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OPINIÓN: ¿Por qué habría más migrantes transitando por México?

Numerosos migrantes de Centroamérica, África y el Caribe caminan en contingente
Numerosos migrantes de Centroamérica, África y el Caribe caminan en contingente por una carretera rumbo a Huixtla, tras partir de Tapachula, estado de Chiapas, en México, el sábado 12 de octubre, con vistas a llegar a la fronteras con Estados Unidos. Esta caravana fue disuelta el sábado por las autoridades, según organizaciones de derechos humanos.
(Isabel Mateos/AP)
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La administración del presidente Biden ha anunciado que el próximo 23 de mayo suspenderá la aplicación del llamado Título 42 que permite negar la entrada a territorio estadounidense a cualquier persona que represente un “peligro serio” de introducir una enfermedad contagiosa a Estados Unidos. Es probable que esa decisión tenga como consecuencia que más migrantes centroamericanos transiten por México hacia Estados Unidos.

En realidad, no se trata de una regulación migratoria. Sus orígenes están en el territorio de la salud pública y datan de los años 40. En estricto sentido podría aplicarse a “cualquier persona”, incluidos ciudadanos estadounidenses, residentes legales, turistas, etc. y en cualquier puerto de entrada.

Al llegar la pandemia el expresidente Trump y sus asesores encontraron en esta disposición el pretexto ideal para impedir la entrada de los solicitantes de asilo y refugio. El gobierno mexicano alegremente se prestó al juego. Así los migrantes o solicitantes de asilo no podían entrar a territorio estadounidense lo que en la práctica significaba devolverlos a México que no hizo nada por ellos.

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Durante los últimos dos años, los de la pandemia, el Título 42 ha sido aplicado 1.7 millones de veces, exclusivamente en la frontera terrestre con México y solamente a migrantes indocumentados y solicitantes de asilo. No se invocó ese pretexto ni una sola vez en la frontera con Canadá o en otros puertos de entrada. Como si durante la pandemia los únicos que podrían introducir enfermedades contagiosas fueran los indocumentados o quienes buscaban asilo y refugio entrando por México. Ni una de esas veces fue aplicado por personal de salud sino por agentes de la patrulla fronteriza. Los turistas o cualquier otro tipo de personas podrían presentar pruebas COVID con resultados negativos y más tarde haber sido vacunados. No los migrantes. Incluso, con la evolución de la pandemia algunas medidas en territorio estadounidense fueron matizadas o suprimidas. No el Título 42.

Estas medidas provocaron además una distorsión importante en el proceso migratorio. Al no haber ningún procedimiento administrativo y simplemente devolver a los migrantes cuando son capturados, éstos volvían a intentar entrar casi inmediatamente y es probable que los números escandalosos de detenciones de la patrulla fronteriza se expliquen más por el incremento del número de intentos de cruce que por el de migrantes. Hoy no lo sabemos.

Aumentaron considerablemente los riesgos de los migrantes que deambulaban perdidos en las localidades fronterizas mexicanas, en donde eran víctimas de todo tipo de abusos y por supuesto, para el crimen organizado y los polleros representó un muy jugoso negocio.

Por eso las organizaciones protectoras de migrantes y refugiados insistieron en suspender la aplicación del Título 42 y por eso la administración Biden ha decidido hacerlo. Es una artimaña de la administración Trump, no resuelve nada, no protege de mejor manera a la sociedad estadounidense, expone a los migrantes en territorio mexicano, fortalece el negocio del crimen organizado y es claramente una medida discriminatoria y violatoria de los derechos humanos.

La pregunta ahora es que pasará cuando se suspenda la aplicación del Título 42. Muchos temen un incremento de los flujos migratorios que transitan por México y buscan entrar a Estados Unidos. En el corto plazo es muy probable que así suceda porque hay una demanda contenida y acumulada y adicionalmente la época del año en la que ello ocurrirá coincide con la primavera e inicio del verano en el que históricamente se incrementan los flujos migratorios.

La administración Biden tiene el reto de ordenar rápido el proceso y regresarlo a sus expresiones naturales o por lo menos prepandemia. No será fácil, los votantes no son pacientes, ni entienden de tecnicismos y cuando son, como seguramente serán, azuzados por discursos antiinmigrantes que harán ver el “desorden” en la frontera con México, menos. Simplemente hay que escuchar y observar, a manera de ejemplo, lo que ya dice y hace el gobernador de Texas.

Como hemos dicho desde hace tiempo, el daño y distorsión que provocó la administración Trump en el tema migratorio tiene efectos negativos y duraderos que desafortunadamente no terminaron con su partida.

México debería estarse preparando y coordinando con Estados Unidos para los cambios que son inminentes. O eso está ocurriendo en extremo secreto o simplemente no se está haciendo nada y el gobierno mexicano sigue con los pleitos internos de AMLO y su quimera de cambio que ya no fue.

*Jorge Santibáñez es presidente de Mexa Institute

TW:@mexainstitute

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