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El qué y porque desde Washington: Los demócratas, rebelados contra Biden

Agentes de migración mexicanos y fuerzas de la Guardia Nacional
Agentes de migración mexicanos y fuerzas de la Guardia Nacional detienen a miembros de una caravana de migrantes centroamericanos el 23 de enero en Ciudad Hidalgo (AFP/Getty Images)
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El título 42 fue creado, durante la pandemia por la administración Trump, para legalmente permitir que Estados Unidos devolviera a México a solicitar de asilo, sin pasar antes por una audiencia de inmigración.

Pero la pandemia está disminuyendo y el gobierno de Joe Biden anunció que levantará el título 42 a finales de mayo. Lo que ni el presidente ni su equipo político vieron a la distancia es que hacerlo pondría al mismo título 42 en manos de los republicanos para ser usado contra los demócratas del congreso.

Por décadas la inmigración ha sido el mazo que los dos partidos usan para estorbarse mutuamente. Sí. Los demócratas también lo usan, y aunque frecuentemente se pasan de ingenuos, también en justicia hay que decir, que pueden anticipar cuando ese mazo va a ser usado con gran fuerza contra ellos. Eso es precisamente lo que ocurre hoy.

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El problema es que la Casa Blanca se dejó cegar por una promesa noble de Biden. Los demócratas están pegando el grito en el cielo porque si el presidente no se desdice y cambia de rumbo, eso va a causar que sus propios demócratas pierdan en Noviembre más asientos de los que ya todos anticipan que van a perder.

En las elecciones de medio término, las dos cámaras del congreso se someten a elecciones y el resultado determina la suerte del gobierno en turno. Si al partido demócrata del presidente, que hoy controla esas dos cámaras, las pierde- los dos años restantes serán imposibles para el presidente porque los republicanos detendrán su agenda, y además su reelección será imposible.

Por eso es increíble que la Casa Blanca no haya anticipado que los demócratas del congreso rehusarían poner mansamente su cabeza en la guillotina política. Se da cuenta, es sobre esa rebelión de lo que trata esta columna.

Mark Kelly, senador demócrata de Arizona fue uno de los primeros que se opuso a invalidar el título 42 diciendo, “Le advertí a la Casa Blanca sobre esto... y al Departamento de Seguridad Nacional también sobre que… No tienen un plan para levantar el título 42”.

Está más que claro que, para el senador Kelly y para muchos otros demócratas del congreso, es una imprudencia quitar esta restricción ahora.

A los demócratas centristas les irrita que el presidente les tire una curva, cuando menos la necesitan. El senador Kelly resumió perfectamente lo que la Casa Blanca necesita antes de invalidar el Título 42.

Kelly dice; quiero ver un plan detallado y saber, ¿Qué recursos tienen? ¿Cómo van a dotar de personal a la patrulla fronteriza? ¿Cuántos autobuses necesitarán? ¿Cómo los pagarán?... ¿Cómo encontrarán a los choferes?... ¿Adónde irán esos autobuses temporalmente y en donde albergarán al creciente número de migrantes?

No es oponerse a la inmigración. No. Kelly es mucho más astuto. Esto es oponerse a desactivar una política que ha estado emplazada por 5 años, sin antes tener un plan para resolver el muy feo caos migratorio que resultará en las fronteras de Estados Unidos. Imagínese como se verá en los diarios, en la televisión, en internet y las redes sociales. La ola inmensa de migrantes del mundo entero a las puertas de Estados Unidos, exigiendo que se abran de par en par para dejarlos entrar.

Pero la situación es difícil, porque los demócratas moderados tienen una fuerza opositora igual de fuerte, con acceso al oído presidencial. Los demócratas progresistas, que incluso ahora acusan al gobierno de discriminar contra los inmigrantes de raza negra del mundo entero que pretenden entrar a Estados Unidos por la frontera con México. Los progresistas hasta demandan que el gobierno se haga cargo de esos migrantes.

Mientras, la presidencial espalda de Joe Biden está siendo protegida por sus amigos en el senado. El afable senador Chris Coons le ofreció un buen pretexto a su amigo para no invalidar el título 42.

El senador Coons, afirmó en la televisión, “En la región de donde soy, estamos viendo aumentar las infecciones. Creo que Filadelfia, por ejemplo, acaba de regresar a un mandato de máscara. Así que mi esperanza es que invalidar el título 42, sea reconsiderado apropiadamente”.

