Esperanza y mucha cautela en la ONU tras el repliegue hutí en Yemen
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Naciones Unidas — La retirada de los rebeldes hutíes de tres estratégicos puertos de Yemen ha devuelto a la comunidad internacional la esperanza de un final negociado a la guerra en ese país, pero las potencias piden cautela, sobre todo dado el empeoramiento del conflicto en otras zonas.
En una larga sesión, con partes a puerta abierta y otras en privado, el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas analizó este miércoles los últimos acontecimientos en Yemen, en los que la propia ONU ha tenido un papel clave.
La organización, que ha supervisado la salida de las tropas hutíes de los puertos de Al Hudeida, Salif y Ras Aissa, confirmó que los rebeldes han cumplido con lo pactado y están mostrando una muy buena cooperación.
La retirada es un primer paso hacia la implementación de los acuerdos firmados el pasado diciembre en Suecia entre los dos bandos y es vista por la ONU como un movimiento absolutamente necesario para poder retomar las negociaciones de paz.
Especialmente importante es el repliegue hutí del puerto de Al Hudeida, que llevaba años bajo control rebelde y que hasta hace unos meses era el objetivo final de una ofensiva del Gobierno y sus aliados.
La instalación, la mayor vía de entrada de ayuda para Yemen, queda ahora en manos de guardacostas y bajo supervisión internacional.
“Los progresos tangibles en Al Hudeida nos permitirán mirar adelante a las negociaciones para terminar el conflicto y permitir retomar la transición política”, aseguró este miércoles el enviado de la ONU, Martin Griffiths.
El diplomático británico insistió en que “el cambio en Al Hudeida es una realidad” y ofrece “señales de esperanza”, pero es “solo el principio”.
Según Griffiths, ahora se necesitan “acciones concretas de las partes para cumplir con sus obligaciones bajo el acuerdo de Estocolmo”.
Entre otras cosas, los dos bandos deben lograr un acuerdo sobre la composición de las fuerzas de seguridad locales que controlarán las zonas abandonadas por los combatientes rebeldes.
Hasta ahora, el Gobierno yemení ha rechazado el movimiento de los hutíes al haber sido unilateral, sin verificación y supervisión por su parte, tal y como se había pactado.
El general danés Michael Lollesgaard, que lidera la presencia de la ONU sobre el terreno, explicó a los periodistas que la organización aceptó la propuesta de los hutíes con el fin de desbloquear la situación y dijo que la idea es que, una vez que se acuerden los siguientes pasos, se lleve a cabo esa verificación por parte del Gobierno.
Los siguientes pasos, aún más complejos, incluyen la retirada de los rebeldes de toda la ciudad de Al Hudeida, un paso al que el militar no quiso poner plazos.
Más allá, la ONU confía en que las negociaciones políticas para poner fin a la guerra y llevar a cabo una transición se puedan retomar “cuanto antes”.
Las potencias internacionales, al igual que Naciones Unidas, se posicionaron este miércoles entre la esperanza y la cautela, sobre todo dado que los combates se están intensificando en otras partes de Yemen y después de que los hutíes atacasen el martes instalaciones petroleras saudíes por medio de drones.
“Lo que hemos escuchado hoy es a la vez alentador y aterrador”, dijo la embajadora británica ante la ONU, Karen Pierce.
En una línea parecida, Estados Unidos dio la bienvenida a las “señales de progreso” en Al Hudeida, pero dijo que esas “buenas noticias” no deben hacer olvidar las enormes dificultades.
Las potencias occidentales condenaron con fuerza el ataque del día anterior en Arabia Saudí, país al que han respaldado como líder de la alianza que interviene en Yemen en apoyo del Gobierno.
Rusia, que está menos involucrada en el conflicto, llamó a aprovechar la “oportunidad” creada por los últimos avances para progresar en otros ámbitos y rechazó cualquier tipo de provocación.
El conflicto yemení, que estalló en diciembre de 2014 cuando los rebeldes ocuparon Saná y otras provincias del país y desalojaron del poder al presidente Abdo Rabu Mansur Hadi, ha generado la mayor crisis humanitaria del mundo.
Una vez más, la ONU volvió a dar este miércoles la señal de alarma sobre esa situación, subrayando que la sombra de la hambruna aún planea sobre el país.
“Diez millones de yemeníes siguen dependiendo de asistencia alimentaria de emergencia para sobrevivir”, dijo el jefe humanitario de Naciones Unidas, Mark Lowcock.
Otro de los problemas que preocupan a la ONU es el rebrote del cólera, que en lo que va de año ha afectado a unas 300.000 personas, acercándose ya al número de casos registrado en todo 2018.
Mientras, la jefa de Unicef, Henrietta Fore, hizo un emocionado alegato para pedir al Consejo de Seguridad pasos concretos que pongan fin a la guerra.
“Yemen es una prueba para nuestra humanidad y ahora mismo estamos suspendiendo claramente este examen. El tiempo se agota, no vamos a tener otra oportunidad. Quince millones de niños en Yemen les están pidiendo a ustedes que salven sus vidas”, señaló.