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Trump hace campaña sobre el progreso del muro fronterizo aunque no hay mucho por decir

El presidente Trump muestra una foto de secciones recientemente terminadas del muro fronterizo.
El presidente Trump muestra una foto de secciones recientemente terminadas del muro fronterizo durante una mesa redonda el martes en Yuma, Arizona.
(Evan Vucci / Associated Press)
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El presidente Trump, cuyos planes para hacer campaña en una economía en auge fueron arruinados por el coronavirus, viajó el martes al extremo sur de Arizona para resaltar la finalización de “más de 200 millas de poderoso muro fronterizo” con México.

Pero no mencionó la letra pequeña.

Casi todas las 216 millas construidas desde que Trump asumió el cargo reemplazaron las cercas obsoletas o en mal estado. Sólo “se han construido tres millas de un nuevo sistema de muro fronterizo en lugares donde no existían barreras anteriormente”, según el informe del estado del muro del 19 de junio de Homeland Security.

Trump prometió reiteradamente durante y después de su campaña de 2016 que haría que México pagara por “un gran muro hermoso” en toda la frontera de 1.954 millas. Hasta ahora, la Administración Trump ha gastado $15 mil millones en el proyecto. México no ha aportado nada.

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Consciente de la discrepancia, Mark A. Morgan, comisionado interino de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos, dijo que la discusión sobre cuánto del muro es nuevo equivalía a “una narrativa política falsa”.

“Desde una perspectiva operativa de aplicación de la ley, esas son nuevas millas de sistema de muro que están enterradas en el piso”, expuso Morgan a los periodistas.

Trump prometió completar “cerca de 500 millas” de muro para fines de 2020 durante una mesa redonda en una estación de la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos en Yuma, Arizona, antes de recorrer una sección cercana del muro.

Él promocionó los muros nuevos y reparados como “prácticamente imposibles de escalar” y dijo que los cruces fronterizos ilegales han caído un 84% durante el año pasado, aunque la caída se debe en parte a la economía que se vio afectada este año durante el brote de COVID-19 y los esfuerzos agresivos de expulsar a los migrantes, incluidos los solicitantes de asilo y los menores no acompañados.

La gran cantidad de declaraciones del presidente, haciendo su segundo viaje a Arizona en seis semanas, sugirió que todavía está buscando un mensaje de campaña ganador a menos de cinco meses antes del día de las elecciones, especialmente en un estado que ganó fácilmente en 2016 pero que ahora parece estar en juego con los demócratas.

El ex vicepresidente Joe Biden, el supuesto candidato demócrata, lidera a Trump en cuatro puntos porcentuales en Arizona, según el promedio de Real Clear Politics de las encuestas recientes.

La visita a Yuma, y más tarde a Phoenix, marcó la primera aparición pública del mandatario desde su concurrida manifestación el sábado por la noche en Tulsa, Oklahoma, lo que provocó especulaciones por parte de algunos republicanos de que la campaña de Trump necesitaba una gran renovación.

La campaña había predicho una multitud masiva para su primer mitin público en más de tres meses, pero la arena de Tulsa estaba vacía en dos tercios, y Trump fue humillado, según los asistentes.

También estaba enojado porque sus ayudantes habían confirmado a la prensa antes del evento que seis empleados de la campaña de Trump involucrados en la organización de la manifestación dieron positivo por COVID-19. (El total es ahora ocho).

Durante una hora y 40 minutos, Trump pronunció un discurso laberíntico y a veces abiertamente racista que eclipsó sus comentarios preparados, que comenzaron con una descripción general de sus logros, confirmando jueces federales conservadores, aumentando el presupuesto del Pentágono y mejorando el Departamento de Asuntos de Veteranos.

Los intentos de Trump de pintar un retrato negativo de Biden se perdieron en un torrente de quejas e inventiva hacia los medios de comunicación, China y el coronavirus, sin mencionar su extraña tentativa de bajar una rampa después de un discurso de graduación días antes.

“Lo más importante en una campaña es el mensaje. Y el mensaje más poderoso que necesita desarrollar es lo que está mal con Joe Biden”, señaló Ari Fleischer, quien fue secretario de prensa de la Casa Blanca bajo el presidente George W. Bush. “Si esta elección es sobre el titular, es probable que Donald Trump pierda”.

Jen Psaki, un veterano de las campañas de 2008 y 2012 del presidente Obama, dijo que el evento de Tulsa mostró que Trump o su campaña no se han conformado con “su mejor argumento sobre por qué se postula”.