Pero encima de todo esto, hay congresistas como Henry Cuéllar que es otro demócrata que rehúsa perder su reelección en noviembre. Cuéllar representa a un enorme distrito en Texas que está en la misma línea fronteriza con México.

Es obvio que para muchos congresistas demócratas es absurdo, que el presidente Biden insista en quedar bien cumpliendo una promesa que el destino y el momento político hacen incumplible.

El congresista Cuéllar representa a la misma frontera. La base de su distrito es Laredo, y por eso tiene tanto significado que haya sido él quien introdujera un proyecto de ley bipartidista en su Cámara, que impediría que el presidente Biden levante las restricciones de inmigración existentes del Título 42, sin antes tener un plan establecido que aborde el aumento esperado de inmigrantes en la frontera sur.

A Cuéllar , se le unieron en el primer día los congresistas demócratas Jared Golden de Maine, Stephanie Murphy de Florida, Greg Stanton de Arizona, Chris Pappas de Nueva Hampshire y Tom O’Halleran de Arizona. Todos diciendo que la administración de Biden no está preparada para el gran aumento de cruces fronterizos esperado cuando las expulsiones del Título 42 terminen el 23 de mayo.

Cuéllar nos dijo; “Si los demócratas no se unen y hacen lo correcto los republicanos nos golpearán duramente…” Nosotros también queremos ley y orden en la frontera”.

En cuanto entró el proyecto de ley de Cuéllar a la Cámara de Representantes, le surgió una versión igual en el Senado. Ahí tuvo desde el primer momento el apoyo de cinco demócratas: el senador Kelly, y la senadora Kyrsten Sinema los dos demócratas de Arizona, Jon Tester de Montana, Joe Manchin de Virginia Occidental, y Maggie Hassan de Nueva Hampshire. ¡Si!, hasta Manchin se apuntó.

La legislación extendería el Título 42 por 60 días adicionales y requeriría que dentro de 30 días el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) y el Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS) presenten un plan al Congreso sobre cómo abordarán la esperada oleada de migrantes en la frontera entre Estados Unidos y México.

Los senadores están ganando el apoyo de otros senadores porque están anticipando también que si se levanta el título 42, la cantidad de migrantes detenidos intentando cruzar la frontera ilegalmente seguramente aumentará en más de dos veces y media... de 8 mil hoy... a 22 mil por día. ¿Se imagina usted los encabezados de los diarios y las imágenes de televisión este verano?

¿Como es que Biden, que nunca ha hecho otra cosa en su vida que ser político, no se da cuenta del balazo que está por darse el mismo en el pie?

En la Casa Blanca responden a todo esto con la frialdad del análisis burocrático diciendo, “Poner fin a la restricción simplemente significa volver a un sistema de procesamiento de inmigración estándar que se ha implementado siempre y el resultado será más gente deportada”.

Y la verdad tienen razón. Pero eso no se ve en la televisión.

De lo que los burócratas de la Casa Blanca necesitan darse cuenta es de que incluso en un entorno político dominado por las preocupaciones sobre la inflación y el aumento del precio de la gasolina, la inmigración sigue siendo un tema crucial para los votantes en todos los ámbitos. Una encuesta reciente de Gallup encontró que el cuarenta y uno por ciento de los estadounidenses dicen que las olas de inmigración ilegal les preocupa mucho.

Póngale usted a todo lo anterior un memo republicano reciente de 60 páginas, que es un manual de cómo ganar la elección de medio termino en noviembre, usando a la inmigración ilegal como arma. Y ahí tiene usted la tormenta perfecta para que los demócratas pierdan el control del congreso.

Además, este es un muy claro recordatorio de que desde Texas hasta Florida, Arizona y otros estados que celebrarán elecciones competitivas para gobernadores y congresos este año, la inmigración promete dividir a los estadounidenses, cuando Biden y los demócratas lo que necesitan para mantener al congreso es sumar electores… No restarlos.

* Por casi tres décadas el periodista Armando Guzmán se ha ganado el reconocimiento en México y Estados Unidos por su cobertura en Washington. Puede seguirlo en los diferentes medios y plataformas, como radio, televisión, prensa escrita e internet.

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