar, el área sur de Naguabo fue bien severamente afectada”, mencionó Lloveras sobre uno de los ocho municipios que se extiende el bosque tropical, una de las mayores atracciones del turismo.

Y ante toda la devastación ambiental y de naturaleza que provocó el huracán María sobre Puerto Rico, Lloveras adelantó que Para La Naturaleza está “en proceso” de reforestar varias zonas de la isla.

“Estamos mirando a cómo reformular nuestro programa. Así que más adelante tendremos una comunicación más concreta sobre nuestros planes. Tenemos una gran oportunidad ahora de lograr una gran recuperación ecológica y que va más a mano de la recuperación social y ecológica”, detalló.

Lloveras agregó que ante la devastación que dejó el huracán María sobre la isla, su organización, así como la naturaleza local “tiene que estar bien preparada” para futuros embates.

Uno de los ejemplos que Lloveras mencionó para ello es la planificación de construcción viviendas cerca de los ríos y playas, de las cuales muchas de ellas quedaron inundadas o destruidas por la crecida de los cuerpos de agua o por deslizamientos de terrenos.

“Esas construcciones hay que repensarlas y prevenir los deslices de tierra y todos. Son lecciones aprendidas que tenemos que asegurar. Lo más importante de estos eventos es lograr aprender esas lecciones y tomar las decisiones correctas”, dijo.

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