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Mal momento para Trump, mientras crece el escándalo de la recompensa de Rusia por matar tropas estadounidenses

President Trump
El presidente de EE.UU habla con los periodistas antes de partir en el Marine One, en el Jardín Sur de la Casa Blanca, en Washington.
(Alex Brandon / Associated Press)

La Casa Blanca dice que Trump no fue informado de la inteligencia sobre la oferta rusa de pagos de recompensas. Si es así, eso demuestra negligencia, dicen algunos republicanos.

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El presidente Trump, confrontado con un perjudicial informe de que Rusia ofreció recompensas a los militantes vinculados con talibanes para matar a tropas estadounidenses y aliadas en Afganistán, declaró el domingo por Twitter que no había sido informado jamás sobre el hallazgo por parte de la inteligencia de EE.UU.

Algunos demócratas, incluido el posible rival presidencial de Trump, Joe Biden, y la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, criticaron duramente la aparente indiferencia de Trump ante el explosivo informe que el New York Times publicó el viernes pasado. Ni el mandatario ni otros funcionarios de la administración negaron específicamente el documento, que desde entonces fue confirmado por varias otras organizaciones de noticias.

El domingo, la representante republicana Liz Cheney, de Wyoming, se unió a las críticas y agregó que si la información era genuina, la Casa Blanca debía explicar por qué no se le había dicho a Trump y por qué la administración no hizo nada en respuesta.

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El núcleo de la historia es que las agencias de espionaje estadounidenses concluyeron hace varios meses que una unidad de inteligencia militar rusa había ofrecido recompensas secretas a cambio de ataques contra las tropas de la coalición. El asunto fue discutido a fines de marzo por el Consejo de Seguridad Nacional, y los aliados europeos, entre ellos Gran Bretaña, también fueron informados de los hallazgos, según la noticia. El domingo, el New York Times informó que los primeros indicios del plan ruso se conocieron en enero, revelados por oficiales militares y de inteligencia en Afganistán.

Los informes llegaron a la Casa Blanca en una coyuntura ya problemática. Múltiples encuestas nacionales muestran que Biden está superando a Trump, y el presidente y su equipo pugnan por elaborar un mensaje coherente en medio de una serie de malas noticias: un aumento en los casos de coronavirus en EE.UU, que ahora superan los 2.5 millones; la masacre económica resultante y las consecuencias de las masivas protestas contra la discriminación racial que siguieron al asesinato de George Floyd en Minneapolis, a manos de la policía.

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El domingo, el ex gobernador de Nueva Jersey Chris Christie, quien ayudó a dirigir la campaña de Trump en 2016, declaró en “This Week”, de ABC, que el mandatario “perderá” su posibilidad de reelección “si no cambia de rumbo, tanto en términos de la sustancia de lo que está discutiendo como en la forma en que se acerca al pueblo estadounidense”.

Hasta ahora, la respuesta de la Casa Blanca a la noticia, lejos de presentar alguna respuesta para Rusia, fue simplemente insistir en que Trump no había sido informado en persona.

La oficina del director de inteligencia nacional John Ratcliffe -designado por Trump-, quien lleva en su cargo sólo un mes y fue una elección controvertida debido a su falta de experiencia relevante y su ávido partidismo como congresista de Texas, emitió un comunicado el sábado en la noche, diciendo que ni Trump ni el vicepresidente Mike Pence fueron “informados jamás sobre ninguna inteligencia” descrita en la noticia.

Pero los expertos en inteligencia sugirieron que la defensa de la Casa Blanca parecía ser en gran medida semántica, quizá apoyada en que el material había sido incluido en el parte diario por escrito de inteligencia -que se sabe que el presidente evita leer-, en lugar de ser comunicado oralmente.

David Priess, un ex analista de la CIA y experto en inteligencia, describió varios escenarios bajo los cuales Trump y quienes lo rodeaban podrían haber sido conscientes del reporte. Lo sorprendente, tuiteó, fue que la Casa Blanca no había abordado la cuestión clave del informe, ni expresado públicamente su determinación de llegar al fondo de éste. “¿Por qué el comandante en jefe no respondió a algo tan grave?”, se preguntó.

El mandatario, que pasó el domingo en su propiedad de golf en Virginia, se refirió en un par de tuits a los “llamados ataques contra nuestras tropas”, consideró el informe como “noticias falsas” y escribió que “nadie me informó o me dijo [al respecto]”.

Pero mientras evitó efectuar una negación concreta de los datos del informe, el presidente pareció sugerir que la información no lo perturba mucho, incluso si fuese cierta.

“No ha habido muchos ataques contra nosotros”, escribió.

Al menos nueve soldados estadounidenses han muerto en Afganistán este año, y 20 el pasado, de las casi 2.400 bajas de militares estadounidenses en el transcurso del largo conflicto.

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Biden criticó a Trump al respecto el sábado, diciendo que si el informe era cierto, su inacción representa “una traición al deber más sagrado que tenemos como nación: proteger y equipar a nuestras tropas cuando los enviamos al peligro”.

El exvicepresidente describió el episodio como una continuación de la “vergonzosa campaña de deferencia y degradación de Trump” ante su par ruso, Vladimir Putin.

Biden, cuya campaña se centra en presentaciones virtuales debido a la pandemia de coronavirus, efectuó sus comentarios en un mitin realizado en línea.

Pelosi, entrevistada el domingo en “This Week”, consideró que el informe de las recompensas de Rusia revivió las antiguas preguntas sobre la afinidad de Trump y Putin, que se remontan a los hallazgos de la inteligencia estadounidense de que Moscú interfirió a favor del mandatario de EE.UU en las elecciones presidenciales de 2016.

En muchas ocasiones, Trump se ha esforzado por deferir públicamente al líder ruso, y en las últimas semanas, presionó para que se reincorpore a Rusia a las reuniones de las naciones industriales líderes del Grupo de los Siete, de las cuales fue excluida después de su invasión a Crimea, en 2014.

“Esto es tan malo como parece, sin embargo, el presidente no confronta a los rusos en este aspecto”, enfatizó Pelosi sobre el informe de las recompensas, sugiriendo que el primer mandatario podría estar comportándose bajo algún tipo de coerción. “No sé qué tienen los rusos sobre el presidente; si es de índole política, personal, financiera o lo que sea”, afirmó la demócrata de San Francisco. “Ahora él afirma que estas son noticias falsas, ¿por qué dice eso? ¿Por qué no dice: ‘Vamos a indagar y ver de qué se trata?’”.

Cheney, en Twitter, expresó que la Casa Blanca necesita revelar “¿quién sabía y cuándo?” sobre la evaluación de inteligencia, y detallar “lo que se ha hecho en respuesta para proteger nuestras fuerzas y pedir que Putin rinda cuentas”.

El ex asesor de seguridad nacional John Bolton, quien fue expulsado de la Casa Blanca en septiembre pasado, comentó en el programa “State of the Union”, de CNN, que el “enfoque fundamental” de Trump no estaba en la seguridad nacional o en la protección de las tropas estadounidenses. “Entonces, ¿cuál es la reacción presidencial?”, preguntó Bolton, autor de una mordaz memoria de la Casa Blanca. “Es decir ‘No es mi responsabilidad. Nadie me lo contó’”.

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí.

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