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Encuesta sobre Cuba donde se utilizó una metodología equivocada

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Sin duda, la supuesta encuesta realizada por la firma estadounidense Bendixen & Amandi International en suelo cubano no me sorprendió en sus conclusiones. Me sorprendió la difusión y la supuesta confiabilidad que le dieron numerosos medios informativos en diferentes partes del mundo.

¡Ojo! No estoy descartando las supuestas opiniones de los cubanos presentadas en el sondeo, sino el proceso y la metodología que se usaron al respecto.

Primeramente, la encuesta es descrita como la primera de su tipo hecha por una “firma independiente”. Creo que muchos no estarían de acuerdo con esta aseveración. Una firma encuestadora basada en Miami, todavía bastión del anticastrismo, no es una firma independiente.

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A pesar del supuesto deshielo entre los exiliados y los residentes en la isla, aún existe una presencia política muy fuerte que permea el discurso político ‘cubano’ en Florida. Sin saber si Bendixen o Amandi son anticastristas o no, el solo hecho de que radiquen en Miami los hace sospechosos de origen. Es como si un medio como el Granma se trasladara a Miami y condujera la primera encuesta de un medio cubano sobre el nivel de vida de sus connacionales en Estados Unidos.

Segundo, el solo hecho de haber capacitado en Cuba a un ‘miniejército’ de encuestadores en una sociedad, es cierto, donde hay una vigilancia extrema sobre la opinión pública, da como referente que la sesión de preguntas se haya desarrollado en un clima abiertamente manipulado para obtener ciertas respuestas.

Es lógico deducir que los encuestadores, por el hecho de participar en este ejercicio, son personas que no simpatizan con el régimen castrista. Y es que hay que aclararlo. Una sociedad como la cubana no acepta en estos momentos medias tintas; o se está a favor del régimen o se está en contra. Las opiniones neutrales no existen.

Como mencionaba anteriormente, no me sorprendieron los resultados, ni los descarto. Para cualquier persona que haya estado en Cuba, esas conclusiones no son extrañas. En la isla, donde se cambia de opinión según las personas que están a tu alrededor, se escuchan ese tipo de aseveraciones y muchas más.

¿Que si a los jóvenes les gustaría irse a otro país?

Y claro; preguntemos eso también a los jóvenes hondureños, salvadoreños, guatemaltecos, mexicanos, paraguayos, dominicanos, haitianos y tantos otros que conforman el fenómeno migratorio mundial.

¿Que si les gustaría venir a Estados Unidos?... Y claro; es el primer destino migratorio mundial. ¿Que si comulgan con el castrismo, Fidel o Raúl? Depende a quién le pregunten. En una encuesta hecha ‘secreta’, según El Nuevo Herald, es poco probable que los jóvenes encuestadores se hayan sentado a platicar con un excombatiente de Angola o un médico de las misiones internacionales de la isla.

Lo que quiero resumir es que en Cuba aún las cosas no son tan sencillas como el ‘blanco o negro’. Para explicarse a su país, muchos cubanos se toman su tiempo, se dicen a sí mismos lo que les gusta y lo que les disgusta. Han pasado por muchos huracanes políticos como para definir sus opiniones monosilábicamente.

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