OPINIÓN: La sociedad debe estar a la altura del reto que representa el coronavirus (VIDEO)

Sin duda la situación que estamos viviendo en Estados Unidos es seria. Es seria porque las autoridades se dieron por vencidas y comprendieron que no es posible hacer más esfuerzos para contener la propagación del coronavirus y que era necesario ingresar en la etapa de mitigación.

Es seria porque hasta ahora se reconoció que no se han hecho las pruebas suficientes para determinar la magnitud real de la amenaza del coronavirus en nuestro territorio.

Todos los esfuerzos que hagan las autoridades, empresarios, funcionarios, maestros, policías son dignos de tomar en cuenta. Y nosotros los ciudadanos tenemos la obligación de poner nuestro propio grano de arena.

Si nos han pedido que sigamos el desarrollo de las noticias, debemos hacerlo con toda atención para estar pendientes de las medidas que están tomando las autoridades. Si nos piden que modifiquemos algunos hábitos sociales, como besarse en la mejilla o incluso con un apretón de manos, hay que hacerlo.

Si nos solicitan que cuando tosamos, lo hagamos hacia nuestro antebrazo, hay que obedecer. Lo mismo debemos hacer cuando tengamos algún síntoma sospechoso. En esos casos hay que mantenerse en casa, evitar el contacto con otras personas y descartar el salir a reuniones sociales o acudir a sitios muy concurridos. Si nos han dicho que nos lavemos las manos con frecuencia, hagámoslo.

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Hay muchas cosas que están cambiando en esta crisis del coronavirus. Sin duda nuestro estilo de vida va a dar un vuelco y tendremos que acostumbrarnos a las nuevas circunstancias.

Pero entre las cosas que debemos hacer y que está en nuestras manos, es hablar con nuestros seres queridos, tranquilizarlos y explicarles lo que está ocurriendo.

Otra acción que debemos evitar son las compras de pánico.

En este momento hay muchos supermercados que ya enfrentan escasez de artículos de primera necesidad como papel higiénico, servilletas, toallitas desinfectantes y decenas de otros productos.

Después de que los distritos escolares decidieran suspender sus clases por varias semanas, las familias salieron a los supermercados y compraron provisiones como para alimentar un pelotón.

Poco a poco los estantes se han ido quedando vacíos. En muchos mercados se acabo la leche, los huevos, el pan, el café y decenas de otros artículos de primera necesidad.

Aunque es entendible la incertidumbre y el nerviosismo, todos deberíamos entender que esta crisis de salud pública se agravará si además hay escasez de alimentos.

Aunque como sociedad no estamos acostumbrados a los racionamientos, puede llegar el momento en que las autoridades implanten límites para la adquisición de artículos de primera necesidad.

Debemos de evitar el pánico y comportarnos a la altura de la emergencia global que estamos viviendo.