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OPINIÓN: Republicanos y demócratas enfilan a EE.UU a profundos cambios. 2024 será el año decisivo para la democracia

Fotografía de archivo del 21 de diciembre de 2020 de manifestantes a favor de Donald Trump.
El país se encuentra profundamente dividido y la democracia estará a prueba en las próximas elecciones.
(ASSOCIATED PRESS)
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Estados Unidos avanza vertiginosamente hacia un inminente cambio histórico, radicalmente opuesto a lo que ha sido esta, la mayor democracia del mundo desde su fundación hace 244 años.

Por una parte, dolido, humillado y frustrado, el ex presidente Donald Trump, avanza, promoviendo su gran mentira de “robo de la elección”, reforzando la polarización en una desesperada lucha por evitar cargos criminales que podrían llevarlo a la cárcel.

El retorno de Trump a la Casa Blanca, con apoyo de un equipo incondicional y lealtad comprobada, que sustituiría a los pocos remanentes de personal experimentado de carrera, ya sean republicanos o demócratas, que el expresidente perciba como “potenciales amenazas” a sus planes, sería aún más peligroso y desastroso, porque regresaría a vengarse de todos y cada uno de quienes impidieron y bloquearon sus intentos golpistas, para permanecer en el poder, advierte en su libro la ex secretaria de prensa Stephanie Grisham.

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Por otro lado, el presidente Joe Biden, elegido con 84 millones de votos, quien tras el inicio de una brillante gestión, con acciones rápidas y acertadas, como control de la Pandemia, ayuda a trabajadores y un crecimiento del 6.5% de la economía, hoy enfrenta su mayor índice de impopularidad, efecto de la campañas de mentiras de Trump y sus aliados, el caótico retiro de tropas de Afganistán, luego que su antecesor y Mike Pompeo firmaron prácticamente la rendición, sin garantías para el retiro de tropas.

Pero se trata, no solo del sabotaje republicano a sus esfuerzos por erradicar COVID-19, sino también a su indecisión para eliminar el recurso Filibustero en el Senado, por una mal entendida “civilidad política” que contrasta con la guerra sin tregua que los republicanos están llevando a cabo para bloquear su presupuesto, plan de infraestructura, reformas para dar a congresos estatales la facultad de nominar delegados al Colegio Electoral, sin importar el candidato que los haya ganado.

Sin el recurso Filibustero, que condiciona la aprobación de iniciativas, al apoyo de 60 votos inalcanzables, Biden y Schumer podrían aprobar por mayoría simple que tienen, la “Ley de Derecho al Voto John Lewis” e implementar toda la agenda que lo llevó al poder, luego de vencer la inexplicable y traicionera renuencia de los senadores demócratas Joe Manchin, de Virginia Oriental y Kyrsten Sinema, de Arizona, que, sin ver el daño que ocasionan, navegan contra la agenda de Biden, oponiéndose -como los republicanos- al plan de infraestructura, al presupuesto y a la eliminación del recurso Filibustero, que solo ha dado poder a la minoría republicana, manipulada por Trump.

Como consecuencia, Biden cayó del 57% que tenía de aprobación en mayo, a solo 45.1% de aprobación en septiembre, ahora con 47.9% de desaprobación a su trabajo.

Los demócratas, profundamente divididos también por el ala radical de izquierda, están cada vez más preocupados de que ahora solo 39% de votantes independientes apoya a Biden, contra 52% que desaprueban su trabajo, lo que podría agudizarse y costar la derrota a los demócratas en las elecciones de medio término y la presidencial de 2024, marcando el retorno de una presidencia autoritaria de Trump.

En un hecho insólito, mientras surgen sorprendentes revelaciones de abusos y crímenes de Trump y sus múltiples intentos de golpe de Estado, con testimonios de quienes estuvieron cerca de él; el expresidente logra engañar a más personas mal informadas, repitiendo la acusación de “fraude electoral”, rechazada por 80 tribunales y la Suprema Corte de Justicia por falta de evidencia.