“Hay muchas ventajas de postularse para la reelección como presidente en ejercicio”, manifestó. “Pero el desafío es que no se te juzga por tus aspiraciones sino [por] lo que realmente has logrado y dónde se encuentra el país”.

La visita de Trump a Arizona y su continuo enfoque en el muro fronterizo ignoraron en gran medida la crisis de salud que ha eclipsado la carrera de 2020, incluso cuando el estado está devastado por un aumento en las infecciones por coronavirus. El número de casos confirmados, ahora alrededor de 55.000, se ha duplicado en las últimas dos semanas.

El martes, Arizona reportó el mayor contagio en un solo día con 3.591, y su tasa de hospitalización estableció un récord por octavo día consecutivo, arrojando una gran sombra sobre la visita del presidente, especialmente su segundo evento, un discurso patrocinado por un grupo de defensa conservador en una iglesia de Phoenix.

Trump ha dejado de lado al grupo de trabajo sobre coronavirus de la Casa Blanca en las últimas semanas y ha hablado de la pandemia como si hubiera terminado, incluso afirmando en Tulsa que ha pedido a sus asistentes que “ralenticen” las pruebas para evitar que aumente el número general de casos reportados. La cifra de muertos en EE.UU de COVID-19 supera los 121.000.

Antes de salir de la Casa Blanca el martes, Trump se burló de la afirmación de su secretario de prensa de que el llamado del presidente a retrasar las pruebas fue una broma.

“No bromeo”, aseguró Trump a los periodistas. “Al realizar más pruebas, encontramos más casos”.

En las últimas semanas, los médicos han rastreado las crecientes infecciones en Florida, Texas, Carolina del Sur y Oklahoma, todos estados que Trump ganó en 2016 y que levantaron agresivamente las restricciones de aislamiento. Los casos también han aumentado en California, que reportó más de 5.000 nuevas infecciones el lunes, superando su récord anterior de 4.515 el día anterior.

Trump es consciente, dicen los asistentes, de que puede no convencer incluso a sus seguidores de que arriesguen su salud para asistir a manifestaciones concurridas o regresar de inmediato a las rutinas previas a la pandemia para ayudar a la economía a recuperarse. Pero algunos analistas dicen que tiene pocas opciones.

“Es válido para él seguir hablando de la economía fuerte antes de la pandemia”, dijo Fleischer. “La mayoría de los votantes lo critican por la pandemia, y los recuerdos de la economía fuerte permanecen frescos. Pero es mejor que esté haciendo todo lo posible para manejar bien esta crisis para que en el otoño la gente le dé crédito por ser competente”.

Los demócratas son menos caritativos e insisten en que la hipérbole de Trump y el enfoque de “yo solo” no son adecuados por el momento.

“El país necesita un ‘Nosotros, el presidente del pueblo’”, consideró el encuestador demócrata Peter D. Hart. “Lo único que sabemos es que [Trump] no tiene empatía, y ese es un defecto fatal este año, no tener la capacidad de mirar el mundo a través de los ojos de otras personas”.

Los alardes de Trump sobre su muro fronterizo no carecen de mérito, incluso si gran parte del muro no es técnicamente nuevo, según Mark Krikorian, director ejecutivo del Centro de Estudios de Inmigración en Washington y defensor de una aplicación más estricta de las leyes de inmigración.

“Reemplazar las barreras oxidadas de los años setenta que tienen una altura de 8 pies con una pared de bolardo de 30 pies, eso representa una ‘pared nueva’”, comentó. “El presidente tiene un caso para demostrar que realmente ha logrado resultados”.

Pero convertir el muro en un símbolo del duro enfoque de Trump para la aplicación de la ley de inmigración atrajo el escrutinio del proyecto en sí mismo, especialmente desde que la construcción se produjo sólo en el 10% de la frontera.

Trump tuiteó una queja el lunes por la noche después de ver un informe de Fox News sobre el lento progreso, declarando que el muro está “bien en construcción, totalmente financiado y ya tiene más de 200 millas de largo”.

Puede que no importe. Las encuestas sugieren que la inmigración, que ayudó a impulsar su elección inesperada hace cuatro años, no es la principal preocupación ni siquiera ahora para los votantes de Trump.

“Todo el debate sobre el muro es menos destacado ahora porque casi nadie cruza la frontera de todos modos, lo que se debe en parte al brote de COVID y en parte a que los cambios están funcionando” concluyó Krikorian.

Para leer esta nota en inglés haga clic aquí

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