Trump, asesorado por Stephen Miller, hijo de inmigrantes Judíos Rusos, admirador de Adolf Hitler, autor de sus iniciativas antinmigrantes y antimusulmanes, y convencido del efecto del manual de Joseph Goebbels, que asegura que “es más fácil decir una mentira, que desmentirla” o que “una mentira, repetida miles de veces se convierte en verdad”, Trump ha logrado “justificar” ante muchos el rechazo de los votantes estadounidenses, que llevó a la presidencia el demócrata Joe Biden.

Retrocediendo de sus ataques y duras críticas al exmandatario, después de “absolverlo” irresponsablemente en dos juicios políticos o Impeachments, sin tomarse la molestia de leer los cargos o escuchar los argumentos y evidencia, Mitch McConnell y Kevin McCarthy, líderes minoritarios del Partido Republicano en las dos Cámaras del Congreso, también desesperados por mantenerse en el poder, hacen hasta lo imposible por empujar al naufragio al presidente Joe Biden.

Dejando de lado la moral, honestidad, respeto a la verdad, a la Constitución de este país y los principios bajo los que se fundó, McConnell y McCarthy, desafían a la historia, bloqueando cada intento demócrata por aumentar el límite de la deuda externa, que saben es indispensable para que el gobierno disponga de recursos que le permitan cumplir sus obligaciones, después de que, solo durante 4 años de Trump, los republicanos dejaron crecer la deuda externa en 7 trillones de dólares.

Toda esta agresiva campaña es parte de una extensa estrategia de distorsiones, reformas a leyes electorales estatales para otorgar a las legislaturas el “poder de decidir” si, en lugar de asignar delegados al Colegio Electoral a candidatos ganadores de una elección presidencial, los legisladores estatales los designan de acuerdo con su “percepción” de quien fue el verdadero ganador, como clamaba Trump, en uno de sus múltiples intentos por revertir el resultado de la votación que perdió.

Así, los republicanos están determinados, -escúcheme bien-, a ganar por cualquier medio y a cualquier precio, el poder en la elección de medio término el próximo año y la elección presidencial de 2024, lo que -de acuerdo a expertos- podría conducir al final del sistema democrático de los últimos 244 años, si logran hipnotizar y dormir a los votantes de esta gran nación con numerosos engaños, para lo que también se vale de lideres católicos, evangélicos, de QAnon y grupos supremacistas blancos.

Insistimos, quizá lo más grave de esta estrategia es el desinterés de los republicanos por el bienestar del país, presionando al presidente Joe Biden a declarar “insolvente” económicamente a Estados Unidos, en unos cuantos días, lo que generaría una catástrofe financiera en esta superpotencia y en todo el mundo, como comienza a reflejarse ya con el desplome de mercados financieros, con una pérdida inicial de más de 6 millones de empleos y otros graves problemas, que Trump y los republicanos tratarán de explotar políticamente contra Biden.

Todos y cada uno de los aspirantes republicanos a legisladores estatales y federales, apoyados por Trump, muchos conectados a grupos radicales de ultraderecha, supremacistas o nacionalistas, considerados por el FBI como “terroristas domésticos”, QAnon y otros, participan en una guerra sin cuartel propagando todo tipo de mentiras, atribuyendo información sobre numerosos abusos y crímenes de Trump a “otra cacería de brujas”, como la colusión de su comité de campaña con Rusia en 2016, plenamente confirmada en el Reporte Mueller, que el expresidente impidió que se divulgara en su totalidad por revelaciones en su contra.

Por esta razón, a diferencia de las elecciones anteriores, las del próximo año, para renovar toda la Cámara Baja del Congreso y 34 escaños del Senado, es de suma importancia que todos los votantes que apoyaron a Joe Biden se documenten, lean, se aseguren de que no hayan cambiado los sitios de votación, modificado los horarios, suprimido o limitado el voto por ausencia, por correo o previos al día de la votación, preparen sus identificaciones, hagan lo necesario para garantizar que su derecho al voto sea respetado y su voz escuchada en una de las elecciones más trascendentales en la vida de esta superpotencia, inspiración en materia de democracia en todo el mundo.

@GregorioMeraz1

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